HACIA UNA SOCIEDAD MÁS INCLUSIVA
El futuro incierto de la Ley de Talles y su falta de aplicación en la ciudad
El 29 de enero apareció publicado en el Boletín Oficial la derogación de una serie de disposiciones y regulaciones que protegían a los consumidores. Una de ellas es la Ley de Talles, que si bien todavía continúan en vigencia, evidencia un síntoma que podría indicar que el gobierno no tiene intención de exigir su cumplimiento.
Esta semana, en redes sociales, se difundió que la Ley de Talles había sido derogada, situación que generó descontento y confusión sobre un sector de la población. Según explicó Mercedes Estruch de Anybody Argentina, una ONG que brega por la diversidad corporal, “lo que se hizo fue enumerar una serie de leyes que están en revisión y que podrían ser derogadas, pero no se derogó. Lo que planteamos es un llamado de atención porque esto es el primer paso para derogar. Si bien la ley no se había logrado implementar, se estaba haciendo las cosas para que eso pase”.
El Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI), mejor conocida como Ley de Talles, establece la creación de una tabla de talles homogénea a partir de la cual fabricantes y marcas confeccionen sus indumentarias. De esta manera, se busca que los consumidores encuentren el mismo tamaño de prendas en todos los locales; es decir que el talle 10 sea el mismo en todos los comercios.
Haciendo un repaso de la normativa, Estruch recordó que la ley fue aprobada en 2019 y que hace 4 años se logró su implementación, gracias a la cual se hizo un estudio antropométrico para conocer el tamaño de los cuerpos de los argentinos.
Estudio antropométrico realizado por INTI
A partir de la finalización de la investigación llevada a cabo por el INTI, se convocó al consejo consultivo creado por la ley para generar propuestas de tabla de talles y su real implementación.
“Solo logramos tener dos sesiones desde que el INTI presentó los datos. Pero luego se cambió de gobierno y no avanzó”, señaló en esta dirección la referente de Anybody Argentina.
“El tema es que si quieren desarticular todo tipo de organismos y leyes que tengan que ver con la defensa de los usuarios la ley quedaría media huérfana de la secretaria que haría efectiva su implementación. Y sumado a lo de la revisión que informó el boletín oficial de ciertas leyes para el libre mercado, aún peligra más. Así que esa es la situación complicada que nos encontramos, que si bien era una ley que no estaba implementada, era una ley que venía pasito a pasito para serlo”, destacó con preocupación Estruch.
La odisea de comprar ropa en Gualeguaychú
En los últimos años, comenzó un cambio de paradigma muy grande, en parte alentado por las discusiones del feminismo, gran crítico de los estereotipos de género, que habilitó demandas y puso en jaque “lo establecido”.
Uno de los temas que puso en agenda tiene que ver con la representación de los cuerpos, sobre todo de mujeres y diversidades. Es por esto que de a poco la industria de la moda comenzó a aceptar nuevas coporalidades en sus campañas e incluso, empezó a contemplar las necesidades de vestimenta de una parte de la población que sólo encontraba ropa negra y fea, como si las personas gordas no merecieran lucir bien.
En el centro de la ciudad, año a año, se evidencia una mayor presencia de maniquís con cuerpos más grandes que lucen prendas coloridas y cancheras, aunque siguen siendo los menos. Sin embargo, los cambios y avances que se dan en torno a la representación femenina no se ven trasladados al género opuesto. No hay en Gualeguaychú ningún maniquí de hombre con proporciones diferentes a las ya conocidas.
En la arena estrictamente de la indumentaria, hay cada vez más locales comerciales que ofrecen mayor variedad de talles a diferencia de años anteriores. Incluso, existen aquellos que resaltan esta característica y que están ubicados en pleno centro de la ciudad.
No obstante, en la mayoría de las tiendas, las personas con corporalidad grande tienen dificultades para conseguir algo que les quede y les guste.
Por otra parte, los empleados y dueños de los negocios consultados mencionaron que uno de los mayores inconvenientes que enfrentan a la hora de comprar mercadería es la falta de cohesión en los talles según el fabricante o marca. Es decir, el talle 10 en una marca tiene un tamaño y en otra, otro.
La mayoría de las comerciantes reconoció que el número que indican las etiquetas no corresponden a “talles reales”, e incluso hay primeras marcas que tienen una “curva de talles” tan acotadas que van del S (Small) al L (Large).
La ropa más grande suele ser un poco más cara, pero en ocasiones, una remera S de primera marca supera con creces el de una prenda de marca menos reconocida y de mayor tamaño. Por lo que dentro del precio no solamente juega el costo de la tela, que es una de las variables que se suele señalar cuándo se habla de la diferencia en los costos.
El rol de la educación
En la ciudad existe la carrera de Diseño de Indumentaria, la especialización en confección en una escuela técnica y múltiples talleres.
En este sentido, el rol de la educación en el mundo de la moda es fundamental para debatir sobre la importancia de que en el país exista una curva amplia y unificada de talles.
Al respecto, Cristela Sollmann, profesora de corte y confección, expresó: “Hace algunos años vengo notando un cambio en la moda en sí. Antes, se regía mucho más por las tendencias. Si no usabas determinado corte de pantalón, o la remerita de determinado estampado ‘no estabas a la moda’. Hoy, cada quien se pone lo que le gusta, o lo que le encanta como le queda, sin importar el tipo de cuerpo, estamos más relajados en ese sentido”.
Sollmann, además, destacó: “Noto un cambio más grande en los talles plus size y los colores. Antes la ropa grande era neutra, ahora hay más variedad de tonos y estampas, eso está buenísimo”. En tanto, “al trabajar con medidas sobre el cuerpo, el tema siempre está ahí. Muchos de mis alumnos se anotan al taller para aprender a hacer las prendas que les gustan pero no encuentran en las tiendas, está muy instalado el talle único. En el taller tenemos una regla: si la prenda no nos gusta cómo queda, siempre la culpa va a ser de la prenda, nunca del cuerpo, que en definitiva es la realidad”.
Sobre el talle único, la profesional apuntó que del lado de la industria “lamentablemente la mayoría prefiere los beneficios económicos que representa el talle único, es más fácil de gestionar la fabricación en un solo talle, y si ese talle es pequeño, que por lo general lo es, se suelen sacar más prendas a la hora de cortar. Siento que los talles plus size es un negocio que siempre está ahí, pero falta bastante por trabajar y leyes que se cumplan”.
En tanto, señaló que en estos momentos los desafíos más grandes radican en los insumos, los precios y la falta de ellos.
La importancia de la representación
En las publicidades cada vez es más común ver a modelos con cuerpos grandes luciendo desde ropa interior hasta indumentaria de día. Esto supone un cambio de paradigma en cuando a la representación social que se hace de las personas gordas y ayuda a que más marcas asuman este compromiso.
En sintonía con la Ley de Talles, la modelo plus size gualeguaychuense, Valentina Ronconi manifestó que “la existencia de una curva de talles unificada y regida por una ley nos ayuda a que cuando vayamos a comprar ropa no seamos un talle en un local, y tres más en otro. Unifica y simplifica la experiencia de ir a comprar que ya es bastante fea de por sí; a todos nos cuesta y es un derecho básico”.
Ronconi señaló que “salir a comprar ropa tendría que ser lo mejor posible, pero no. Por lo general es siempre un drama, es difícil conseguir talles, y cuanto más grande es tu cuerpo, peor Por eso como modelo, trabajo con marcas que sean inclusivas y tengan una tabla de talles amplia y no para un solo tipo de cuerpo; me parece súper necesario que la ley siga vigente porque ya pasó un montón de tiempo, se realizó el estudio antropométrico para generar una nueva tabla de talles y todavía no se ha implementado. Sería un enorme paso atrás que se derogue; espero que no suceda”.
El impacto de la moda en la salud
La nutricionista Belén Moneda es especialista en trastornos de la conducta alimentaria y sostiene que vivimos en una “cultura de la dieta y la gordofobia” y es por esto que es tan importante la existencia de una ley de talles porque “hoy por hoy en Argentina no todas las personas tiene la posibilidad de comprar prendas con las que se identifiquen y les guste, y no tienen la misma disponibilidad, variedad y calidad que todos”.
Moneda expuso que “esto está sujeto al aspecto corporal, pero además cuando vamos a las grandes ciudades, las personas con un cuerpo más grandes tienen más posibilidades de encontrar ropa, sin embargo cuando te vas alejando, en el interior hay menos chances. Esto es importante porque hace mucho daño a las personas, de todas las edades y géneros. Imagínate lo violento que es no poder encontrar un short, un jean, una malla o lo que sea, con la que te podes vestir”.
Al respecto, resaltó el estudio que alentó la Ley porque permite conocer la corporimetría, es decir, el tamaño de los cuerpos de la población de Argentina y de este modo generar una tabla de talles que se adapte a eso.
“Esto es realmente importante para comenzar a tener una industria de la moda donde todas las personas tengan la posibilidad de vertirse y elegir que ponerse. Hay un montón de personas que hoy se visten con lo que tienen y con lo que encuentran, no con lo que quieren. Vestirse es el privilegio de unos pocos. Vivimos en una sociedad que te empuja a ser flaca. Y nos dijeron que la única posibilidad de estar sana es en un cuerpo flaco, de ser exitosa es con un cuerpo flaco, de tener pareja. Por eso cada vez más personas se desesperan por ser flacas, y por otra parte, por supuesto, está la construcción de la historia de cada uno”.
Cifras nacionales
Según un estudio llevado a cabo por Anybody Argentina, el 53% de los argentinos tiene dificultades para encontrar talles y el 73% encuentra en el talle único prendas que les gustaría poder comprar. En tanto, el 60% de los encuetados manifestó que es mucho más costoso acceder a determinados talles.
En el aspecto social, el 61% experimenta tristeza porque su cuerpo no encaja en la ropa que quieren. Asimismo, el 50% se sienten enojados consigo mismos por cómo está su cuerpo. Cuando no encuentran talle, el 16% expresó que los lleva a adoptar conductas de riesgo como abstenerse de comer, tener atracones y hacer ejercicio en exceso. En tanto, el 20% las lleva a ponerse a dieta para bajar peso.
Sin embargo, el 71% manifestó experimentar felicidad cada vez que conseguía ropa de su talle.