ECONOMÍA Y EXCLUSIÓN
En el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres ¿qué es la pobreza menstrual?

El Día Internacional de la Salud para las Mujeres se celebra el 28 de mayo de cada año, con el objetivo de denunciar y hacer frente a diversas enfermedades y padecimientos que sufren las mujeres en todo el mundo y que muchas de ellas, terminan con un triste final, como es el caso de la mortalidad materna entre otras. El mismo día, distintas campañas se hicieron eco para visibilizar un nuevo concepto: la pobreza menstrual.
El Día Internacional de Acción para la Salud de las Mujeres tuvo su origen en el año 1987. El hecho ocurrió en una asamblea de mujeres llevada cabo el 28 de mayo conocida con el nombre de Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos.
En este importante encuentro se trataron temas puntuales como las distintas enfermedades que hoy afectan a la población femenina mundial y una de las más preocupantes y recurrentes, las relacionadas con la mortalidad materna y que desafortunadamente se cobra la vida de muchas mujeres cada año.
Gozar de una salud perfecta, es la condición que todo ser humano necesita para poder un rol participativo dentro de la sociedad sin que exista ningún impedimento físico que limite su calidad de vida.
A partir del año 1987, la denominada Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), se dio a la tarea de lanzar una campaña mundial de concienciación para visibilizar más a las mujeres y niñas en todo lo que concierne a su integridad como un derecho universal.
En coincidencia con esta fecha, diferentes organizaciones feministas señalaron el concepto de “pobreza menstrual” (el cual escuchamos especialmente en el último discurso de Irene Montero, la ministra de Igualdad de España), gracias a la lucha por la igualdad de género se empezaron a visibilizar un montón de problemáticas que tienen un impacto directo en las mujeres.
Cuando hablamos de pobreza menstrual nos referimos a la falta de acceso a una correcta higiene menstrual, ya sea desde la información necesaria para llegar a los productos necesarios (toallitas, tampones, copas menstruales o medicación) para administrar el ciclo. Situación que impacta de manera directa con los derechos humanos de las mujeres ya que, como detalla el Fondo de Población de las Naciones Unidas: “los derechos humanos son derechos de todo ser humano en virtud de su dignidad humana. La menstruación está intrínsecamente relacionada con la dignidad humana, cuando las personas no pueden acceder a instalaciones de baño seguras y medios seguros y eficaces de manejo de la higiene menstrual, no pueden manejar su menstruación con dignidad”.
Según datos compartidos por una reconocida marca, en Argentina la falta de acceso a una correcta higiene menstrual afecta a gran cantidad de chicas en edad escolar ya que 1 de cada 5 no asisten a clases durante su periodo por no contar con los recursos para comprar productos de higiene femenina, tampoco tienen acceso a instalaciones sanitarias en condiciones y, por sobre todas las cosas, no cuentan con una correcta educación menstrual desde la temprana edad.
“Es necesario concientizar a la población acerca de las miles de chicas que por falta de acceso a productos de higiene menstrual no solo faltan al colegio, sino que también por la falta de acceso a servicios de saneamiento y agua potable seguros son más propensas a desarrollar infecciones vaginales y problemas de salud reproductiva” - Vilma Rosciszewski, ginecóloga especialista en adolescentes.
En el artículo publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unida, se enumera las siguientes consecuencias:
Exclusión de la vida pública. Todavía existe la percepción de que la menstruación es sucia o vergonzosa, esto contribuye a que las mujeres y niñas enfrenten restricciones durante su período. Desde culturales (como la manipulación de alimentos), religiosos (no poder ingresar a determinados espacios) hasta no participar de actividades escolares.
Obstáculos a las oportunidades. Otro error común es pensar que las mujeres y las niñas tienen menor capacidad física o emocional, debido a sus ciclos menstruales.
Obstáculos al saneamiento y la salud. Las mujeres y las niñas vulnerables en países de ingresos altos y medianos también enfrentan acceso limitado a instalaciones de baño y suministros seguros para la menstruación, incluidas las que asisten a sistemas escolares, prisiones y refugios empobrecidos.
Mayor vulnerabilidad. La aparición de la menstruación, llamada menarquia, puede socavar los derechos humanos de las niñas ya que, en muchos lugares del mundo, se cree que la menarquia es indicio de que las niñas están listas para el matrimonio o la actividad sexual.