El plan continental y la declaración de nuestra independencia
La declaración de nuestra independencia fue el resultado de un proceso que en lo interno puede considerarse iniciado a partir de las Invasiones Inglesas y, en el orden internacional, con la invasión de los ejércitos napoleónicos a España. Por Mario Gercek En este proceso hay hitos insoslayables dentro de los límites de lo que fue el virreinato del Río de la Plata y sobre todo en Buenos Aires: Los sucesos que condujeron al cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 y a la formación de la Junta Provisional Gubernativa tres días después. La constitución de la Asamblea General Constituyente de 1813, que se proclamó soberana y adoptó medidas revolucionarias, pero no declaró la independencia La instalación del Congreso General Constituyente de 1816 en Tucumán, que declaró la Independencia "...de las Provincias-Unidas de Sud-América..."En el virreinato del Río de la Plata y en otras jurisdicciones de la América hispana se produjeron, a partir de 1808 y como consecuencia del arresto del rey de España Carlos IV y de su hijo Fernando por Napoleón, movimientos insurreccionales que, hacia 1810-1811 dieron origen a gobiernos locales con objetivos independentistas; algunos, incluso, con vocación de unidad continental Con el retorno a España del hijo del ex rey Carlos IV en 1814 y su entronización como Fernando VII, se vislumbraban tiempos muy difíciles para estos gobiernos. Por su mentalidad absolutista Fernando dejó sin efecto la constitución liberal de 1812 y se propuso recuperar los territorios de América que, de manera más o menos ostensible, habían roto con la metrópoli. Para ello no dudó en enviar expediciones armadas. En 1814 las tropas realistas movilizadas desde el virreinato del Perú vencieron a los patriotas en Rancagua, reinstaurando la autoridad colonial. El general Morillo sometió a los revolucionarios de Venezuela y Nueva Granada, obligando a Bolívar a refugiarse en Jamaica. Desde esta isla "(...) mantuvo vivo el sentimiento emancipador mediante proclamas, cartas e impresos en los que ponderaba la necesidad de que todos los hispanoamericanos se unieran en intereses y voluntades para llevar adelante la primigenia idea de constituir una gran nación" (1). En 1815 el movimiento revolucionario mejicano ingresaba en una profunda crisis tras el fusilamiento del padre Morelos. El virreinato del Perú era el principal enclave del poderío español, reforzado por Fernando. En 1816 sólo quedaban libres del dominio peninsular el otrora virreinato del Río de las Plata (2) y el aislado Paraguay. En este contexto se produjeron distintos hechos que condujeron a la convocatoria del Congreso en Tucumán. Dicho contexto permite comprender la presencia de San Martín como gobernador intendente de Cuyo desde 1814, la elaboración e instrumentación de su plan continental y por qué consideraba impostergable la declaración de la independencia. Desde Mendoza Don José desarrolló una esforzada labor como gobernador intendente y jefe del ejército libertador en formación. Su gestión se caracterizó por la aplicación de drásticas medidas de austeridad, propias de una economía de guerra, y por la búsqueda de recursos que permitieran equipar al ejército con los pertrechos y bastimentos necesarios para encarar el cruce de los Andes y combatir al enemigo en Chile. Comenzó a esbozar su plan continental a partir de 1814. En 1816 lo perfeccionó y finalizó con la ayuda de Tomás Guido. Posteriormente fue aprobado por el director supremo Pueyrredón. Algunos autores sugieren que los antecedentes se encuentran en propuestas de militares ingleses de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Patricia Pasquali sostiene que un militar argentino, Enrique Paillardelle, propuso en 1813 una acción conjunta de fuerzas chilenas y del Río de la Plata contra el Perú partiendo de Valparaíso (3). Se ignora si San Martín conoció estos antecedentes. Lo cierto es que su experiencia al mando del ejército del Norte y e desastre de Sipe Sipe le permitieron valorar la imposibilidad de atacar el bastión realista del Perú por el Alto Perú. Quedaba entonces la alternativa de cruzar los Andes, vencer a los españoles en Chile restaurando su independencia; luego partir por mar con un ejército de chilenos y argentinos -desde Valparaíso- rumbo a las costas peruanas. El objetivo era destruir el poderío español en Lima y en el interior del virreinato para asegurar la independencia del cono sur de América. Este es en esencia el plan. Para llevarlo a cabo San Martín necesitaba asentarse en Mendoza y ejercer el gobierno de Cuyo. En las Instrucciones reservadas del Directorio (diciembre de 1816) para el desarrollo del plan continental, se pedía al futuro libertador (...) hacer valer su influjo y persuasión, para que envíe Chile su diputado al congreso general de las provincias unidas, a fin de que se constituya una forma de gobierno general, que de toda la América unida en identidad de causas, intereses y objeto, constituya una sola nació, (...) (4). Para entonces el congreso reunido en Tucumán había declarado la independencia, fuertemente estimulado por San Martín, quien veía con disgusto que esta medida fundamental se dilataba: a raíz de la restauración monárquica europea el Congreso de Viena y de la Santa Alianza habían decidido aniquilar cualquier rebelión que atentara contra el absolutismo y el orden colonial. El Libertador instaba a superar temores y a dar el gran paso para romper definitivamente y ante el mundo con el rey de España. En carta a Godoy Cruz (abril de 1816), uno de los diputados por Cuyo y su hombre de con fianza, expresaba: "¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener pabellón y cucarda nacional, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo, por otra parte? ¿Qué relación podremos emprender si estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos (...) Animo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Vamos claro, mi amigo: si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir a Fernandito" (5). Como se consignó antes, la independencia se declaró, no para las Provincias Unidas del Río de la Plata, sino para las Provincias Unidas de Sudamérica. En opinión de Pérez Amuchástegui esta fórmula contiene y expresa la voluntad originaria de Miranda, de la logia Gran Reunión Americana (su creación en Europa) y de la Logia Lautaro -a la que pertenecía San Martín- de lograr la unidad política continental. La proyección continental de esta declaración se ratifica en las siguientes decisiones adoptadas por el congreso y el directorio: designación de Santa Rosa de Lima como Patrona de América del sur; cambio de denominación del jefe del ejecutivo, quien comenzó a firmar los documentos públicos como Director Supremo de las Provincias Unidas de Sudamérica; en las páginas de El Redactor, órgano oficial del congreso, se sustituyen a partir de comienzos de julio de 1816 las alusiones a lo rioplatense por las referencias a lo sudamericano (6) El propio San Martín entendía que si el dominio español en América era continental, también debía ser continental la lucha por la emancipación. Es lamentable que el congreso que nació y actuó en su primera etapa con voluntad de independencia y unidad americana fue el mismo que, trasladado a Buenos Aires, sancionó la constitución unitaria de 1819 y se dejó envolver por las luchas intestinas. Afortunadamente San Martín supo desembarazarse de las demandas que le exigían inmiscuirse en estas confrontaciones y continuar con su obra. Si bien su tarea finalizó después de la Entrevista de Guayaquil con Bolívar, cupo a éste la tarea de poner fin al dominio español en América. Con posterioridad los mezquinos intereses de los políticos de bajo vuelo desnaturalizaron el proyecto de independencia y unidad, o confederación, de los Libertadores. Se atribuye a Bolívar una frase que resume su desilusión después de tantos esfuerzos: "He arado en el mar". Para finalizar sería necesario preguntarse: ¿No están los países y los pueblos de América Latina ante la oportunidad histórica de retomar los planes y los sueños bolivariano y sanmartiniano para continuarlos en del actual contexto internacional? Todo parece indicar que se está actuando en este sentido, sobre todo por la creación de organismos regionales de integración. Citas1- PÉREZ AMUCHÁSTEGUI, A.J., Ideología y acción de San Martin, Bs.As., Eudeba, 1966, p.34.2- PIGNA, Felipe, Los mitos de la historia argentina, Bs. As., Norma, 2004, pp. 385 a 387.3- GALASSO, Norberto, Seamos libres y lo demás no importa nada. Vida de San Martín, Bs.As., Colihue, pp. 159 a 163.4- PÉREZ AMUCHÁSTEGUI, A.J., ob.cit., pp.37-38.5- Crónica Histórica Argentina, Bs.,As., Codex, 1968, tomo 2, p. 2-170.6- PÉREZ AMUCHÁSTEGUI, A.J., el Congreso, la Logia y la unidad continental, Crónica Histórica Argentina, ob.cit., p. 2LXII.
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