HISTORIAS PROFUNDAS DE LA CIUDAD QUE POCOS CONOCEMOS
El presente de Abigeato: Cómo en cuatro años se ganó el agradecimiento de los productores

Con sus uniformes camuflados, los 60 miembros de la Brigada de Prevención de Delitos Rurales se encargan de mantener seguro el territorio no urbanizado más grande de Entre Ríos. Comandados por el comisario Cristhian Graciani, que desde que llegó hizo que el Departamento Gualeguaychú deje de ser un punto problemático y el trabajo de toda la fuerza sea elogiado en la Expo Rural. Una crónica que aborda el día a día de una comisaría que se comporta más con camaradería que con disciplina castrense.
Por Amílcar Nani
Es Gualeguaychú, pero no parece Gualeguaychú. O por lo menos no parece esa Gualeguaychú resumida en una urbe de hormigón y cemento que la gran mayoría de los citadinos estamos acostumbrados a ver y a vivir. En este lugar, en la ex Ruta 42, cuando ve al norte hay campo, lo mismo al este y al sur; y al oeste se pueden ver al fondo las casas del Barrio Totó Irigoyen y al ingreso un edificio pintoresco, prolijo, con el pasto bien cortado, con las paredes pintadas con detalles camuflados. Se trata de la sede central de la Brigada de Prevención de Delitos Rurales, coloquialmente llamada la Policía de Abigeato.
La Brigada se compone de tres sedes –esta llamada la “Arroyo El Cura”, la ubicada en Perdices, en el kilómetro 25 de la Ruta 14 y una tercera en la Colonia “El Potrero”– y cuyos 60 funcionarios que prestan servicio deben custodiar y actuar en uno de los territorios rurales más grandes de Entre Ríos: el Departamento de Gualeguaychú.

“Gualeguaychú era considerado la zona roja de la provincia. El Departamento y la zona rural muchos años fueron considerados así, como un lugar donde la situación era muy complicada. Pero desde el año 2020, cuando justo comenzó la pandemia, y que yo me hago cargo de esta brigada, esa situación comenzó a cambiar”.
Quien habla y dice esto es el comisario Cristhian Graciani, 36 años, recibido de la Policía en 2006 y que con los años encontró su lugar en los lugares más agrestes y sin urbanizar de la provincia. Y lo que dice, sobre que con su llegada los productores rurales comenzaron a vivir más tranquilos, se replica en las voces de otras personas. Sin ir más lejos, en la última inauguración de la Expo Rural de Gualeguaychú, dirigentes como el presidente de la Sociedad Rural Eduardo Calot o el titular de Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) José Colombatto elogiaron su labor durante sus discursos.

“Conseguimos estos logros y marcamos la diferencia por una comunicación mancomunada entre las otras fuerzas de seguridad de la ciudad, con las entidades rurales y con toda la comunidad en general. Pero también por la calidad de oficiales que componen la brigada y por la coordinación con los productores. Hay 2.500 productores en el Departamento Gualeguaychú, y tratamos de que todos se sientan cerca de nosotros, que pueden contar con nosotros. Son muchos, pero la idea es que, al momento de tener un problema, nosotros podamos darle una solución”, explicó Graciani a Ahora ElDía.
“El mío es un contacto muy cara a cara con la comunidad rural. Queremos que sepan que la información no cae en saco roto. Creo que con la sola presencia la comunidad ya se siente un poco más tranquila. Y los que salen a delinquir saben también que nosotros estamos muy presentes, que no van a tener las cosas fáciles. Ese es el trabajo diario nuestro, y uno de los secretos es la buena comunicación con la comunidad, pero también con la prensa, porque el hecho de que se refleje en los medios de comunicación todos los días los logros que tenemos en la Brigada hace que se produzca en paralelo un trabajo de prevención. No es que uno quiere sobresalir por encima de otros, sino que quiero que se gane en más prevención: si la comunidad o los delincuentes no te ven presente, afecta a los primeros y envalentona a los segundos”, agregó.

La sede principal de la Brigada
Los funcionarios policiales que pasan por el edificio ubicado en el ingreso del barrio Totó Irigoyen lo consideran un hogar. Y no de manera metafórica: de los 60 policías que componen la brigada, sólo 7 son de Gualeguaychú, mientras que los otros 53 son de otras partes de Entre Ríos. En este inmueble comen, duermen, descansan, se relacionan y conviven. Inclusive el propio Graciani, cuya familia –esposa, también policía; una hija adolescente de 16 años; una niña de 8; y un niño de 2– vive a 300 kilómetros de distancia, en Paraná Campaña. Por esto mismo el comisario de la Brigada de Prevención de Delitos Rurales tiene un régimen de trabajo quincenal.
“Veo a mi mujer y mis hijos 8 días al mes porque mis turnos son así: diez trabajando y 4 o 5 días descansando). Mientras estoy acá, las 24 horas del día, las 10 jornadas que me toca, estoy de manera permanente. Tengo base en la Brigada. Esta es mi casa. Por eso la tratamos de arreglar y tenerla linda como la tenemos”.
Cuando uno asiste a la sede de “Arroyo El Cura”, lo primero que ve al ingresar es una amplia recepción, con un mostrador para realizar la recepción y un escritorio sin paredes ni separaciones. Ese es el lugar de trabajo de Graciani. “Mi oficina es el lugar de paso de todo el mundo, por lo que cualquiera que venga me va a ver trabajando. Y los muchachos de la brigada saben que cuentan conmigo en todo momento”, afirmó dando a entender que su política es de muy puertas abiertas y reflejando el buen clima laboral que se vive.

“No sé si nos llevamos bien porque me tienen que aguantar todos los días acá en la brigada o por qué será, pero hemos hecho una muy buena camaradería con los muchachos. Tengo una excelente respuesta por parte de ellos. Terminamos siendo una familia. Cuando hay respeto y un ambiente muy distendido, terminás creando un vínculo fuerte. Si tenemos que compartir un partido de fútbol o una cena, se hace de igual a igual entre todos. En la calle me llaman Jefe, pero puertas adentro yo no les exijo esos protocolos, aunque muchas veces ellos me siguen llamando así”, confesó.
En la parte trasera del inmueble está la habitación de Graciani, otra más que se usa de huéspedes y una tercera más grande para el resto del personal. Más atrás aún, se ingresa a una cocina que d paso a lo que antiguamente fue una galería techada pero sin paredes que entre todos lograron cerrar y poner allí el comedor comunitario, el sitio donde pasan la mayor parte del tiempo. Con un aire campestre, allí la Brigada vio, por ejemplo, a la Selección Argentina salir campeona del mundo en Qatar 2022; hito que conmemoraron pintando en ese comedor un mural en honor a Lionel Messi. El artista fue el sargento Gustavo Flores, uno de los integrantes de la fuerza con una gran destreza para el dibujo y la pintura.

“Cuando llegué pedí venir a este edificio, que era del INTA. Por supuesto que no está como ahora, sino que lo fuimos arreglando entre todos. A esta altura del año siempre lo pintamos todo para que esté lindo y prolijo”, contó orgulloso.
El camino de un comisario
De una familia con padre panadero, abuelos mecánicos y sin ningún policía en su árbol genealógico, Graciani se recibió después de tres años como Técnico Superior de Seguridad en la Escuela Superior de Oficiales en Paraná. Estuvo cuatro años en comisarías en Paraná y Paraná Campaña. Después pasó durante casi cuatro años en la Dirección de Investigaciones, también en Paraná. Y luego de ahí pasé hace poco más de 8 años decidió incursionar en la Dirección de Prevención de Delitos Rurales, primero un par de meses en Colón, 2 años como jefe en María Grande y 2 años también como jefe en La Paz y finalmente en Gualeguaychú.
“Me decidí pasarme de un día para el otro, para salir un poco de la ciudad, además de ver qué había algo para explorar. Entonces decidí hacer carrera en la Brigada de Prevención de Delitos Rurales. Y cuando hubo una vacante en Colón, tomé el puesto. Pasé de vivir a diez cuadras de mi trabajo a estar a cientos de kilómetros”, compartió.
Sin embargo, una parte de su resumen laboral no marca que ya había tenido una experiencia en nuestra ciudad: en 2007, cuando recién se había recibido, le tocó –como a muchísimos nuevos policías– trabajar durante enero y febrero como refuerzo de la Departamental de Gualeguaychú, prestando servicios en el Carnaval del País o los balnearios locales.

“La gente de Gualeguaychú es muy especial, muy cálida, te reciben, te incorporan a los grupos, a la sociedad, y además hay cierto sector de la sociedad de esta ciudad que está muy interesados en que todas las fuerzas se comuniquen entre sí y también con el Consejo de Seguridad, los fiscales, con el Poder Judicial”, sostuvo.
“Acá en la Brigada hemos recibido a todo el mundo y hemos compartidos momentos amenos para reforzar esa relación: han venido a comer los fiscales, la gente de la Sociedad Rural, de FARER, miembros del poder judicial y de otras fuerzas. Todo eso ha sido el fruto de este resultado presente auspicioso que estamos viviendo”, recalcó.
“Yo creo que es una ciudad única, porque en otros lugares, muchas veces pasa que no hay buena comunicación. No es que no se lleven bien, pero al no haber buena comunicación pasa lo mismo que en toda relación: más cosas pueden fallar. En esto yo creo que Gualeguaychú, por la experiencia que tengo de venir a otros lados, es especial”, concluyó.