El protagonismo histórico de la familia Fernández Borrajo

Los ancestros se hallan entre los primeros pobladores de la villa. De allí viene José Olegario Fernández Borrajo, quien fuera jefe jordanista de Gualeguaychú. La profesora Elisa Fernández Elgue ha reconstruido en torno a su figura el linaje de su familia paterna, trabajo recientemente publicado. Marcelo Lorenzo "Mamá, que es de los Ghiglia Dumón, viene de una familia urquicista. Recuerdo que nos relataba, cuando éramos chicos, que estando de novio con mi padre, en su casa le decían: 'no te casés con un Fernández, que son jordanistas'".Elisa Fernández Elgue le dijo a EL DIA que esta anécdota familiar encerró para ella un enigma durante mucho tiempo. ¿Qué significaba? Recién en la adultez, y como profesora de Historia, logró descifrar su sentido.Resulta que sus padres, Diego Alberto Fernández Elge y Albertina Ghiglia, que se unieron en matrimonio en 1945, provenían de linajes cuyos ancestros prominentes estuvieron en bandos políticos antagónicos en la segunda mitad del siglo XIX.Mientras los ancestros de su papá (los Fernández) se plegaron a las ideas que cuestionaron el poder de Urquiza, los de su mamá (los Dumón) militaron en las filas del caudillo, como el coronel Pedro Dumón, quien a los quince años se incorporó al ejército del caudillo, y estuvo presente en la contienda bélica de Pavón.Aunque el conflicto decimonónico entre urquicistas y jordanistas había quedado en el pasado, la anécdota familiar contada en el siglo XX revela que esa división dejó secuelas en las familias nativas, transmitiéndose a los descendientes.Eso no impidió que Diego Alberto y Albertina se casaran -de hecho ambos tenían una mirada risueña sobre el asunto, al decir de Elisa-. Sin embargo, el pasado de algún modo sigue operando, y allí está la vida de los antiguos, cuyas acciones repercuten en el tiempo.Además, los eventos políticos y sociales se entremezclan con la vida de las personas y las familias, quienes vienen a ser, de última, los actores del acontecer histórico. Al estudiar el linaje paterno, Elisa Fernández conecta con una de esas familias que tuvieron un gran protagonismo político.Los Fernández Borrajo, efectivamente, se plegaron a la revolución de Ricardo López Jordán, y uno de ellos, José Olegario, fue influyente jefe local de la misma, y su biografía es el retrato de una época convulsionada en Entre Ríos. El linaje"José Olegario Fernández Borrajo. Ascendientes y descendientes". Así se llama el trabajo historiográfico de Elisa Fernández Elge, que aparece publicado en la Revista N° XI, la edición de este año del Centro de Genealogía de Entre Ríos.Dedicado a sus padres, la autora reconstruye allí el linaje de este grupo cuyos ancestros figuran en la nómina que enumera el Padrón General de las Familias que contiene la Villa de San Josef de Gualeguaychú, realizado por orden del Alcalde Ordinario don Josef Nadal.En efecto, Joseph Fernández Godoy (o Polancos) y su esposa Juana María Gómez integran la corriente del Paraná que emigra hacia estos campos y la costa uruguaya de Entre Ríos y son censados aquí en 1787.De aquí proviene, de acuerdo al árbol genealógico, la figura de José Olegario Fernández Borrajo, quien desciende a su vez por línea materna de don Agustín José de León Ledesma, conocido como "Cerrajero Real", quien formó parte, desde la fundación de Gualeguaychú en 1783, del primer Cabildo.Los padres de José Olegario fueron José Fernández Navarro, bautizado en Gualeguaychú en mayo de 1810, y Juana Bautista Borrajo, hija del español José Borrajo y de Ramona de León.Fernández Navarro fue miliciano rosista. Luchó a las órdenes de Pascual Echagüe. Y murió a los 36 años en la batalla de Yeruá (en 1839), tras la invasión a Entre Ríos de las tropas unitarias de Juan Lavalle.José Olegario nació el 6 de marzo de 1840, meses después de la muerte de su padre. Tenía dos hermanos mayores: Miguel Esteban y José Restituto.Miguel Esteban fue el primer hijo de Gualeguaychú graduado de doctor de Medicina y Cirugía en la Universidad de Buenos Aires (1868). Fue eficaz colaborador en la atención de los heridos por los enfrentamientos con motivo de las invasiones jordanistas a Gualeguaychú.José Restituto, en tanto, aparece censado en 1868 como estanciero. Y se casó con Isabel Oxandaburu Borrajo (con dispensa del impedimento de consanguinidad), hija de Juan Oxandaburu, comerciante saladeril y titular del primer banco privado de la ciudad.Los tres estudiaron en el Colegio de Concepción del Uruguay. "Pienso que en ese ambiente los tres hermanos -que toman la misma postura política- alimentaron un sentimiento anti-urquicista", refiere Elisa Fernández.En esa casa de estudios, José Olegario tuvo por compañeros a jóvenes que luego se destacarían en la vida pública argentina: Victorino de la Plaza, Rafael Ruiz de los Llanos, Julio Argentino Roca, Benjamín Basualdo, Lucilo del Castillo y Luis F. Aráoz.En un reportaje realizado por el diario local El Censor (5 de mayo de 1999), José Olegario, de 79 años, recordó con entusiasmo esa época de estudiante y rescató la figura del rector Alberto Larroque, de quien fuera alumno predilecto. Se incuba el conflicto La batalla de Pavón es acaso uno de los enigmas más relevantes de la historia nacional. La disputa entre los intereses del puerto y los del interior tuvo su clímax histórico en ese enigmático combate, el 17 de septiembre 1861. Puso fin a una década de guerras entre Buenos Aires y la Confederación Argentina.Allí Bartolomé Mitre, al frente de las tropas porteñas, se impuso a Justo José de Urquiza. Pero fue una peculiar victoria, la más extraña de la historia nacional. Porque en realidad el caudillo entrerriano, que estaba ganando en el campo de batalla, se retiró inexplicablemente.Los elementos intransigentes del federalismo provincial vieron en este episodio la restauración del ascendiente de Buenos Aires. No le perdonaron nunca a Urquiza lo que ellos interpretaban como una capitulación ante el poder porteño.El apoyo del líder entrerriano a Mitre en la guerra con el Paraguay caldeó todavía más los ánimos del grupo disidente encabezado por el general Ricardo López Jordán (h). Las cosas se salieron de madre con el asesinato del caudillo en 1870, cuyo principal imputado fue ese militar.El hecho causó gran conmoción desde el primer momento en Gualeguaychú, por la estrecha relación que tenía Urquiza con esta ciudad. El día 15 de abril de 1870 se formó un grupo de resistencia, el Batallón 15 de abril, liderado por Reinaldo Villar, para enfrentar la rebelión jordanista.Cuando la Legislatura provincial, siguiendo los procedimientos ordinarios, eligió a López Jordán como gobernador, estalló la crisis. El presidente Domingo Sarmiento ordenó la intervención militar de la provincia.Según cuenta Elisa Fernández, hubo también un motivo económico que alimentó la revuelta anti-urquicista: la ruptura en Entre Ríos de una práctica arraigada por décadas en la concesión de tierras.Un nuevo sistema legal de propiedad reemplazó el acceso a la tierra pública mediante el "servicio de sangre". Ahora había que acceder a las parcelas mediante la compra, o el arrendamiento al Estado o a los particulares.Esta modificación instaló una sensación de injusticia entre los viejos pobladores y los nuevos propietarios que en muchos casos eran inmigrantes extranjeros. Los jordanistas, en este punto, expresaban el descontento de los que se vieron afectados. Jefe jordanistaEn su trabajo genealógico, Elisa Fernández cuenta que su antepasado José Olegario mantenía una "antigua amistad" con Urquiza. A ambos los unían muchas cosas.Olegario por ejemplo estaba casado con Carmen Gras Varas, hija de Carlos Amadeo Gras, ilustre daguerrotipista y pintor francés que se había afincado en Gualeguaychú, una familia que tenía llegada al caudillo entrerriano.Por otro lado, como estudiante del Colegio del Uruguay, Olegario habría creado lazos con los hijos del gobernador, y de hecho participaba en las fiestas que se celebraban cuando don Justo venía a pasar sus cumpleaños a Gualeguaychú.Pero a pesar de esta amistad, Fernández fue adversario político de Urquiza. "El general toleraba algunos actos de rebelión por la estimación que le tenía", cuenta Elisa Fernández.Y relata: "Retirado de la administración pública, Olegario fue llamado a ocupar la gerencia del Banco de Oxandaburu y Garbino, la institución financiera más importante de aquella época. Allí trabajaba cuando le sorprendió la noticia del asesinato de Urquiza y la inmediata revolución"."Frente a esta situación, no vaciló en adherirse a la causa de su amigo, el general López Jordán y junto a él, como comandante de las fuerzas del departamento Gualeguaychú, hizo toda la campaña revolucionaria, encontrándose en las más cruentas refriegas. Su actitud frente a la guerra le valió el mote de lanza brava y su severidad para reprimir saqueos fue reconocida por años", indica.En tanto el padre Juan Carlos Borques, en uno de sus escritos, relata el episodio de guerra que aconteció en Gualeguaychú el 19 de julio de 1870, cuando alrededor de 500 jordanistas entraron a la ciudad.Allí menciona que uno de los jefes del asalto a la ciudad era el Coronel Don José Fernández. Disidencia y retiroJosé Olegario Fernández Borrajo finalmente se alejó del jordanismo por disidencias con su jefe, fue amnistiado por empeño de Julio A. Roca, y de alguna manera se incorporó al grupo político de Buenos Aires.Cuenta Elisa Fernández que el general Lucio Norberto Mansilla lo presentó en una ocasión a Domingo Faustino Sarmiento, en la casa de Nicolás Avellaneda. "El sanjuanino, estrechándole la mano le dijo: 'hace Ud. bien en venir al camino de la legalidad y del orden'", refirió.Nuestro personaje participó luego en la vida pública. Apoyó la candidatura de Avellaneda, fue jefe de la custodia del general Bartolomé Mitre cuando éste se encontró presente en el Cabildo de Buenos Aires, sirvió en el Regimiento 8° de Caballería de Línea.Colaboró luego como legislador provincial en el gobierno de Eduardo Racedo y concluida la gobernación de Clemente Basavilbaso, se retiró a la vida privada.Pero su pasado como jefe jordanista, al final, le costó muy caro. Perdió un juicio a raíz de una demanda planteada por el comerciante Ángel Mendaro, quien lo acusó de haber hundido dos barcazas de su propiedad durante el ataque jordanista a Gualeguaychú.Según Elisa Fernández, los testimonios sin embargo dan cuenta que la orden de hundir esas naves provino de López Jordán y que su pariente en realidad se resistió a ella. Ante este rechazo, el general López Jordán mandó a otra persona (Juan Cabello) para cumplir su orden.Los perjuicios económicos, derivados del revés judicial, obligaron a José Olegario aentregar un campo de Costa Uruguay "e iniciar una vida austera en un ostracismo político absoluto". Lazos familiaresde la historiadora Diego Alberto Fernández Elgue (bisnieto de José Olegario Fernández Borrajo) trabajó como Supervisor de Balanzas del Frigorífico Gualeguaychú. Albertina Ghiglia, su esposa, fue docente.Fueron padres de Diego Alberto (h); Luis Miguel (1952-1999); Elisa María; Hugo José (1954-2001); y Albertina Celeste.Elisa María Fernández Elgue es Maestra Normal y profesora de Historia, egresada del Instituto 'Sedes Sapientiae'. Ha ejercido la docencia en los niveles primario, secundario y terciario. Es investigadora y escritora.Es coautora del libro "Entre Ríos, huellas de nuestra historia", y autora del capítulo "Hacia la urbanización del paisaje" que integra el libro "Historia de San José de Gualeguaychú. Desde sus orígenes hasta 1883".Realizó la transcripción de la documentación del censo de 1825 en la villa de Gualeguaychú y un análisis de esos datos de población, material publicado en la Revista de Genealogía de Entre Ríos N°X.Su último trabajo en ese medio, que aparece publicado en la Revista N° XI, trata sobre los ascendientes y descendientes de José Olegario Fernández Borrajo. Y tiene esta dedicatoria: "En memoria de Diego Alberto Fernández Elgue y de Albertina Ghiglia, mis queridos padres".
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