El ‘No’ al camión de pescado: “podía constituir un riesgo para la población”
El coordinador del área de Veterinaria Municipal, Juan Pablo Sack, se refirió al procedimiento realizado en el camión de pescados y frutos de mar que terminó con el transporte regresando a su lugar de origen. Brindó detalles de las distintas tareas que lleva adelante con Inspección General y Bromatología.El médico veterinario, Juan Pablo Sack, indicó que el miércoles a las 7.30, personal de Veterinaria se hizo presente en calles Piccini y Rocamora para ver que todo esté en regla, como se hace cada vez que" llega un camión con alimentos, puntualmente cuando arriba con productos de origen animal".Contó a ElDía que cuando llegaron, lo primero que hicieron fue verificar la documentación, para después proceder a controlar la carga que llegó "algo desorganizada con productos que habían perdido cadena de frío", y otros donde "faltaba el etiquetado con todos los datos del establecimiento, número de lote, fecha de elaboración y la fecha de caducidad", por lo que se decidió que "no era un producto seguro para ser comercializado".Además, indicó que puede constituir un "riesgo para la población". Por esta razón no se habilitó la carga y se la envió nuevamente a su lugar de origen.Acorde a lo que indicó el chofer, quien fue consultado por autoridades municipales, el camión había estado en otras localidades, donde tal vez los controles no "hayan sido de la misma manera", destacó el funcionario.Remarcó que el municipio local se guía por lo que dice el código alimentario, "que no es algo que inventamos. Una de las cuestiones que se exige es que los alimentos fraccionados tengan su etiqueta, como así también el envase primario, las cajas, donde venía el producto", detalló. Cómo se controla el pescadoEn lo que refiere a productos ictícolas, explicó que se "hace la pesca y el fileteado, para luego pasar, sin escalas, a cámara manteniendo una categoría de súper congelado, al igual que hamburguesas y otros productos que se trabajan a temperatura de freezer, evitando de esta manera procesos de putrefacción".Acotó que la "célula y el contenido de agua que tiene el músculo de un pescado, lo hace más pasible de un descomposición que en el caso de una carne bovina que tiene otras características, debido a que se faena a temperatura corporal (38 grados) y la carne es transportada en camiones con una temperatura no superior a los cinco grados".Comentó que la idea es "encontrar en condiciones lo que se exige regularmente", y que si bien no resulta nada grato "realizar este tipo de procedimientos, el cuidado de la salud está antes que todo".Sack agregó a ElDía que como funcionario tiene una responsabilidad muy grande y más allá que "no puedo aseverar que se hubiese dado una intoxicación alimentaria, se trataba de un producto no seguro, razón por la que no se podía correr ningún riesgo".Dijo que muchos operativos se hacen en bloque con Inspección General y Bromatología, controlando "transportes, habilitaciones, carnet sanitario, a los efectos de llevar tranquilidad al consumidor, que el producto desde que sale y llega a la boca de expendio, cumpla con todas las normas sanitarias".Por otro lado, comentó que su área trabaja en todo lo que tenga que ver con la producción animal, cuidando la higiene, las buenas prácticas, evitando que "estén juntos productos procesados con crudos".Indicó que en la ciudad se recorrieron 3 mil comercios -a razón de 400 por mes- en un año y medio de gestión, con "fines educativos en lo que a manejo de alimentos se refiere, ajustando lo que no está haciendo bien, para luego pasar a una etapa de fiscalización".
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