APICULTURA REGENERATIVA EN GUALEGUAYCHÚ
Emanuel Canales: “Es imposible que una colmena se mantenga sana en un ecosistema que está enfermo

El apicultor y agricultor chileno, director de la Escuela de Apicultura Natural de ese país, estuvo en Gualeguaychú para dictar un curso gratuito. “Más que aprender de la organización interna de la colmena, podemos aprender de su relación armónica con el entorno”, deslizó.
Luciano Peralta
El sábado pasado, en “La Loma de los Quinotos”, el campo de producción agroecológica de los Veronesi -familia que es referencia de la lucha ambiental en Gualeguaychú-, tuvo lugar un curso de Apicultura Natural y Regenerativa. A cargo del mismo estuvo Emanuel Canales, apicultor chileno y autor del libro “Apicultura Natural, hacia una Apicultura Regenerativa y Productiva” (2017).
La entrada fue libre y gratuita, y la actividad contó con el acompañamiento de la Mesa Apícola del Plan de Alimentación Sana, Segura y Soberana (PASSS) de la Municipalidad. Además, participaron apicultores de gran experiencia y recorrido, otros que recién están haciendo sus primeras herramientas y también alumnos y alumnas del Instituto Agrotécnico, entre otros. En ese marco, Canales, quien además es director de la Escuela de Apicultura Natural de Chile, dialogó con ElDía.
-¿Qué es la Escuela de Apicultura Natural?
-Es un apiario experimental donde hemos ido desarrollando, probando y contrastando todas las metodologías que proponemos, tanto en nuestro libro como en las asesorías que dictamos a pequeños productores apícolas. Funciona como un apiario modelo, donde se trabaja para solucionar los problemas que vamos teniendo todos los años, siempre de la mano de los patrones y los ciclos naturales. Es también una escuela en la que recibimos a estudiantes y voluntarios de distintas partes de Chile y del mundo. Los cursos siempre fueron presenciales, pero a partir de la pandemia empezamos a adoptar también la metodología on line, ahora utilizamos ambas modalidades. Además, somos parte de una red, cada vez más grande, de apicultura natural. En nuestro país hemos logrado articularnos de una manera funcional en la Asociación Chilena de Apicultura Natural Regenerativa, lo que nos permite estar en relación constantemente, tanto en la investigación-experimentación como en lo productivo.
-¿Qué beneficios tiene la apicultura orgánica y cuál es la diferencia con la apicultura regenerativa?
-Normalmente, se utiliza el concepto de orgánico como un gran paraguas que engloba a distintas metodologías que proponen trabajar la tierra o la agricultura sin utilizar productos químicos contaminantes. Pero la apicultura que practicamos va un poco más allá. ¿Por qué? Mientras que la agricultura orgánica consiste en la sustitución de insumos, se dejan de usar insumos que son tóxicos, la apicultura natural, en cambio, además de no utilizar todos estos venenos, basa su intervención y manejo productivo en el respeto de los patrones de comportamiento y los ciclos naturales. La apicultura regenerativa es un paso más en este proceso evolutivo, no pone el foco sólo en la colmena sino en el contexto ecosistémico, o sea, en el entorno que sostiene a la colmena a la vez que es sostenido por ella. Un suelo vivo genera una planta nutritiva que, finalmente, es la que nutre a los seres vivos que dependen de ella, entre ellos las abejas. Entonces, frente al problema de desnutrición brutal que sufren las abejas en todo el mundo, producto de la pérdida de fertilidad de los suelos, lo que proponemos no es comprar insumos alimenticios sintéticos, sino volver a recuperar la vitalidad del suelo para poder tener alimentos sanos, tanto para nuestras comunidades como para las abejas.

-Una cosa es imposible sin la otra…
-La salud de las abejas es reflejo de la salud del ecosistema. Se trata de un gran meta organismo vivo y complejo en el que distintas especies de distintos reinos establecen relaciones simbióticas que son fundamentales para su supervivencia. Es así que la relación que se establece entre las plantas, la microbiología del suelo y los insectos polinizadores forma un círculo perfecto, en el que las abejas dependen de las plantas para poder sobrevivir, porque son las plantas, a través del néctar y el polen, las que le otorgan los carbohidratos, proteínas, minerales, vitaminas, aminoácidos, lípidos, etcétera, que necesitan para sobrevivir y estar bien. Para eso el suelo tiene que estar sano. Al mismo tiempo, las abejas son fundamentales para la reproducción del 80 por ciento de la biomasa de la tierra. Tres cuartas partes de las plantas angiospermas de la tierra necesitan insectos para su polinización, sin ellos no se reproducen, no generan ni frutos ni semillas. Entonces, estamos ante una relación de interdependencia brutal, hermosa. Cuando el ecosistema está enfermo, cuando los suelos fueron empobrecidos, atacados por agroquímicos, cuando se quedan sin materia orgánica y microbiología es imposible que una colmena se mantenga sana en un ecosistema que está enfermo.
-¿Qué podemos aprender de las abejas?
-Es un error pensar que las abejas son una sociedad. Como sociedad, serían bastante nefasta. Las abejas son extremadamente nacionalistas, no aceptan abejas de otras colmenas, pueden fácilmente matarlas; no aceptan imperfecciones, cunado una abeja nace con alguna deformidad es inmediatamente eliminada. Es decir: si se entiende a la colmena como una sociedad, sería una sociedad autoritaria y jodida, bien jodida. Pero las colmenas no son una sociedad, son un superorganismo. Y desde ese punto de vista sí podemos aprender mucho. Entonces, creo que, más que aprender de la organización interna de la colmena, de lo que podemos aprender es de su relación armónica con el entorno. Las abejas son esencialmente simbiontes con todo lo que las rodea. Todo su ciclo vital está en función de lo que pasa en la naturaleza, ellas se adaptan a la naturaleza y no adaptan a la naturaleza a sus necesidades; generan una interdependencia sana, no sobreexplotan los recursos, las abejas nunca saturan la capacidad del ecosistema. De eso no sólo podemos aprender, sino que es urgente que lo hagamos y lo pongamos en práctica.