En días comienza el juicio al imputado de balear a un comerciante

Más de tres años pasaron para que la causa que tiene como imputado a un hombre de 34 años, llegue a su fin. Miguel Icardo fue baleado el 10 de marzo de 2010 en la puerta de su negocio, tras una discusión por la venta de unos servos de freno. El 9 de septiembre el hecho será debatido en un juicio en la Sala de Gualeguaychú.Gran sorpresa le causó a Miguel Icardo el inicio del juicio, al ser consultado por ElDía. "Es que ha pasado tanto tiempo, yo ya dije todo lo que tenía que decir en su momento", confió el perjudicado en este hecho, que tiene como único imputado a un hombre de 34 años.El 10 de marzo de 2010, según relató Icardo, su hijo había comerciado unos servos de freno con unas personas y por ello se originó una discusión, en la cual tuvo que mediar Miguel para que no pasara a mayores. Al rato, volvieron al taller ubicado en calle Luis N. Palma a bordo de un Renault 9 y "sin mediar palabra el que conducía extrajo un arma y comenzó a abrir fuego contra mi persona por encima de la ventanilla"."Lo único que atiné fue a tirarme contra una camioneta que había frente al taller. Sentí dos puntazos que me quemaban en la pierna derecha. Fueron los segundos más largos de mi vida", expresó Icardo una semana después del hecho, cuando relató lo ocurrido en una entrevista a ElDía.Icardo detalló: "me di cuenta que estaba perdiendo mucha sangre y de que me habían malherido. Y también que me habían baleado el perro que estaba a mi lado (un ovejero alemán), pero que esos proyectiles me podrían haber matado a mi". Agregó que el agresor "siguió disparando hasta agotar la carga del arma y luego se dio a la fuga".Una de las balas pasó a 20 centímetros de la cabeza de su yerno, que se encontraba trabajando en el taller donde además había otras personas, por lo que sin dudas pudo haber sido una tragedia.El implicado en el hecho - según el relato de los testigos en ese momento - fue detenido luego de que la Policía allanó el domicilio de su padre, en calle Avellaneda y 3 de Caballería. En ese procedimiento policial se habría dado con el arma, un revolver calibre 38, y el hombre, que en ese momento tenía 31 años, fue llevado ante la Justicia y por disposición del ex Juez de Instrucción Sergio Carboni, recuperó la libertad.Hay que destacar que además de los impactos de bala que recibió Icardo, se produjeron otros disparos que dieron contra el portón del taller y el perro ovejero alemán, que murió en el lugar.
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