¿UN MILAGRO EN GUALEGUAYCHÚ?
El incendió quemó absolutamente todo, pero ellos y sus biblias resultaron ilesos
Perdimos todo pero la solidaridad de la gente nos ayuda a seguir adelante El sábado, a media mañana, el ulular de las sirenas de los bomberos anunciada un siniestro. Una pareja de ancianos perdió absolutamente todo.
Se trató de un incendio que consumió una vieja construcción, asentada en barro, en Concordia al 1875. Estalló una garrafa y los ocupantes, un matrimonio, y los tres perros salieron con lo puesto. Dos dotaciones de bomberos trabajaron para extinguir las llamas. Lograron su objetivo, pero las pérdidas fueron totales. Nada se salvó de la voracidad de las lenguas de fuego que superaron los tres metros, salvo dos biblias. El Día estuvo en la casa de la familia Zapata que seguramente será derrumbada ya que las secuelas que dejó el incendio fueron muchas. Trabajadores de Obras Especiales del Municipio y de una cooperativa trabajaban en la remoción de las chapas del techo en donde se encontraba la cocina, al igual que los tirantes prácticamente calcinados por el fuego.
Juan Carlos Ramón Zapata y Juana Nélida Álvarez de 68 y 62 años respectivamente hablaron con “El Día”. Juan a quien se lo conoce como “El Viejo”, recordó que segundos antes del incendio se “cortó la manguera de la garrafa y como estaba con barbijo no sentí el olor a gas y cuando fui a prender la cocina para calentar agua explotó todo. No tuvimos tiempo de pensar en nada solo en “disparar” junto a mi señora junto a los tres perritos de la familia”. Juana agrega que “pedimos socorro a los vecinos sumidos en un estado desesperación total”. Juan dijo que “si se quemaba todo y no nos pasaba nada podíamos empezar de vuelta. Fueron segundos en los que corrimos para salvar nuestras vidas”. Juana contó que-lamentablemente- , perdieron todo. “Salimos con lo que teníamos puesto, no nos quedó nada de lo que teníamos, pero gracias a los vecinos, a gente muy solidaria, hemos recibido ropa, muebles, utensilios de cocina, que vamos almacenando hasta ver que pasa con lo que quedó de la casa que seguramente será derrumbada ya que el daño provocado por el fuego fue gravísimo”. Juan contó que “todo el pueblo de Gualeguaychú está colaborando, razón por la que estamos eternamente agradecidos. Los vecinos, gente de otros lugares. Solo nos faltaría, de lo que perdimos, un lavarropas, un ventilador y una cafetera; después nos han donado prácticamente todo”. Juana indicó que “ la gente del barrio se ha portado muy bien con nosotros, hasta una señora nos regaló un equipo de mate”. La historia de las Biblias Zapata destacó que es una persona “muy creyente y que siempre he ido por derecha”. Las llamas devoraron todo. Cocina, heladera, lavarropas y otros electrodomésticos terminaron fundidos por el calor del fuego. Metal retorcido, no así las dos biblias, una grande y una de bolsillo que se “encontraban en el pasillo”, cuenta Juan, quien agrega que “ tendría que haberse quemado, pero no se….uno es creyente y quiero pensar que Díos respetó a la Biblia”, sostiene aferrándose con fuerza al libro sagrado y con los ojos vidriosos. No se prendió fuego. Hay que creer en Díos, el lo ve todo”, sostuvo. La Municipalidad Dijo que el “municipio nos está dando una mano muy grande y en este punto debo agradecerle al Intendente Martín Piaggio quien dijo ayuden al “Viejo”, apodo con el que la mayoría de la gente me conoce. Yo trabajé con él cuando Piaggio estaba a cargo de Salud en el Munilla. Siempre nos cruzábamos. Martín iba a hacer sus tareas y yo estaba pintando, trabajando, realizando distintas labores”. Zapata forma parte de planta permanente de la Municipalidad y según lo manifestado “ en breve me acogeré a los beneficios de la jubilación”, en tanto que Juana cobra una pensión por madre de siete hijos.Cabe destacar que Juan y Juana se casaron hace tres años y conviven desde hace veinte años, aunque no tienen hijos en común. Juan tiene 9 hijos y Juana 8, de los cuales fallecieron dos. Barrio Yapeyú El matrimonio está viviendo hasta que se solucione todo y el lugar pueda ser habitable en el barrio Yapeyú, casa 75, donde la gente nos está dejando donaciones tales como ropa, electrodomésticos y la heladera que era lo principal ya nos donaron una”. Es la casa de mi hijo, Juan Armando, que “nos está dando una mano”. Ana Zapata, hija de Juan, contó que cuando se enteró del incendió llegó rápido “con el corazón en la boca, pero por fortuna los dos estaban bien en el fondo de la casa”. La casa pertenecía al padre de Juan quien destacó que “la misma está asentada en barro y si bien ahora vemos edificaciones por todos lados, cuando yo era gurí, todo esto era zona de chacras”ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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