El impacto tecnológico redujo a la mitad la demanda de lectura en las bibliotecas
En dos de las cuatro que funcionan en la ciudad, reconocen que el boom informático disminuyó un 50% la concurrencia. Y que los que más se alejaron son los adolescentes y jóvenes que estudian. El vertiginoso avance de la tecnología, las facilidades para comprar una PC, los celulares con funciones idénticas a las de una computadora y la expansión de las redes inalámbricas de internet, entre otros aportes cibernéticos, han provocado importantes cambios de paradigmas e impactado en el comportamiento social.Si se toma como parámetro la última década, y se analiza el fuerte impacto de la tecnología en diferentes rubros, áreas o disciplinas, su utilización advierte algunos resultados negativos.Los científicos en todo el mundo coinciden en que la tecnología no es buena ni mala, sólo es cuestión de su aplicación. ¿Tener (casi) todo a un click, es positivo o negativo? Depende.Donde la tecnología y la informática han dejado su huella y en cierto modo han ganado la pulseada, es en las bibliotecas populares. En Gualeguaychú existen cuatro, y han sufrido variadas consecuencias.El punto clave de ese impacto tecnológico e informático ha sido la disminución que han tenido esos centros de lectura, en cuanto a la cantidad de personas que asistían requiriendo algún material de lectura o consulta.El dato impacta: en los últimos tres años disminuyó un 50% aproximadamente, el número de lectores que buscó material en dos de las cuatro bibliotecas populares de la ciudad. Y la mayor parte de ese porcentaje, corresponde a adolescentes y jóvenes que estudian."El gran desafío es saber usar la computadora sin perder el hábito de la lectura", planteó Elizabeth Sack, encargada de la biblioteca "López Jordán" ubicada en 25 de Mayo y Gualeguay.Ante la consulta de elDía respecto a cómo impactó la tecnología en el funcionamiento de las bibliotecas, Sack aseguró que "bastante, de manera negativa" y aclaró que no sólo porque se ha perdido el hábito de lectura sino además porque "casi no se utilizan las seis computadoras que disponemos, nadie requiere su uso, cuando antes venían mucho a consultar y había días en que era por turno por la gran demanda".Para la bibliotecaria, el avance de la informática y que prácticamente en todas las viviendas hay al menos una computadora, han sido algunas de las causas. "A lo que se le debe agregar la entrega de netbooks en las escuelas, que provocó que los chicos se alejaran más de las bibliotecas", remarcó.Sack afirmó que "los jóvenes son los que más se han alejado de los lugares de lectura en los últimos años" y agregó que la demanda de manuales de estudio se redujo un 50%. "La salida de ese tipo de material es poca porque ahora muchos trabajan con fotocopia directamente porque los libros son caros", destacó.Explicó además que los adultos y los niños son los que más visitan la biblioteca. "A los niños tratamos de engancharlos a través de juegos y vienen a leer libros infantiles", dijo.En cuanto al requerimiento de lectura, precisó que "los adultos piden todo tipo de novelas, que es lo que más demandan; los más jóvenes buscan ciencia ficción con temas de vampiros, sangre y terror, y los preadolescentes quieren novelas de amor o aventura de su edad".La Biblioteca Popular "López Jordán" cuenta con 300 socios, que abonan una cuota de 12 pesos mensuales, y funciona de 9 a 11 y de 16 a 20 hasta el 13 de enero, que entrará en receso hasta el 3 de febrero.Por su parte, en la biblioteca popular "Rodolfo García", ubicada en Corrientes 222, coinciden con el porcentaje de caída en la demanda de lectura. "Dos o tres años atrás había muchos más lectores en sala de los que hay actualmente, que son cada vez menos", aseguró a elDía la bibliotecaria Silvana Weigandt.Remarcó que cuentan con tres computadoras que "se usan muy poco y hay días que ni se encienden", y destacó que al igual que en la López Jordán la mayor disminución se observa entre la población adolescente - juvenil. De todos modos, aclaró que la reducción no se acentúa porque "en las escuelas todavía les exigen que cierta información debe ser buscada en libros".La Biblioteca Popular Rodolfo García cuenta con 300 socios, que hasta el 31 de diciembre pagan 5 pesos mensuales pero abonarán 10 pesos desde 2012, funciona de 9 a 11 y 15.30 a 19.30 y no tendrá receso. Otras dos realidadesSin embargo, en la biblioteca "Olegario V. Andrade", que funciona en el Instituto Magnasco (Camila Nievas 78), destacan los beneficios de la tecnología y de internet como complemento de la lectura.La responsable de la sala, Liliana Leonhardt, aseguró "la irrupción de la tecnología y la presencia de internet ha sido de una gran ayuda y fortalece el trabajo con los libros. Esto, a partir del buen criterio y explicación que las docentes dan a sus alumnos".Expresó que la presencia de los jóvenes y niños "es una constante" y contó que el Magnasco cuenta con el servicio de wi-fi, lo que permitió "que las escuelas públicas se hayan sumado y vengan periódicamente a consultar sobre diferentes temáticas".La bibliotecaria explicó que los niños "todos los años nos sorprenden. Vienen acompañados de sus señoritas al sector infantil, pueden manipular un libro, elegir el título y leer que es lo más importante". Es común, agregó, "ver al otro día a muchos chicos concurrir con su papá o mamá a hacerse socio porque desea repetir la experiencia".En tanto, destacó a los socios -alrededor de 500- que "durante todo el año concurren y optan por títulos de investigación, de recreación o ciencia ficción".Cabe destacar que el Instituto Magnasco cuenta con una hemeroteca -modelo en el país- y que es utilizada periódicamente por historiadores argentinos o arribados de países limítrofes. "Es un servicio especial que la comunidad también puede gozar", precisó Leonhardt.Por otra parte, en la Biblioteca Sarmiento (San Martín y Alberdi) "hay una constante, que se ve semana a semana, y es la presencia de los lectores adultos. Aquellos que vienen a buscar libros de novelas, investigación y de actualidad", manifestó a elDía Lorena González, asistente de bibliotecaria.Otra realidad es la asistencia de los jóvenes. "Lamentablemente, este año ha sido catastrófico respecto a la inquietud de ellos por libros de recreación o placer. Muchos vienen obligados a retirar material por los profesores".Contó que "fue común en los últimos meses la visita de estudiantes con netbooks pero que no conocían mucho su utilización. Creemos que es importante que se los capacite en ese sentido".Por otra parte, resaltó "la actitud de los niños, del nivel primario, que siempre han estado en nuestros salones, preguntando sobre nuevos libros. Hay un compromiso de los padres que, más allá de contar con computadoras en sus casas, interpretan el significado de una biblioteca".Lorena González destacó que la biblioteca Sarmiento cuenta con unos 500 socios, aunque aclaró que "en noviembre/diciembre se dan varias bajas pero en abril iniciamos la tarea de hacer nuevos socios".
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