
La agresión del padre de una joven a un docente puso de relieve la necesidad de profundizar la discusión sobre la ESI. El debate generado dejó en evidencia un quiebre generacional: mientras algunos alumnos defendían el derecho a ser educados, madres citaban al "Espíritu Santo" y a "Dios" como rectores de sus conductas.
Luciano Peralta
Aunque su aplicación es muy disímil, dependiendo de cada institución y del profesor o profesora que se pare ante el curso, la
Educación Sexual Integral (ESI) es ley desde el 2006, por lo que todas las escuelas del país deberían garantizar el derecho de los menores a ser educados.
Pero, como en todo orden de cosas, los cambios culturales son mucho más lentos que la aprobación de cualquier norma. Esto es claro en la discusión sobre la ESI que se está dando en la actualidad.
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En este sentido, el bochorno protagonizado por el padre de una joven de 14 años en el Instituto Bértora, que agredió al profesor de música que trabajaba con un curso en el marco de la ESI, sirvió de disparador para evidenciar el choque generacional entre algunos adultos y los estudiantes.
Como pocas veces, el debate que se dio en la FanPage de ElDía fue mayoritariamente respetuoso y sirvió para que cada uno plantee su postura sobre el tema. En este sentido, algunos estudiantes del 2°B en el que ocurrió la violenta situación explicaron lo sucedido y dejaron claro que, más allá de las posturas personales con respecto a la ESI, el tema plantea una necesaria actualización generacional en cuanto a los derechos de los niños y los adolescentes.
"Tenemos un excelente profesor que sólo estaba dando algo que veníamos charlando hace un mes. Nosotros, alumnos de 2° B, le pedíamos al profesor que nos diera un trabajo para saber más e informarnos más de todo esto que estábamos dando", expresó Antonella. Y, en este sentido, dijo: "somos 30 alumnos y 29 estábamos de acuerdo con este proyecto; queremos a nuestro profesor y queremos tenerlo por muchos años más", ya que "es una persona de bien, ama su trabajo y jamás nos falló en nada; lo admiramos tanto como profesor y aún más como persona".
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También Luna defendió al docente y su derecho a educarse en la ESI. "Mi compañera se dirigió al profesor con violencia y tratamos de detenerla, el profesor es una persona maravillosa que siempre nos apoya con todo, además de enseñarnos", escribió y aseguró: "que nuestra compañera no tenga interés a la clase no significa que a nosotros no nos importe". Asimismo, defendió que "todos los docentes nos hablan de eso (por la ESI)" y "a nosotros nos gusta y nos interesa".
En esta misma línea, "Ailu", también alumna del 2° B, contó que el docente les pidió opinión sobre la clase de educación sexual y "todos estuvimos de acuerdo en que esa clase nos iba a servir mucho porque nadie sabía del tema" y en que "esa charla se debería dar en casa también".
Queda claro que, más allá de la cerrada defensa del educador, los jóvenes son más o menos conscientes de su derecho a aprender.
En el nombre del Padre
Aunque fueron pocos, todos los que se mostraron en contra de la ESI son adultos. Y si bien es probable que los fragmentos que se van a citar a continuación no sean totalmente representativos de ese rechazo, evidencian el quiebre generacional, de pensamiento, de paradigma, que expone la discusión del tema.
Una madre contó la experiencia de su hijo de 12 años, quien "volvió mal" de su última clase, en la que se sintió "incómodo" porque hablaron de sexualidad. Más allá del caso particular, es interesante considerar los argumentos de esta madre, ya que suelen oírse en muchos de los debates sobre el tema.
"Somos cristianos y sentía que a Dios no le agradaba que él, a su edad, siendo tan chiquito, tenga que hablar con gente (con la que) no tiene la misma confianza que con sus papás, algo tan íntimo", expresó la preocupada madre. "Nosotros creemos en el Espíritu Santo y que todo tiene su tiempo, y que a los 12 años no es el tiempo de manejar esa información", argumentó.
Más allá de las posturas religiosas, también se expusieron cuestiones como la llamada "ideología de género" -concepto utilizado por los promotores del espacio "Con mis hijos no te metas", en contra de la ESI- o la potestad de padres y madres sobre sus hijos. "Como mamá no voy a permitir que le metan esas cosas a mis hijos a presión", expresó otra lectora de ElDía.
¿Qué pensarán quienes se oponen a la ESI que les enseñan a sus hijos? ¿Se debate sobre la diferencia entre sexualidad, derechos, diversidad y otros temas como el sexo o la pornografía? ¿Qué hablan, si hablan, de sexualidad los padres con sus hijos adolescentes? El debate está abierto y demanda, más que las ganas de aprender de los chicos, la suficiente amplitud mental de los adultos para conocer de qué se trata la educación sexual que se da en las escuelas.
"La ESI no sólo enseña la sexualidad o los distintos tipos de género que hay, también enseña a respetar al otro, aceptarlo como es, no discriminarlo por las diferencias que podamos tener unos de otros", escribió Juan Cruz, también del 2° B, y entre otras cosas se preguntó: "¿Tanto problema tienen con que nos enseñen a ser mejores personas?"