UN RECORRIDO POR LOS MONUMENTOS MÁS EXTRAÑOS DE LA CIUDAD
Los tesoros ocultos de la ciudad que están a la vista de todo el mundo
Con sus 240 años de existencia, la ciudad está repleta de historia y parte de ella se ve reflejada en los incontables monumentos, bustos y homenajes que discretamente decoran plazas, jardines y paseos. Dentro del acervo escultórico, rescatamos algunos de los más peculiares.
Están a simple vista, y casi todos los espacios públicos tienen una de estas singularidades que no sólo embellecen la ciudad, sino también marcan las huellas de una historia que, muchas veces, reboza de curiosidad.
Monumentos, esculturas, bustos y estatuas a personajes únicos, a mitologías propias y ajenas y a momentos de nuestra historia reposan ante una mirada que, muchas veces, es impávida por culpa de la cotidianeidad y la rutina, que hacen que no prestemos la suficiente atención a estas riquezas culturales y artísticas.
Una diosa pagana en pleno centro
Una deidad romana habita los jardines de la Plaza San Martín desde hace más de un siglo. Se trata de Diana, la diosa virgen de la caza, protectora de la luna y la naturaleza, cuya estatua fue donada por la Sociedad Española en 1910 con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo. Originalmente fue colocada frente a la Catedral, pero esto fue visto con malos ojos por la iglesia, ya que se trataba de un símbolo pagano, por lo que tuvo que ser trasladada. De hecho, el neopaganismo que tuvo origen en la época comenzó a considerarla diosa protectora de las brujas. Hoy está próxima a la fuente, en el otro extremo de la plaza.
La estatua en sí es una réplica de la llamada Diana (o Artemisa, su equivalente griego) de Gabii, una escultura que está en el museo del Louvre y fue muy popular en la Europa del siglo XIX, cuando se hicieron numerosas copias en diferentes tamaños y materiales. La original es de mármol, mide 1,65 metros y fue hallada en 1792 en las tierras del príncipe Borghese en Gabii, una antigua ciudad cerca de Roma.
El fundador de los Scout custodia una plaza
Nuestra ciudad cuenta con el que sería el único busto en todo el país de Robert Baden-Powell (1857-1941), fundador del movimiento Scout a nivel mundial. Frente a este monumento ubicado en Plaza Ramírez, los grupos escultistas de Gualeguaychú han realizado actos de renovación de su promesa Scout.
Un homenaje al pensamiento científico en el Parque Unzué
Al verlo, algunos lo confunden con “un barco a vela” o “una pirámide”, pero se trata de un homenaje a Juan José Nágera (1887-1966), uno de los grandes naturalistas argentinos de principios del siglo XX y pionero de la geología en nuestro país que nació y creció en Gualeguaychú. El monumento emplazado en pleno Parque Unzué, frente al río, es una expresión simbólica del pensamiento científico de Nágera: representa las distintas dimensiones de sus investigaciones (local, regional, nacional e internacional) mediante cinco triángulos de diferentes tamaños; en cada una de sus caras, como si fueran las páginas de un libro, figuran inscriptas distintas frases del geólogo:
“Que el trépano toque y se hunda en Gualeguaychulia”; “En mi corazón vibra desde niño el sentimiento federalista del glorioso país de las cuchillas”; “Estudiad la República Argentina y, viajad por ella conociéndola, estudiándola la amaréis más…”; “La soberanía de los Estados debe extenderse hasta el borde continental…”; y “Pareciera que el hombre, no todos desde luego, piensan para el siglo XX y no para los que vienen”.
El curioso monumento fue construido por iniciativa de la Asociación Geológica Argentina, que para su realización interesó a la Municipalidad de Gualeguaychú, desde donde se convocó a un concurso de proyectos. En este marco, fue seleccionado el proyecto presentado por los arquitectos Hugo Harispe y Raúl Melchiori, y la profesora Mirta Harispe.
Para no olvidarse de los orígenes
Emplazado la zona sur de la ciudad en el terreno donde existió una primitiva capilla y cementerio, preexistentes a la fundación de Gualeguaychú, se alza el Monumento a los Antepasados. En una fosa común excavada en su base, se depositaron los restos óseos -hallados en la década del 30- de quienes poblaron aquel asentamiento primigenio. El monumento en sí es un inmenso monolito de piedra decorado por una placa, una cruz cristiana y la inscripción “Cuna de Gualeguaychú / Descanso de sus fundadores”. Fue inaugurado en 1945 en la que pasó a llamarse Plaza de los Antepasados, sobre calle Asisclo Méndez casi Ayacucho.
Dos personajes a la vera de la ruta
Este peculiar homenaje a los dos referentes del humor costumbrista argentino se encuentra en el Parador El Kapé, ubicado en el kilómetro 52 de la Ruta 14. La estatua de Landriscina y del personaje interpretado por el cordobés José Luis Serrano fue realizada en madera por el escultor chaqueño Humberto Lamberti, y descubierta al público en agosto de 2023. Se trata de una iniciativa de Eduardo Luján, dueño del parador y amigo personal de Don Luis, quien visita regularmente el sitio. Solo existen otras 3 esculturas de Landriscina en todo el país.
Para recordar al “médico de los pobres”
Dentro del Cementerio Norte, en el silencio de sus calles y sobre uno de sus enigmáticos panteones, se alza una pirámide con una placa que reza: “El pueblo de Gualeguaychú / al Médico de los Pobres / Doctor Miguel Clavarino / levantó este monumento”. Se trata de un homenaje al jóven médico de la ciudad que con 27 años dio su vida ayudando a los convalecientes durante la epidemia de fiebre tifoidea o tifus que asoló Gualeguaychú en 1891, un gesto de entrega y vocación por el que es recordado. Es con esa gratitud que decidieron inmortalizarlo en un busto de mármol que se alza en la cúspide del monumento, escoltado por cuatro columnas.
Adela Pérez Cheveste, la docente escultora de Gualeguaychú
Adela nació en 1907 en Mercedes, Uruguay. Llegó a nuestra ciudad cuando todavía era una niña y dio sus primeros pasos en la expresión artística en la Escuela Nº 1 Guillermo Rawson. Se formó como maestra en la Escuela Normal Olegario Víctor Andrade y a lo largo de su comprometida carrera como educadora siempre dedicó una parte de su labor a la enseñanza de las artes plásticas y manualidades.
A principios de la década del 50’, gracias a unas becas otorgadas por el Gobierno de Entre Ríos, Adela comenzó a especializarse en tallado y escultura en la Universidad Nacional de Cuyo. Luego cursó en la Escuela de Artes Visuales de Paraná, y a través del Instituto Magnasco pudo asistir a capacitaciones en Buenos Aires.
A lo largo de su vida sumó alrededor de 500 obras escultóricas –entre estatuas, bustos, monumentos y grupos escultóricos–, que se encuentran emplazadas en los más diversos lugares privados y públicos de Gualeguaychú, la provincia y el resto del país. En nuestra ciudad destacan los bustos que realizó para El Rincón de Los Poetas, en la Plaza San Martín; el grupo escultórico “Madre, madre escuela”, ubicado al interior de la Escuela Normal Superior Olegario Víctor Andrade; y la imagen de la Virgen de Guadalupe, en la ermita del kilómetro 62 de la Ruta 14.
Tras su fallecimiento en Gualeguaychú, el 7 de marzo de 2001, la Municipalidad bautizó con su nombre a una de las calles del Parque Unzué para rendirle homenaje.