Explican científicamente la proliferación de algas
El Biólogo Norberto Oldani, investigador del INTEC (UNL/CONICET) es uno de los científicos santafesinos que forma parte del equipo que realiza trabajos en el marco del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay, encargado por la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación a instituciones científicas de todo el país y universidades nacionales.o
Según explicó, a la altura de la pastera Botnia se produjo una combinación entre las condiciones hidrológicas del Río Uruguay que sumado al enriquecimiento de las aguas debido a las vertientes de la empresa, generó un gran florecimiento algal.
“Es una situación que no estamos acostumbrados a ver en un río, entonces llamó muchísimo la atención ver esa mancha que tiene distintas tonalidades de verde, ya que no era blanca. La gente veía como que Botnia había tirado algo distinto a lo normal, pero no fue así, sólo sigue vertiendo lo que tira siempre: nutrientes que esta vez se combinaron con otras circunstancias”, señaló.
Manifestó que frente a la papelera finlandesa, el río posee una menor pendiente y velocidad que en el resto del Río Uruguay. Además, periódicamente por efecto de las sudestadas o por las mareas del Río de la Plata, se produce una reversión del sentido de las corrientes. “Normalmente fluye de norte a sur, pero allí, por esos factores y ante un bajo caudal, es como que se detiene y el agua queda estancada o revierte su sentido en vez de fluir hacia el mar”, detalló.
Mortandad de peces
El especialista reflexionó sobre el daño que produciría al ecosistema una proliferación de las algas a gran escala. “Las algas consumen oxígeno que durante el día vuelcan al ambiente como producto de la fotosíntesis, pero en el transcurso de la noche no se da ese proceso y se produce un déficit de oxígeno en el agua. Entonces, dependiendo de la profundidad del río, de las condiciones del ambiente y el viento, a veces no hay oxigenación y se mueren los peces”.
Destacó que no fue ese el panorama que se presentó en el Río Uruguay esta semana, pero sí un deterioro de la calidad del agua producto de las floraciones, que desencadena desconfianza en los turistas que usan las playas o que acuden a la zona a pescar.
“Hubo información de que había peces muertos que llevaron a Buenos Aires para hacerles análisis, pero yo no los vi. En realidad pudieron haber muerto por otra causa, no necesariamente por esto”, descartó.
Apuntó que como parte del equipo de trabajo del Plan de Vigilancia Ambiental del Río Uruguay, se encuentra observando los problemas que podrían surgir en la repoblación de la fauna ictícola: “Esto es el principio y en el futuro veremos esto con más frecuencia y quizás aumentando en intensidad. De todos modos el río es dinámico, viene en creciente y se lleva todo. Puede haber un proceso de acumulación de los deshechos de Botnia en algún lugar, no sé con qué velocidad, ni con qué frecuencia, pero indudablemente si todos los días tiran 30 ó 40 toneladas de desperdicios habrá problemas. Si hay algas y son en cantidades importantes, el equilibrio será afectado. En realidad las algas no son las culpables, sino que en realidad no hay que tirar el río deshechos sin tratar. Habría que devolver al río una mejor calidad del agua. En esto no es sólo Botnia, sino los efluentes que hay aguas arriba”, culminó. APF
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