
Por decisión del Poder Ejecutivo Municipal, la actividad de molienda y la secadora de cáscara de arroz de la Cooperativa quedaron fuera de funcionamiento. Se estima que entre diciembre y los primeros meses del 2013, se concretará la relocalización.
Mónica FarabelloEl conflicto por el funcionamiento de la Cooperativa Arrocera dentro de la planta urbana de Gualeguaychú, llegó a una instancia de definición.Así lo informó el secretario Jefe de Gobierno, Germán Grané, quien confirmó a ElDía que "se intimó a la Arrocera a que cese con las actividades de moliendo y secado de cáscara de arroz". En este sentido destacó: "esto es una decisión firme que surge del Intendente quien en todo momento le demostró a los representantes de la Cooperativa Arrocera, que el Municipio tenía una decisión tomada frente a este problema".El primer objetivo del plan de traslado era concretar el cese del funcionamiento de la secadora de cáscara de arroz y del molino. Esta primera meta se alcanzó a través de una determinación del intendente, Juan José Bahillo, y comunicada a través del área de Asuntos Legales de la municipalidad.Grané resaltó que la secadora y el molino generaban "el mayor conflicto con los vecinos y además traía "inconvenientes a nivel salud, ruidos molestos, el tránsito pesado, contaminación medioambiental y además esta planta resulta incompatible desde el punto de vista del planeamiento urbano".Asimismo, informó: "Les avisamos que en cualquier momento íbamos a disponer el cese de las actividades de moliendo; no así el de la elaboración de alimento balanceado", y agregó: "Esto estaba previsto dentro del plan de trabajo, que en un primer momento era la secadora y la molienda, y luego será la fábrica de alimento balanceado". Sin faja, pero con avisoActualmente la Cooperativa Arrocera no está clausurada pero sí intimada. Por esto no podrá funcionar como planta de molienda, aunque si lo hace, el Municipio procederá a la clausura del lugar.Al respecto el Secretario Jefe de Gobierno explicó: "Si la Cooperativa efectúa actividades de molino arrocero, entra inmediatamente en infracción y el Municipio puede disponer la clausura, con todo lo que ello implica a nivel jurídico"."Hasta el momento, han aceptado y han cumplido ante este rol activo del Municipio", expresó Grané y agregó: "el molino no puede funcionar si el municipio no lo autoriza, y en este sentido desde la Cooperativa nos pidieron prenderlo en cuatro o cinco oportunidades más para cumplir con algunas obligaciones que ellos contrajeron y nos dijeron que de no cumplirlo, sería contraproducente para lograr el fin de la relocalización".Este pedido será evaluado desde el Municipio pero "la Cooperativa ya no puede poner en marcha el molino por su voluntad, sino que deberán contar con la autorización y si lo hacen van a estar infringiendo una normativa", sentenció Grané.La resolución 88/2012 dispuso el cese de actividades, no la clausura, por lo que los empleados pueden ingresar y hacer otras actividades y disponer del lugar.En cuanto a la nueva planta ubicada en la Ruta 14, frente al Parque Industrial Gualeguaychú, Grané informó que "está muy avanzada", aunque la finalización se espera entre diciembre y los primeros meses de 2013. El conflicto paso a pasoEn diciembre de 2011 un grupo de vecinos del barrio El Corsódromo, marchó bajo una consigna: "Más de 20 años diciéndole No a la Arrocera". La manifestación terminó en las puertas de la planta y con la intervención de la policía. Las partes mantuvieron una reunión sin llegar a un acuerdo.Los primeros meses de 2012, el Municipio mantuvo las negociaciones con la Cooperativa, entre idas y vueltas de acuerdos y desencuentros.En julio de 2012, los vecinos fueron recibidos en la Municipalidad, donde fueron informados de una prórroga por 90 días que se le había otorgado a la fábrica.En octubre de 2012, ElDía titulaba: "Vencieron los noventa días otorgados ala Arrocera y el traslado está más cerca".En tanto, se conformó un comité de control conformado por funcionarios municipales y representantes de Fundavida.Finalmente, el noviembre de 2012, cesó la actividad que generaba contaminación auditiva y afecciones respiratorias, entre otros malestares que padecía todo el vecindario.Para finalizar el plan de traslado, sólo resta reubicar la fábrica de alimento balanceado.