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Errores más comunes en un currículum y cómo evitarlos
El currículum vitae es lo primero que verán en una empresa cuando solicitas un puesto de trabajo. Por eso es tan importante que este sea impecable.
Un buen currículum te abrirá puertas, uno mal redactado te las cerrará. Muchos seleccionadores de personal descartan automáticamente documentos que tienen errores de base. Buenos candidatos pierden oportunidades laborales, por cometer esos fallos en su CV.
Estos son errores más comunes y cómo puedes evitarlos: Errores tipográficos, ortográficos y gramaticales Todo el mundo lo sabe y sin embargo se siguen viendo currículums con faltas de ortografía o errores tipográficos. Suelen ser errores no intencionales, que pasan desapercibidos para quién escribe el currículum, pero muy visibles para quién lo recibe. Algunos seleccionadores de personal descartan automáticamente los CVs con este tipo de errores.
Aunque es sabido que, en la mayoría de los casos, no es que el candidato no sepa escribir, denotan una falta de interés y de atención al detalle. Ninguna empresa quiere candidatos que no han hecho el esfuerzo de escribir un buen documento para solicitar el puesto de trabajo.
Pensarán que, si no has puesto el interés, ni siquiera en eso, poco interés pondrás en tu puesto de trabajo. Para evitar este error, relee varias veces tu currículum vitae, siempre, antes de enviarlo, pero no te quedes solo en eso. Además, dáselo a leer a un familiar o amigo, porque cuatro ojos ven más que dos. Currículum demasiado extenso Un CV nunca debería ser más largo de dos páginas. Es posible redactar un buen documento en una o dos páginas, con toda la información necesaria. Si el tuyo ocupa más de dos páginas deberías de reducirlo.
Hay algunos trucos para hacerlo. El primero es utilizar un diseño más compacto. Algunas plantillas permiten introducir más información en menos espacio, sin por ello penalizar la facilidad de lectura. Normalmente el formato a dos columnas es una buena opción. No reduzcas el tamaño de la letra, ni juntes las líneas con este propósito porque entonces será más difícil de leer y poco atractivo. Reduce el contenido. Recuerda las siguientes frases: “un currículum no es un testamento” y “lo bueno si breve dos veces bueno”.
Si tienes mucha información que poner en tu currículum resúmela en frases cortas y elimina aquello que no es relevante para ese puesto de trabajo. Por ejemplo, si tienes más de 20 años de experiencia profesional, lo más probable es que tus prácticas al finalizar la carrera no aporten nada y puedas eliminarlas de tu currículum.
Mostrar tus puntos débiles
El currículum no es el lugar para hablar de tus puntos de mejora, sino todo lo contrario. Se espera ver en qué eres bueno y sobre todo en qué lo eres para ese puesto de trabajo en concreto. Nunca muestres tus debilidades. En cambio, resalta tus fortalezas y logros alcanzados. Y con ello no se trata de mentir. Consiste en mostrar lo que te hace ser un buen candidato para el puesto de trabajo. Nadie es perfecto, todas las personas tienen puntos débiles, pero no es necesario darlos a conocer en el currículum.