En el Impenetrable Chaqueño o en Gualeguaychú, el mejor regalo para los nenes es un gran abrazo
[gallery link="file"]Se adelantaron los festejos del Día del Niño. Con inflables, tortas fritas y chocolatada, vivimos una tarde diferente en el patio de la Escuela N° 955.Mónica FarabelloA toda la gente de la ciudad que donó un poco de ropa, un colchón, una bici, una botella de agua o que haya podido, puedo asegurarle que ha hecho un gesto enorme para la gente de Chaco. En la mañana de ayer nos levantamos temprano; había mucho viento y un poco de frío.Cuando llegó el director de la Escuela N° 955, izamos la bandera argentina y la de los Pueblos Originarios y cantamos el himno nacional. Ayelén, de 21 años pintó el cartel de la escuela, la maestra estaba feliz.El grupo estaba muy organizado y comenzamos a descargar los dos camiones que transportaban la mercadería, ropa y colchones. Pusimos tres enormes plásticos sobre el suelo del patio de la escuela y empezamos a distribuir el agua, la leche, el arroz, los fideos, el puré de tomate, la ropa y los calzados.Todo estaba organizado para que cada familia recibiera sus cosas. Previamente, hablamos con el Jefe de Tribu, Don Obregón de unos 70 años, 48 nietos y tres bisnietos. Él nos ayudó a armar una lista con nombre, apellido y composición del grupo familiar; luego de descargar el camión y organizar todo, cada familia pasó a retirar sus cosas.Mientras tanto, otro grupo del cual formé parte, comenzó a hacer una masa de 25 kilos, para las tortas fritas para el festejo del día del niño. Ah! Perdón, en la carta de ayer dije que la Prefectura nos ayudó y en realidad, es la Gendarmería; el cansancio me jugó una mala pasada.La cultura del trabajo y la saludEl grupo cuenta con cuatro médicos y dos veterinarios. Trajimos varias cajas de medicamentos y los chicos están atendiendo algunas consultas. Dos de las médicas me contaron que se vieron sorprendidas por la organización con la que cuentan los Tobas.Tienen un pequeño centro de salud donde trabaja un auxiliar de enfermería que además, atiende los partos. Él tiene los controles que se van haciendo las mamás embarazadas y según dijeron las chicas "son las panillas que se usan a nivel nacional".Además, el enfermero de nombre Valentín, contó que ellos trabajan con la misma medicina que en las ciudades; ya no hay chamanes ni tampoco hacen rituales; todo eso se ha ido perdiendo con el tiempo.La primera consulta que atendieron los médicos, fue a un hombre muy viejito. Se llama Pedro y vive en una choza de barro y paja. Está rodeado de perros y nos contó que tiene familia en Tres Pozos, que desconozco donde queda.Tiene neumonía, está muy flaco; una de las doctoras me dijo que estaba desnutrido. La segunda visita a Pedro, fue para ver si había tomado los remedios "anon tetá, anon teví" (o algo parecido), que quiere decir, una a la mañana y una a la noche. Le llevamos comida; dijo que iba a tomar los remedios, y nosotros el doctor Diego Ortolano le dijo que íbamos a volver a fumigarle la casa, para evitar el mal de chagas.En cuanto a la cultura del trabajo, creo que su idea es ganarse la vida de la naturaleza. Algunos nos pidieron semillas y herramientas para trabajar. Nos contaron que del gobierno nacional, reciben una caja de alimentos y una tarjeta con 80 pesos para gastar en mercadería. Dijeron que lo consideraban insuficiente, y que ellos quieren trabajar la tierra.Un día inolvidableAyer, en Chaco hubo una gran fiesta: con inflables, payasos, chocolate y tortas fritas, los niños Tobas conocieron nuevos juegos. Su felicidad fue total y la nuestra insuperable. Ahora entiendo lo que me decían los chicos que habían venido años anteriores: "lo que traemos será mucho, o poco, pero lo que te llevás, es siempre mucho más".
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