Falta de agua, detectar y prevenir  

 Lic. Federico Peralta*MN: 12024, MP: 1405 Dada la situación puntual y extraordinaria que ha vivido nuestra ciudad en relación al abastecimiento de agua, es importante tener en cuenta las alteraciones que pueden presentarse como consecuencia de una ingesta insuficiente. También este es un buen momento para concientizar sobre la importancia de tomar agua. Es habitual escuchar recomendaciones sobre el hecho de tomar "mucha" agua, algunos sugieren dos litros por día y, de hecho, existen programas de alimentación en los cuales el foco se encuentra en la ingesta de agua. Ahora bien, todos en mayor o menor medida sabemos que es importante tomar agua, no todos tenemos en claro cuánto es lo que hay que tomar ni cómo, pero fundamentalmente, la mayoría no tienen conocimiento sobre las posibles alteraciones relacionadas a una ingesta insuficiente de agua. Aquí les mostramos los problemas más comunes. La fatiga es un concepto multidimensional en el que se engloba la fatiga física o corporal y la fatiga mental o psíquica. Cuando es insuficiente el agua que tomamos se reduce la actividad enzimática. Las enzimas son proteínas que regulan los procesos químicos de nuestro organismo, en la mayoría de los casos controlan la velocidad de las reacciones químicas. Es por esto que al disminuir la ingesta de líquidos ciertos procesos biológicos modifican su velocidad y la consecuencia de esto es la fatiga.La presión arterial, ya sea alta o baja, también se ve afectada. El consumo de agua es clave para eliminar las toxinas que se encuentran en la sangre y de esa manera facilitar la circulación. Esto afecta principalmente a las personas que tienen una alteración de base de su presión arterial.En la misma línea, el consumo de agua estimula la eliminación de desechos del organismo, proporciona sensación de saciedad y es fundamental para mantener el ritmo metabólico. Por este motivo es habitual que ante situaciones de falta de ingesta de agua algunas personas padezcan estreñimiento. Además, una ingesta insuficiente sostenida en el tiempo genera que disminuya la secreción de jugos digestivos y esto provoca serios problemas estomacales, como gastritis y úlceras.Por otro lado, la deshidratación genera que el líquido que se encuentra en nuestras células tienda a salir de ellas, esto genera una reacción del organismo con la intención de detener esa pérdida de agua intracelular, lo cual es realizado con un aumento en la producción de colesterol. Naturalmente, este desequilibrio afecta más a las personas que previamente tienen problemas en el control del colesterol. Entre otros problemas asociados a una ingesta insuficiente de agua se encuentran los trastornos respiratorios, cardiovasculares, el envejecimiento prematuro, el exceso de peso, eczemas u otras alteraciones de la piel y hasta el daño cerebral. La Organización Mundial de la Salud recomienda tomar entre 2 y 3 litros de agua por día. Es importante remarcar que esta recomendación es para personas sanas. En caso de estar en tratamiento por alguna enfermedad la recomendación puede modificarse, por lo cual es importante consultarlo con el profesional que se encuentre a cargo de ese tratamiento. Como en la mayoría de las alteraciones, los grupos más vulnerables se encuentran en los extremos de la vida, los niños y los adultos mayores, ya que los recursos de sus organismos para poder sobrellevar una situación de posible deshidratación son menores o bien menos eficientes. Además de que muchas veces tienen la imposibilidad de comunicar su sed, que sería el primer mecanismo de defensa. Entonces ¿cómo detecto si una persona se encuentra en una situación inapropiada en relación a la ingesta de agua? En principio, la sed es uno de las primeras líneas de defensa del organismo, también se puede sentir sequedad en lengua y labios, ausencia de sudor, molestias al tragar, aumento de la temperatura corporal y falta de elasticidad en la piel. En relación a las personas que se encuentran en los extremos de la vida, muchas de estas pautas de alarma se ven imposibilitadas por la dificultad de comunicarlas. En esos casos la observación de la mucosa de la boca y lengua, mirar la piel de la cara y la temperatura corporal, mediante un termómetro, pueden ser indicadores de una falta de agua. Por último y para terminar, es importante tener en cuenta que hay que tomar agua, pero esto debe ser de manera segura. En las personas mayores de 65 años es muy común la presencia de alteraciones en la forma de tragar, es decir en el acto deglutorio. La detección temprana es una de las herramientas más importantes para poder abordar el mejor tratamiento. La deglución, como cualquier otra actividad motriz, puede ser entrenada por un profesional formado en el área. Lo importante a tener en cuenta, en principio, es que el adulto mayor en cuestión pueda toser de manera voluntaria o involuntaria. Si la tos es efectiva nos aseguramos que uno de los principales mecanismos de defensa de nuestro sistema respiratorio está funcionando. Por otro lado, si una persona tose cuando traga nos está indicando que parte del contenido del trago está queriendo pasar a los pulmones y por eso la tos. En ese caso es importante poder hacer la consulta con un profesional competente. Por todo esto, es fundamental saber si la persona puede toser y si su toz es efectiva. Para más información sobre trastornos deglutorios, puede consultar la nota publicada en este mismo diario el 5 de diciembre titulada "¡Llegó el verano, a tomar agua! Presbifagia, para tener en cuenta".*Licenciado en kinesiología y fisiatría UBA orientado a rehabilitación neurológica y trastornos vestibulares y del equilibrio; docente UBA, investigador y responsable de CIRIC Formación Permanente.