DE JUEGO DE AZAR A DEPORTE MENTAL
El rol de la psicología en el póker
Hoy en día, el póker no es sólo el juego de cartas más famoso del mundo, sino también el juego de casino más conocido en absoluto. Como testimonio de esta afirmación, se encuentran las más de cien millones de personas – y este número está en constante aumento – que cada año se dedican a el sólo teniendo en cuenta la modalidad online.
Entre las razones que lo hacen tan popular, cabe mencionar la existencia de un gran número de variantes y torneos en los que participar, la posibilidad de ganar grandes premios, así como los pasos de gigante realizados en las últimas décadas en el ámbito tecnológico. Es gracias a la difusión masiva de Internet y de los Smartphone en los años 90 del siglo pasado, de hecho, si actualmente es posible concederse una partida prácticamente desde cualquier lugar y en todo momento. Además, la aparición de operadores globales y de renombre también contribuyó al crecimiento y difusión del juego a nivel global. Nuestra recomendación es un operador que, además de tener una interfaz galardonada completamente dedicada a la comodidad del jugador e invertir en las mejores medidas de seguridad del mercado, también brinda acceso a los mejores torneos de poker.
Después de haber definido el póker como un deporte mental en lugar de un simple juego de azar, en este artículo se pondrá la atención en el papel fundamental que la psicología ocupa en el póker. Al hacerlo, no se podrá evitar detenerse brevemente en una distinción básica que, en este sentido, existe entre su versión física y su contrapartida en línea.
El póker: de juego de azar a deporte mental
A pesar de que el póker tiene orígenes muy antiguos que incluso podrían remontarse a la China del siglo X d.C., su versión moderna nació oficialmente en 1858. En esta fecha, de hecho, se publicó en los Estados Unidos su primer reglamento oficial, que incluía la adopción de la baraja de 52 cartas que se usa actualmente.
Sin embargo, a principios del siglo XIX, algunas versiones de póker ya estaban muy extendidas. En particular, en ese entonces los barcos de vapor que surcaban las aguas del río Mississippi y los salones del Far West fueron convertidos en casinos.
Estos últimos lugares ciertamente no gozaban de una buena reputación, siendo frecuentados por individuos asociados con la delincuencia. Por esta razón, el póker fue considerado durante mucho tiempo como una actividad a evitar.
En el siglo XX, esta concepción ha cambiado, gracias a la atención de las grandes cadenas de televisión a torneos como las World Series of Poker de Las Vegas y del mundo cinematográfico, así como a la legalización del juego en un número cada vez mayor de países. Aparte de esto, el salto cualitativo real del póker llegó en 2009.
A esta fecha se remonta su reconocimiento por la Asociación Internacional de Deportes Mentales (IMSA en su sigla inglés) como deporte mental. Este evento ha confirmado su entrada oficial en un listado del cual también forman parte juegos de habilidad, estrategia y psicología como el ajedrez, las damas y el go y su salida definitiva de los juegos simplemente de azar, dominados por la suerte.
Los aspectos psicológicos del póker
Tener paciencia
No existe ninguna conexión entre una mano y la siguiente. Sin embargo, puede pasar que sea necesario enfrentarse con períodos particularmente desafortunados; a pesar de que momentos como estos les suceden también a los jugadores de renombre, siempre es oportuno aprender a esperar hasta que vuelva la luz.
A menudo, los principiantes se dejan llevar por el desaliento y comienzan a apostar para recuperar las últimas pérdidas lo más rápido posible. Lo que sería útil hacer, en cambio, es exactamente lo contrario, es decir, tener paciencia para limitar los daños.
Dominar las emociones y el estrés
Muchas de las personas que han logrado convertir el póker en su profesión afirman que entre sus secretos está el mindfulness. Esta técnica meditativa, si se entrena a diario, puede producir muchas ventajas después de un cierto período.
Estas incluyen un aumento general de la concentración, una reducción del estrés y una mayor capacidad para mantener el equilibrio emocional. Si se desea evitar entrar en tilt – y así arriesgarse a ser excluidos de un torneo importante y perder sumas significativas – esta es el arma ganadora.
Leer los tells de los adversarios
En la cotidianidad, este término técnico inglés no indica más que el lenguaje corporal, que incluye tanto los movimientos voluntarios como los involuntarios que se . Al jugar al póker, siempre se debe prestar atención al comportamiento de los oponentes, especialmente a cómo se mueven y a lo qué dicen.
Por ejemplo, una mirada fija generalmente indica que el adversario no tiene buenas cartas, mientras que una respiración rápida es sinónimo de farol. Lo mismo se aplica si un jugador se dirige a otro con una voz ronca; de hecho, esta actitud revela la intención de engañar a los demás.
Disciplina
Como se ha señalado al principio de este artículo, el póker no es un simple juego de azar, sino más bien uno basado en la racionalidad. Como todas las actividades de este tipo, por lo tanto, es impensable tener un éxito duradero sin una preparación adecuada continua y orientada por una actitud perfeccionista.
La atención al detalle debe ser máxima y estar enfocada al mejor resultado posible. Este objetivo sólo se puede lograr con mucho estudio, ya sea viendo grabaciones de las mejores partidas de la historia, inscribiéndose en cursos en línea o presenciales, así como leyendo los manuales más representativos de todos los tiempos.
Concentración
Una mente lúcida sólo se puede tener si se tiene un cuerpo siempre eficiente. Para ello, hay que seguir algunas reglas básicas que prevén una gran capacidad de auto limitarse.
Por ejemplo, siempre sería oportuno acostarse a la misma hora y descansar el mismo número de horas por noche. Además, se debería seguir una dieta equilibrada que no fatigue demasiado al organismo y dedicarse diariamente a un poco de ejercicio al aire libre.
Toma de decisiones
Este aspecto está estrechamente relacionado con el anterior. Sin una mens sana en corpore sano, de hecho, no se podría tener la rapidez de reflejos necesaria para hacer frente a un juego de póker de alto nivel.
En los mejores torneos del mundo, de hecho, se debe ser capaces de decidir cómo continuar una mano en cuestión de segundos. Hacer fold, raise o call en el momento adecuado puede marcar toda la diferencia en el mundo.
La psicología en el póker: casinos físicos y online en comparación
Cada una de estas dos modalidades de juego tiene privilegios únicos. Sin embargo, aquellos que prefieren el póker en línea tienen una ventaja sobre los que optan por frecuentar un casino tradicional.
Este beneficio consiste en la oportunidad de no tener que centrarse en el lenguaje corporal propio y en el de los adversarios, sino más bien sólo en la propia partida y en las estrategias que se ha decidido poner en práctica. En la web, el estrés y la tensión son mucho menores, por lo que el desafío resulta ser mucho más relajante y, por esta razón, divertido, sobre todo para los principiantes.
Psicología y póker, en conclusión
Mucho más que un simple juego de azar, el póker ha ganado el corazón de millones de personas gracias al papel protagonista que la psicología ocupa en el camino hacia la victoria. Como se ha visto en este artículo, no se podría pensar en tener éxito si no se hubieran desarrollado antes algunas capacidades racionales y emocionales.
Entre ellas, se encuentran la necesidad de tener paciencia, controlar los sentimientos y el estrés y saber leer el lenguaje corporal de los oponentes. Además de esto, ser parte del olimpo de los campeones del póker no sería posible sin antes haber aprendido a manejar los propios comportamientos con mucha disciplina y concentración, así como a tomar las decisiones correctas en el momento más oportuno.