“El objetivo del viaje al Impenetrable no es regalar nada, sino compartir con los Tobas”
[gallery link="file"]Esa fue la frase que dijo uno de los amigos que viaja desde hace más de doce años. La meta es brindar tiempo y compartir, recalcaron. "Sin dudas es una experiencia que nos enriquece a todos", aseguraron.Mónica FarabelloCarta abierta a Gualeguaychú: Después de más de dieciocho horas de viaje, las cuarenta personas que viajamos al Impenetrable Chaqueño, hicimos una parada en Roque Sáenz Peña. Tuvimos la suerte de contar con la colaboración de Prefectura, todo coordinado desde el Escuadrón Gualeguaychú; al llegar a Chaco, el Escuadrón N° 1 nos brindó lugar para guardar los camiones quedando custodiados durante toda la noche.Cerca de las 7 de la mañana, comenzó el viaje hacia El Algarrobal, en medio del Impenetrable Chaqueño donde nos esperaban niños, padres y docentes para compartir un almuerzo.Los caminos son muy complicados de transitar: están colmados de arena que dificulta el avance de los camiones tan cargados. Para hacer 80 kilómetros, tardamos aproximadamente dos horas. En el camino, los chicos que habían viajado años anteriores resaltaron que se observan muchos cambios positivos en la zona, entre ellos, algunas casas de material.Al respecto, contaron que la Fundación "Pequeños Gestos", presidida por Patricia Sosa, ha hecho mucho por los hermanos Tobas y otros pueblos originarios. "Les enseñan a trabajar, explotan mucho su gusto por la artesanía, para luego venderlas en las ciudad y así, convertir ese dinero en materiales de construcción", contaron.Además, observamos entre diez y quince casas de material, con techo de chapa y unos tambores plásticos para el agua. También pudimos ver que algunas construcciones, hasta cuentan con tanques de agua (aunque no es potable). Todo esto es observado como un avance para la comunidad que habita en el ingreso al Impenetrable Chaqueño.Las viviendas son gestionadas por el gobierno (desconocemos si Nacional o Provincial) y su construcción es coordinada por cooperativas de trabajo.En el Impenetrable la gente te saluda con dos besos, y te dice "La", es un saludo que significa 'hola'. La mayoría habla el qom, que es el idioma originario y otros hablan en los dos idiomas.A la ronda de la batataCuando llegamos a la escuela, el recibimiento fue una fiesta. Los nenes nos abrazaban y las maestras estaban muy emocionadas. En cambio, los hombres tomaron distancia y nos miraban desde unos metros, aunque rápidamente se acercaron y comenzaron a interactuar.Los sentimientos de hermandad y de fe se profundizan en este lugar. Ellos cuentan sobre su situación con mucha naturalidad, mientras la mayoría de nosotros siente dolor al escucharlos. No hay agua corriente, sólo contamos en este lugar con agua de lluvia que sacamos de un aljibe. Comimos un guiso de pollo y fideos que hicieron especialmente por nosotros, y retribuimos con abrazos y juegos.Hicimos una ronda, jugamos a la mancha, cantamos canciones y hasta les enseñaron a los nenes a jugar a la bolita. Rezamos mucho, agradecemos a Dios y a la Virgen que nos ha acompañado durante tantos kilómetros. Y también agradecemos íntimamente, por haber nacido en una hermosa tierra, donde abrimos la canilla y tomamos agua, donde abrimos el ropero y elegimos nuestro abrigo.El Impenetrable ha mejorado según la visión de los chicos, y eso es gracias a quien hace visible las necesidades, y a quien se hace cargo de resolverlas, ya sean los medios, las fundaciones, o el gobierno. Lo cierto es que falta mucho por hacer, y los Amigos Solidarios de Gualeguaychú, lo están haciendo.PD: Mientras escribo la nota, tres niños Tobas observan la computadora, me tocan el pelo, se ríen y piden ver sus fotos jugando a la ronda.
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