DÍA DE LAS INFANCIAS
"En algún momento deberíamos pensar las ciudades a escala de los niños y de las niñas"
Valeria Llobet es doctora en Psicología y especialista en problemas sociales infanto Juveniles. Habló de las consecuencias de la pandemia en esa población y de la necesidad de incorporar la perspectiva de niños, niñas y adolescentes en el diseño de políticas urbanísticas.
Por Luciano Peralta Más de un año y medio de pandemia ha evidenciado falencias estructurales de nuestra sociedad. Mucho se ha dicho sobre las consecuencias en los más chicos. Valeria Llobet es doctora en psicología (UBA), docente, investigadora del Conicet y especialista en temas de infancia, adolescencia, ciudadanía infantil y políticas sociales para el sector. “Los niños y niñas que viven en familias que tiene inserciones precarias en el mercado de trabajo y que dependen de ingresos que son inestables per se pasaron a engrosar ese 60 por ciento de la población infantil que está viviendo en situación de pobreza. Esto debiera obligarnos a discutir medidas de fondo y medidas estructurales severas que reviertan algo que no es ni nuevo, ni casual, pero se agravó muchísimo en este año y medio”, sostuvo, en diálogo con ElDía. “Los chicos y chicas no sólo fueron los primeros que encerramos, sino que fueron objeto, sobre todo al inicio de la pandemia, de un discurso que los puso como factores de riego, como vectores de la enfermedad, y alrededor de sus espacios se construyó un discurso muy complicado. Quienes dicen defender la educación minimizan la situación sanitaria y quienes dicen defender la vida utilizan para ello un discurso de muerte en torno a la escuela y a los chicos. Ya tenemos una sociedad a la que le cuesta escuchar lo que los chicos y las chicas tienen para decir, y este contexto no hizo más que complejizar esta realidad”, indicó Llobet. “Las consecuencias en la salud mental, sobre todo en el caso de adolescentes, también son preocupantes, con el aditamento de la debilidad de los sistemas de salud mental para ellos. De hecho, los servicios de salud mental para los chicos deben ser los mayores ausentes de toda la planificación sanitaria siempre”, cuestionó la docente de la Universidad de San Martín. Y, en ese sentido, explicó: “el padecimiento subjetivo que antes tendía a ser captado en la escuela media, sobre todo, ha ido desapareciendo cada vez más. Los equipos de salud mental en las escuelas son cada vez menos o suelen ser móviles y trasladándose regionalmente. Eso genera que haya poca vinculación con los chicos y chicas y la consecuente imposibilidad de captar esos padecimientos y tramitarlos. A eso se suma que la salud mental en el sistema público es en sí ya muy deficitaria; tienen las listas de espera más largas y muchas veces se ofrecen tratamientos de corto plazo con modelos de largo plazo”. Por otro lado, desde una perspectiva de derechos, respecto a los desafíos del presente, la especialista apuntó a que “en algún momento se comience a pensar las ciudades a escala de los niños y de las niñas”. “Debemos pensar los espacios, las interacciones, la manera de que se vive la ciudad a escala de ellos. Creo que eso es una enorme deuda respecto a las políticas urbanas. Esto implica pensar la distancia que hay desde la casa de un chico a su escuela; pensar cómo transita esas cuadras; cuántas bibliotecas públicas con oferta cultural para chicos y chicas existen; cuántos espacios deportivos y espacios verdes de acceso libre hay en los distintos barrios; pensar cómo se distribuyen las actividades culturales y recreativas en el territorio de las ciudades; pensar qué espacios de discusión de la política urbana hay en los que participen niños y niñas; de qué manera se comunican las acciones de gobierno y a quiénes se les rinden cuentas, entre otras cosas”, apuntó. “Argentina tiene un cuerpo normativo muy interesante, eso ya son avances muy importantes. Hace dos años se logró que el cargo de defensor de las niñeces se ocupe y eso es un gran avance también, porque es un actor que controla al Estado en función de los derechos de niños, niñas y adolescentes”, valoró la investigadora del Conicet. Y consideró un avance de importancia a “la Asignación Universal por Hijo, que es una política relevante que debiera volver a discutirse en términos de su alcance poblacional y de sus montos”. “También es un avance la reforma del Código Civil, la eliminación del concepto de patria potestad en favor de un concepto de responsabilidades parentales; la implementación de la Ley de Educación Integral (ESI) es positiva, al igual que la aprobación de la Interrupción del Embarazo, un gran avance para las niñeces, ya que durante los últimos años hemos visto perversiones de magnitud por parte del Poder Judicial y de la corporación médica que hacían parir a niñas de 10, 11 o 12 años. Eso no va a volver a pasar”, consideró.
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