HACE UN AÑO ATRÁS
El kayakista que encontró a Fiorella Furlán había sido denunciado por abuso sexual

El joven compartió en sus redes sociales que estaba buscando a la chica de 22 años. Sin embargo, luego salieron a la luz las denuncias de varias mujeres en su contra. Además, la policía desmintió su versión sobre cómo encontró el cuerpo de la joven desaparecida.
Luego de conocerse la aparición sin vida de Fiorella Furlán, la chica de 22 años que murió ahogada en el río Paraná, surgió un protagonista inesperado alrededor de la noticia: Jerónimo Albornoz. El joven subió fotos y videos a sus redes sociales donde presumía haber encontrado el cuerpo. Minutos más tarde, la Policía confirmó que lo había hallado un kayakista, y cuando su nombre empezó a circular por las redes sociales, mujeres que lo conocían recordaron las denuncias en su contra por violencia de género y abuso sexual.
“¡La encontramos! Necesito que la familia se comunique conmigo”, escribió el joven en una historia de su cuenta de Instagram cerca de las 14 del lunes. En fotos y videos previos, mostraba cómo, a bordo de un kayak, recorría afluentes del río Paraná en busca de rastros de Fiorella. No obstante, su relato en las redes no coincidía con la versión de la Policía. El comisario Marcos Antonow le había dicho a TN que “una pareja avisó al 911”, luego de toparse con el cuerpo de la chica mientras paseaban con su embarcación privada. Al contactarse el mismo medio con Albornoz, el joven dio una explicación que se contrapuso con lo escrito en las redes. Aseguró que se encontraba en su casa, cerca de la costa, cuando escuchó que la habían encontrado y fue entonces que decidió acercarse con su kayak. “La realidad es que haber encontrado el cuerpo y llevarle paz a su familia es un logro de toda la comunidad, que se movilizó desde el sábado para buscarla”, expresó. “A todos ustedes que se ponen en el lugar del otro, este es momento de actuar, de buscar a Fio. Ensuciarse para salvar una vida o dar paz a su familia. Las oraciones no la van a encontrar, sino quienes la busquen”, había publicado el domingo, mientras recorría túneles fluviales cuando todavía se desarrollaba el operativo para dar con Furlán. Los antecedentes de Jerónimo Albornoz por violación y violencia de género Al conocerse el nombre del joven en algunos medios locales, comenzaron a mencionarlo como un “héroe” en el operativo para hallar a la chica de 22 años. Sin embargo, también reflotaron las denuncias por acoso y abuso sexual. “Habla de empatía. Esa que nunca tuvo cuando acosó y abusó de no sé cuántas mujeres en Paraná. Por favor no titulen de héroes a personas desagradables”, escribió Priscila, una licenciada en nutrición, en su cuenta de Twitter. Asimismo, otra joven de la capital entrerriana denunció públicamente a Albornoz hace un año. El 12 de diciembre de 2018 la chica escribió cuatro páginas relatando la situación de abuso sexual de la que había sido víctima cuando tenía 17 años. “En el verano de 2015 un chico me invitó a participar de la ONG ‘Voluntarios por la vida’. Accedí sin pensarlo, dado que siempre me gustó ayudar. Este chico siempre fue muy ‘encantador’ para que formara parte. Y lo hice”, contó sobre la forma en que se conocieron. Y amplió: “Hasta que un día lo crucé en la barra de una fiesta. Eran las 6 de la mañana y se ofreció a llevarme a mi casa. Yo estaba sola y vivía lejos, accedí, se trataba de la persona con la que compartía obras de caridad. Cerca del centro, me dí cuenta de que no estaba yendo a mi casa y me dijo que tenía que pasar por la suya a buscar algo. Le dije muchas veces que me quería ir a dormir pero no le importó ni un poco mi ‘no’. Estacionó y me obligó a bajar del auto”. “Me decía que no sea pendeja, que no sea una nena, que quería subir un rato y después me llevaba. Tanto fue mi ‘no’, que recurrió a agarrarme del brazo y yo tan indefensa ante un pibe de 25 años accedí. Por miedo, por mujer”, continuó su relato. Y añadió en diálogo con TN: “Estando en su departamento me besó, me tocó, hasta que me agarró de los brazos y me tiró en su cama. Mis ‘no’ no fueron suficientes. Me penetró. Me corrió la pollera, la ropa interior y lo hizo, sin importarle mi 'no'”. “Lo terminé sacando y poniéndome tan mal que me hizo sentir culpable de que era yo la pendeja, la inmadura, la que no se animaba. Me llevó a mi casa y como si nada, en el semáforo anterior a mi cuadra, me agarró de la pierna y nunca voy a olvidar lo que me dijo: ‘Aunque no quisieras, te gustó que haya entrado, ¿no?’. Con toda mi angustia y culpa encima, giré mi cabeza hasta que me bajé y rompí en llanto. Me metí abajo de la ducha y me bañé por horas”, cerró la víctima.ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios