ABERRANTE
El macabro final de una actriz porno, la asesinaron mientras grababa una escena de sadomasoquismo
Meses después encontraron su cuerpo desmembrado y la lograron identificar por sus tatuajes. El padre de la chica aseguró que "la mataron como a una bestia". ¡Mirá!
Un vecino de la localidad de Borno, al norte de Italia, hizo un descubrimiento horrífico. Halló cuatro bolsas abandonadas y de una de ellas salía una mano. Inmediatamente, se comunicó con la policía y el atroz crimen salió en todos los portales de noticias. En su interior, estaban los restos de Carol Maltesi, una joven de 26 años, madre de un niño de seis.
No lograron identificarla inmediatamente, por lo que decidieron difundir algunos de los tatuajes que tenía el cuerpo para lograr dar con su nombre. Los medios de comunicación comenzaron a recibir mensajes de sus lectores y televidentes de todo el país con el nombre de la chica, es que Maltesi era conocida bajo el nombre de Charlotte Angie, en la página de OnlyFans.
Davide Fontana, el femicida, mantenía una relación abierta con la víctima y juntos grababan escenas pornográficas para OnlyFans.
A partir de allí, los investigadores comenzaron su labor y dieron con el asesino quien confesó su crimen. Se llama Davide Fontana, es empleado bancario y bloguero gastronómico. Paradójicamente, él había denunciado en la comisaría de la localidad de Rescaldina la desaparición de su amiga.
De qué modo asesinaron a la actriz porno italiana
En su confesión, explicó que se conocieron en octubre del 2020 en plena cuarentena. Al poco tiempo comenzaron a tener una relación sentimental "abierta" mientras se dedicaban a vender fotografías y videos de ambos en una plataforma para adultos.
La noche del 10 u 11 de enero se reunieron para grabar una de estas escenas en la que ella estaba atada de pies y manos. “Empecé a golpearla con un martillo en todo el cuerpo, no fuerte. Luego, cuando llegué a la cabeza, comencé a golpearla fuerte, no estoy seguro de por qué”, se filtró su confesión.
Terminó de asesinarla cortándole su cuello, luego la seccionó para intentar eliminar sus tatuajes. Compró un congelador para conservar su cuerpo hasta que decidiese qué hacer con él. Durante dos meses usó el teléfono para pagar el alquiler de su víctima y responder los mensajes que le llegaban.