Elecciones: Un superdomingo electoral, como escala más importante antes del juego grande
Llegó el superdomingo que antecederá a las PASO del 9 de agosto. Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, La Rioja y Corrientes estarán yendo a las urnas para votar cosas diferentes. Es probable que haya diferentes ganadores y cada uno saque su rédito. Estará la foto y la marcha o la canción de ocasión. Para la pelea de fondo falta cada vez menos.Desde Córdoba Sergio Massa espera recibir algo más de oxígeno. Una victoria importante como auguran las encuestas de su aliado competidor José Manuel de la Sota le servirá para revitalizar la interna entre ambos e intentar volver a marcar la agenda electoral, esa que perdió hace tiempo. Daniel Scioli es probable que festeje un segundo puesto con Acastello, porque nunca tuvieron expectativas serias de desbancar al oficialismo. Y Macri no podrá festejar nada porque si la fórmula Aguad-Baldassi sale tercera la cosecha de la entente opositora saltará a la vista como demasiado magra para las expectativas que había generado.La otra carta fuerte y de impacto nacional será la ciudad de Buenos Aires. El delfín de Macri, Horacio Rodríguez Larreta será el encargado de apuntalar los deseos presidenciales de su jefe. La posibilidad de evitar la segunda vuelta creció en los últimos días aunque todo indica que no le alcanzará para evitarlo. Igual, pensar que con el segundo a casi 20 puntos la historia se puede dar vuelta suena impensado y con nulos antecedentes en la Argentina y en otros países latinoamericanos que tienen el mismo sistema. La puja verdadera será la del segundo puesto, de aquel que pueda acceder al balotaje. Todo indica que la pelea entre Lousteau y Recalde será cabeza a cabeza. El kirchnerismo no ahorró campaña sucia contra su adversario. Desde los medios afines desde hace días que le enrostran al ex ministro de Cristina una supuesta vinculación con narcos y financiación espúrea de su campaña. En forma simultánea la Presidenta lo sentó a Recalde a su lado en la cadena nacional número 27, justo antes de la veda, y lo acompañó a una villa como acto final de cierre de campaña. Recalde no le podrá reprochar nada a la Presidenta: si pierde él la hará perder a ella.En La Pampa habrá PASO para elegir gobernador y el peronismo va dividido, con un candidato 'histórico' y otro de raiz kirchnerista. En La Rioja, la oposición repite el experimento exitoso de Mendoza: todos juntos detrás de una sola fórmula. Por ahí desfllaron Macri y Massa para apoyar a Julio Martínez y Daniel Scioli hizo lo mismo con el candidato oficial. No hay encuestas confiables pero un antecedente histórico pesa: el peronismo hace más de 40 años que no pierde una elección para ejecutivos allí.En Corrientes se votará para legislativas provinciales y es quizás la elección que menos expectativa genera a nivel nacional. Pero gane uno u otro, al final del camino todos intentarán sacar alguna ventaja. Una foto hoy, con un candidato ganador, 'garpa' bien en cualquier campaña donde cada poroto cuenta.La estrategia de Daniel Scioli se profundiza a medida que las PASO se acercan. Cada gesto, cada palabra, busca dar por sentado que ya ganó, casi como un designio celestial y que las urnas sólo serán un accidente que ratificará esa sensación. La intención es instalar esa idea para agosto, tratando de jugarse a todo o nada: ganar en primera vuelta. Las encuesta que maneja el gobernador bonaerense lo acercan al 40%, aunque nada evidencia una caída fuerte de su principal competidor que a esta altura parece ser Mauricio Macri. Rompiendo la barrera de los 40 deberá sacarle al menos 10 puntos de ventaja al segundo. Ese es el número mágico y todavía nada indica ese escenario. Pero hablar de él, instalarlo, deja la sensación de cosa juzgada, genera resignación en los adversarios. El panorama electoral previo encima lejos estuvo de ser claro, aunque quedó la sensación de ventaja que tienen los oficialismos. Eso sí fue contundente. Sólo Mendoza fue una rara avis en esta historia donde el candidato opositor le pudo arrebatar la gobernación al kirchnerismo. En el resto no hubo batacazos y el que detenta el poder del estado es el que terminó triunfando.Cuando termine esta campaña otra cosa podría ser analizada: después de 12 años en el poder el kirchnerismo sigue utilizando todos sus resortes sin ponerse colorado. Es cierto que la capitulación de terminar aceptando a Scioli fue grande e impensada hasta hace unos meses. Pero cada pieza que la Presidenta mueve es para asegurar su herencia, condicionar al que la suceda y protegerse de cualquier intento de 'acoso' judicial. Scioli consiguió lo que quería, al cabo es lo único que le importaba, ser el único candidato del oficialismo. Y la Presidenta condicionarlo como tal, pese a no haber sido nunca su delfín. Es una ecuación que cierra para ambos y se abrocha con una victoria eletoral claro, pequeño detalle que todavía restar por definir.El 10 de diciembre el país será distinto y nadie tendrá todo el poder. Aún sopesando el escenario victorioso de Scioli las urnas alumbrarán un país más dividido, con representaciones más acordes en el Congreso de la Nación. El peronismo con sus múltiples caras seguirá siendo el principal operador del poder, aunque su nuevo tránsito dependera de la victoria o la derrota. El peronismo es cruel con lo que lo hacen perder y no les perdona semejante afrenta. Eduardo Duhalde, el antecedente más fresco, volvió porque todo se prendió fuego pero nunca más pudo revalidar en las urnas el inmenso poder que llegó a tener. ¿Qué pasará con el sistema de lealtades oficiales si no está la caja del aparato del estado de por medio? ¿Qué pasará con las provincias, hoy gobernadas por el kirchnerismo si deben enfrentarse a un presidente de otro signo político?Estos interrogantes, que empezarán a ser respondidos en las urnas, son apenas una parte poco visible de lo que estará en juego. ¿Y la economía muchachos?, ¿qué harán con ella? Ni Scioli, ni Macri ni Massa dicen mucho. Es probable que teman decir la verdad. Y si lo hacen les cueste votos. El déficit fiscal que tiene la Argentina es monumental y será histórico cuando llegue diciembre. La falta de inversión y, por extensión de dólares, sigue latente y nada indica que cambiará de acá a diciembre. La inflación está adormecida en niveles altos, no compatibles con un crecimiento sostenido. La economía hace 4 años que no genera puestos de trabajo en la actividad privada. Si no fuera por el estado que tiene cada vez más empleados, esos índices ya serían negativos. Ni hablar de la crisis de las economías regionales que otra vez quieren cortar rutas.Cuando el velo se descorra y se acaben las intrigas de palacio, la verdad volverá a a ver la luz. Y el que venga sólo tendrá a su conciencia para saber qué hace.
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