CAMBIO DE PARADIGMA
Entre la inmediatez y la salud: el desafío de la alimentación en las infancias vulnerables
En medio de la emergencia económica que afecta en mayor medida a los sectores más pobres, la posibilidad de combinar una alimentación saludable y la necesidad de comer chocan con la realidad. Cada vez son más frecuentes los casos de mal nutrición en menores por la gran ingesta de azúcares y carbohidratos.
Hace unos años el paradigma de la mala alimentación en infancias vulnerables tenía que ver con la desnutrición. No obstante, en el último tiempo, esta situación se ha revertido, pero aún no se logró dar respuesta a la problemática transversal que supone la deficiencia nutricional. Hoy en día, los menores no presentan bajo peso, sino todo lo contrario: los casos de obesidad infantil aumentaron de sobremanera por la gran ingesta de azúcares y carbohidratos, producto de alimentos pobres en nutrientes. En este marco, brindar una respuesta efectiva desde los gobiernos locales se torna una tarea difícil, y muchas veces las buenas intenciones se chocan con la realidad.
Lucas Chanda, subdirector de Desarrollo Social, contó que “desde el inicio, la gestión tomó el compromiso de que a ninguna familia le faltara el plato de comida, entonces hemos trabajado en esa dirección. Pero primero iniciamos un ordenamiento de los comedores y merenderos que había en la ciudad; a partir del Registro Municipal, los referentes de distintos barrios se fueron acercando y también salimos a recorrer diferentes lugares de los cuáles teníamos las direcciones. Sin embargo, hay muchos que no encontramos”.
Luego de este proceso, Chanda mencionó que pudieron comenzar a direccionar la asistencia desde la Secretaría de Desarrollo Humano y que pudieron iniciar un proceso de control para garantizar la trazabilidad de los alimentos. En la sociedad, según el funcionario, los merenderos y comedores habían perdido credibilidad “porque muchas veces, los alimentos no llegaban a los vecinos, sino que se los quedaban los intermediarios”.
Esta mala reputación, según Chanda, generó que estos espacios dejaran de recibir donaciones privadas y que, por eso, el registro fue de gran ayuda para revertir esta situación. Este paso fue fundamental para que los comedores y merenderos puedan ofrecer otra variedad de comida, ya que las donaciones de pollerías, verdulerías y carnicerías, aumentaron la oferta de materia prima con la que pueden contar. No obstante, lo que suele primar en las viandas que reciben los vecinos, son guisos, lo cual responde a la necesidad alimentaria de las personas pero no así a sus necesidades nutricionales.
En este contexto, desde la Secretaría se optó también por entregar la copa de leche en instituciones deportivas, iglesias y Salones de Usos Múltiples (SUM) para reforzar la alimentación de las infancias a la vez que se articula esta asistencia con deportes y talleres. En la actualidad, se brindan 10 mil copas de leche a niños de la ciudad.
“No queremos tener una política meramente asistencialista, sino que sea una ayuda integral. En los clubes, los chicos practican un deporte y, a la vez, reciben la merienda o realizan un taller de teatro y comen algo a la tarde”, apuntó Chanda.
Los módulos de alimentos que se entregan a comedores y merenderos suelen contemplar una alimentación saludable. No obstante, todavía falta cambiar el paradigma de “cocinar para saciar el hambre” por el de “alimentar”. Tarea que supone brindar capacitación a los referentes de los comedores, quienes con voluntad social y buenas intenciones intentan que las familias tengan un plato de comida en sus mesas.
Al respecto, Chanda mencionó que se encuentran elaborando un recetario con sugerencias de platos para preparar durante el verano con los bolsones que se entregan para brindar otras ideas sobre elaboraciones.
A su vez, otro de los desafíos que presenta dar una buena alimentación, es la infraestructura. Algunos comedores de la ciudad son tan humildes que no tienen las instalaciones para poder hacer determinados platos. En este marco, señaló que se hizo mucho hincapié en que las instituciones intermedias participaran del Presupuesto Participativo para equiparse y dar solución a esta problemática.
Talleres de alimentación saludable en las infancias
Diego Caballero es licenciado en Nutrición y llevó adelante el taller “Cocineritos” en el CAPS de la Cuchilla, orientado a la educación de los infantes en alimentación saludable.
“Trabajamos con familias y chicos de Los Espinillos y del asentamiento de la calle Federación. La mayoría de estas personas subsisten por merenderos y comedores de la zona, y lo que pasa es que casi la totalidad de los alimentos que se dan son guisos y la copa de leche, que suele ser muy azucarada, acompañada con pan. Entonces, surgió la idea de plantear otra alternativa porque hoy en día la problemática es la mala nutrición. Hemos hecho evaluaciones de peso y talla y no tenemos chicos desnutridos, pero sí con sobrepeso. La iniciativa de ‘Cocineritos’ plantea que se aproveche el espacio para acceder a alimentos más saludables. No sólo preparamos recetas, sino que también se lleva fruta, se les da la leche, hacemos panificados integrales y snacks con legumbres. Se come lo que se prepara y el resto se les da a los chicos para que se lo lleven a la casa. Todo se elabora con insumos que vienen de la Secretaría de Desarrollo y mejora la alimentación de los menores”, relató Caballeros.
Sobre las copas de leche que suelen darse en clubes o merenderos, el nutricionista contó que “esta semana se realizó una capacitación a referentes de estos espacios, no sólo en cuanto a la higiene, sino también cómo mejorar la calidad de las meriendas porque sigue vigente esta visión de dar alimentos que llenen y aporten la mayor cantidad de energía, nos quedamos en un paradigma donde la desnutrición era lo que prevalecía, y no se tiene tanto en cuenta el tema de la malnutrición, no se lo hace con mala intención. Cuando les damos la leche a los chicos, deben adaptarse al tenor de dulzor, porque lo preparamos con un poco de cacao y poca azúcar, al principio no les gusta, pero es cuestión de tiempo hasta que reeducan su paladar”.
Además, durante los talleres, se les plantea a las familias recetas sencillas y pensadas en torno a los módulos alimentarios que se entregan desde el Centro de Salud.
“Como nutricionista y cocinero, sostengo que comer sano es factible, pero primero tenés que aprender a cocinar y conocer los alimentos, porque muchas veces se combina la vulnerabilidad económica y la falta de conocimientos en términos de cómo se preparan los alimentos. La idea es que los chicos y sus padres se vayan familiarizando con determinados productos y aprendan a alimentarse bien con pocos recursos”, manifestó el responsable del taller. Y continuó: “Pasa con las legumbres, que son económicas y no se las valora. De hecho, una mamá me dijo que comenzó a incorporar unos snacks de garbanzos que habíamos hecho en el taller porque a su hija le habían encantado y son más baratos que un paquete de galletitas”.
Del ciclo 2024 de “Cocineritos” participaron alrededor de 20 chicos, y el gran desafío es incrementar la cantidad de asistentes así como su permanencia en el tiempo el próximo año.
“A lo último se incorporó a Agustín González que dio taller de teatro y combinamos esas actividades con la de la merienda y repuntó. La idea es que se mantenga. Ayer terminamos el taller y ya estamos comunicando sobre las Colonias Municipales de verano porque la idea es poder hacer el enganche para que no queden a la deriva durante estos meses y a partir de marzo poder retomar con nuestras actividades”.