El post carnaval: un evento que no sólo sirve para divertir a lo que quieren más fiesta
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El recital de cierre luego del paso de las comparsas se transformó en una tradición. Sin embargo, la iniciativa no nació para prolongar los festejos, sino que tiene como objetivo agilizar la salida del Corsódromo, descongestionar el tráfico y mantener la armonía dentro de la ciudad.Amílcar NaniDesde hace varias temporadas, el final de la pasada de la última comparsa cada noche de carnaval no es sinónimo de que la fiesta haya acabado: una parte de los que disfrutaron en las tribunas del espectáculo a cielo abierto más importante del verano argentino saltan a la pasarela y se disponen a disfrutar del concierto que una banda local comienza inmediatamente a dar a la altura de la Casa Rosada. Esta parte de la fiesta ya es conocida como "el post carnaval"."La movida de los recitales comenzó allá por 2013, pero al principio no eran para dar un cierre sino para hacer una previa. De hecho, por esa época se hacían los viernes en el Corsódromo", explicó a ElDía Joaquín Páez, prensa del Carnaval del país, a modo de introducción sobre este extra al espectáculo principal."Con el tiempo, la gente de la Comisión del Carnaval comenzó a notar que una vez finalizado el carnaval, mucha gente se quedaba dando vueltas por la pasarela, como esperando algo más. Fue entonces que los conciertos pasaron a estar el final de la última comparsa", prosiguió.Sin embargo, la idea del post carnaval no sólo tuvo como finalidad el entretenimiento de una porción del público que no quería que la fiesta acabara, sino que además fue pensado para una descongestión más armónica del Corsódormo durante la madrugada del domingo. Según los organizadores, en cada una de las noches de la maratón carnavalera del fin de semana extra largo se quedaron escuchando a bandas como Tuka Tuka, Ironía, Los más duendes o Ay Carmaba -todas locales- entre unas 5 mil y 7 mil personas. La marea humana llegaba desde la Casa Rosada, a la mitad del circuito, hasta el final de la pasarela. Esto quiere decir que una tercera parte de las personas que estaban en las tribunas siguieron dentro del predio, disminuyendo considerablemente el número de los que tratan de salir en la primera y gran oleada, generando menos tráfico y embotellamientos en las inmediaciones del Corsódromo.Uno de los principales beneficiados con el post carnaval fueron, precisamente, las excursiones que traen personas de otros lados al carnaval y que emprenden la vuelta luego de finalizado el mismo: los colectivos transitan con menos gente en las calles, lo cual disminuye muchísimo el riesgo de accidentes.Pero además, al poco tiempo, se comenzó a notar otro efecto positivo en la ciudad: antes de la existencia del post carnaval, todas esas personas salían del carnaval cargados con una adrenalina que terminaban descargando de manera caótica y descontrolada en la zona de la Costanera. En cambio ahora, esa energía con la cual esos espectadores terminaron cargándose durante el paso de las comparsas, ahora se canaliza en el recital de cierre, de manera contenida y segura.Todos los costos (sonido, iluminación y el cachet de los músicos) son asumidos por la Comisión del Carnaval, y entre las ventajas económicas está la extensión del horario de cantina durante más de una hora, con un afluente de público que aún sigue ávido por consumir.
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