Festejar el derecho de intentar ser padres

La Argentina fue el primer país en América latina en tener una ley de reproducción asistida; cuáles son los alcances de la norma; congelar óvulos y embriones: de la ilusión de concebir al debate ético.Por Florencia Carbone"Tener un hijo ha pasado de ser un lujo a ser un derecho irrebatible." Adán Nabel, uno de los especialistas del Centro Privado de Medicina y Genética Reproductiva (Cegyr) mezcla dosis de pasión y orgullo cuando habla del cambio que produjo en la sociedad la ley de reproducción asistida.Aunque aclara que hay aspectos por mejorar, destaca que nuestro país fe pionero en la sanción de una medida del tipo en América latina: en 2011 empezó a regir una ley en la provincia de Buenos Aires y en 2013, la ley nacional. -¿Qué es lo que cubre la ley nacional, qué alcance tiene?-Hay dos aspectos por los cuales los argentinos podemos sentirnos orgullosos. Uno, la cobertura de la ley. Aunque es una norma con algunos puntos discutibles, es abarcativa, cubre tratamientos a muchas personas que hasta hace algunos años quedaban afuera. Habilita el derecho a un tratamiento, porque eso no garantiza 100% el éxito, pero permite que muchas personas tengan la posibilidad de tener un tratamiento para intentar ser padres. En ese sentido en cuanto a la cobertura tenemos un avance. Y en cuanto a lo meramente científico, también estamos muy avanzados. Hoy la tecnología y los avances en todas las áreas médicas, pero especialmente en lo genético han progresado mucho. Es el área de la medicina reproductiva que más avanzó. En eso también estamos en el primer mundo. -¿En lo que se puede lograr hoy en la Argentina?-Exacto. Además se han acortado las distancias. Hay muchos estudios genéticos que se pueden realizar en el país. Hay otros que por ahora se están mandando a Estados Unidos o a Europa, con mucha facilidad y que en muy, muy poco tiempo ya se podrán hacer acá. -En un artículo reciente (ver "Argentina, pionera en América latina") planteabas que hoy tener un hijo pasó de ser un lujo a ser un derecho. Eso lo habilita además de los avances tecnológicos el hecho de contar con una ley que iguala las posibilidades de acceso a esos avances.-Eso es muy importante. En todo lo que es la reproducción asistida, el avance también fue el abaratamiento de los costos respecto de lo que eran hace 15 o 20 años. Además era algo más sofisticado, difícil, incluso con más riesgos de los que hay ahora. Hoy los avances hacen que haya casi riesgo cero para la salud del paciente. Antes estaba el tema de la hiperestimulación, por ejemplo. Y por supuesto, lo mejor de todo es que cada día tenemos mejores tasas de embarazo. Cuando empecé en esto, hace 18 años, teníamos una tasa global de embarazo en los institutos de 10% y estábamos satisfechos. Hoy ese número ronda el 60% en algunos grupos. -¿Significa que antes sobre la totalidad de tratamientos realizados sólo el 10% tenían éxito? -Sí, hace algunos años era muy baja. Hoy por en ovodonación nuestra tasa de embarazo ronda el 60/65 % y con chances de realizar más tratamientos por la posibilidad de congelar embriones. Estamos muy contentos trabajando en esto. Después, como decía en el artículo, hay muchas cosas para ajustar en la ley para que todavía sea más justa. -¿Por ejemplo?-Tal vez adaptarse a la realidad del contexto social del país. La cobertura es muy amplia y no tiene límite de edad. Una prepaga, obra social o el Estado se vería obligado a pagar tratamientos con muy baja tasa de éxito. En un país donde los recursos materiales de salud son limitados, habría que revaluar esto y ver en dónde se pone el mayor esfuerzo. Tal vez pensar una manera para que las parejas con mayores posibilidades tengan mejores intentos. -¿Cuál es una edad lógica para intentar un tratamiento de fertilización? -Para realizar un tratamiento con los óvulos propios, en nuestro Centro el límite son los 43-44 años. Y para hacer tratamiento con óvulos donados admitimos mujeres de hasta 50 años. Pero no hay un límite obligado. Cada Centro puede imponer el suyo y tener algunas excepciones. -¿Cuánto influye la situación social de una mujer en su grado de fecundidad?-No es una pregunta fácil de contestar. Los médicos siempre nos basamos en estudios científicos para responder preguntas, y cuando no está demostrado científicamente algo como en este caso lo que puedo hacer es dar una opinión basada en mi experiencia. Lo que vemos es que mujeres mejores alimentadas, que están en un peso adecuado, que no están estresadas, que uno las percibe como más felices en el contexto de su vida y su pareja, tienen mejores posibilidades de éxito. Esto es una opinión personal, no es algo científico.Hay algunos estudios que han demostrado que el menor estrés se acompaña con mejores tasas de embarazo, pero lo que sí vemos hoy en día y que es una realidad social, es que las mujeres van a la primera consulta (en busca de un embarazo) en una edad avanzada. El promedio de edad de nuestras pacientes ronda los 38-39 años. Y el cuerpo está diseñado fisiológicamente para ser madre mucho antes.La mujer nunca no debe olvidarse que tiene un reloj biológico que es mucho más agresivo e impiadoso que el del hombre. -¿Cambia algo el hecho de ser madre por primera vez joven y luego intentar tener otros hijos bordeando los 40?-Sí, totalmente. La mujer que fue madre más joven tiene mejores chances de tener embarazos sucesivos años más tarde, sin duda.-Mencionaste el tema de la criopreservación. Ahí se da toda una discusión ética y moral respecto del tema. ¿Se pueden congelar óvulos o embriones?-Ambas cosas. Los óvulos se criopreservan en mujeres que no tienen pareja o que la pareja no está afianzada y quieren congelar material para impedir que pase el impiadoso tiempo, o aquellas que tienen que someterse a un tratamiento oncológico. Las que están en pareja idealmente pueden congelar embriones. Porque los embriones tienen una mejor tasa de sobrevida y de embarazo que el óvulo. Igualmente hemos avanzado muchísimo en lo que es la congelación de óvulos. Hoy es un tratamiento que ofrecemos con mucha tranquilidad siempre que la reserva ovárica de la mujer sea buena. -¿Eso se hace en bancos especializados?-Todos los centros tienen la posibilidad de asistir a un buen laboratorio de embriología, de congelar. -¿Cuánto tiempo se pueden mantener congelados?-Muchísimo. Tenemos embarazos de mujeres que congelaron embriones 15 o 16 años antes. -¿Y hay alguna legislación al respecto? Por ejemplo, que establezca que la congelación de un óvulo o un embrión puede ser sólo a los fines del uso de la propia mujer que lo congeló.-La realidad es que hace poco la Cámara de Diputados dictaminó una ley que aprobaba el descarte de embriones en el caso de que la pareja así lo quisiera o permitía que lo donara para investigación o a otras parejas. Pero la ley no fue tratada en el Senado y cayó su estado parlamentario con lo que volvimos a foja cero y no hay ninguna ley que lo regule. Nosotros como norma, en el Cegyr, no descartamos embriones. -¿Y qué pasa con los embriones en el caso de que la mujer que los congeló se divorcie o muera o uno de los integrantes de la pareja decida no tener ese hijo?-Gran tema. En los consentimientos que tenemos desde hace unos años eso está especificado. Cada pareja escribe lo que desea hacer con esos embriones que se han congelados en el caso que suceda algunas de las eventualidades que mencionás. Antes, la mayoría de los embriones que habíamos congelado no tenían nada mencionado en los consentimientos. Hay un vacío legal. En algunos casos tiene que intervenir a la Justicia con una orden de un juez y se hace lo que el juez dictamine con esos embriones. En general somos muy estrictos. Si viene una mujer que tiene embriones congelados y pide que se le transfieran, si no viene su marido y firma, no se hace nada. -¿El alquiler de vientres en la Argentina tampoco está legislado? -No. Pero ya hay un comienzo, hay bastante jurisprudencia porque hay unos cuantos casos. El problema con la subrogación uterina es un tema súper complejo, donde median también elementos económicos. Se podría llegar a hacer en el país cuando no media un interés económico entre la mujer que subroga y la subrogante del útero. Pero cuando hay una relación familiar y no media el interés estamos habilitados a hacerlo, cosa que no es tan fácil porque la mayoría de las mujeres que requieren una subrogación en realidad no tienen a alguien que les pueda prestar un vientre, un útero. Ahí tenemos una dificultad. Por suerte el grupo no es tan grande pero lamentablemente para ese grupo no es tan sencillo porque las implicancias legales pueden ser muy severas si el tema no está puesto a punto en cuanto a lo legal. Cosa que de repente en muchos Estados de Estados Unidos, por ejemplo, se puede hacer con una cobertura legal más amplia. -¿La donación de óvulos está legislada, cómo funciona?-Hay una legislación de cobertura. La ley de cobertura menciona la donación de gametas. O sea, estaría totalmente aprobado. Pero no está regulado, reglamentado. Entonces los centros se manejan de acuerdo a los códigos de ética, de la sociedad de medicina reproductiva y a las guías nacionales e internacionales que no tienen un vínculo legal. Pero acá se hacen muy bien los tratamientos y cada centro impone sus reglas. Argentina, pionera en América latinaEn un artículo publicado en La Nación, en junio del año pasado, Adán Nabel señala varios aspectos interesantes sobre la ley de reproducción asistida sancionada en la Argentina. A continuación, algunos de los puntos más destacados:*Tener un hijo ha pasado de ser un lujo a ser un derecho irrebatible. Los países han tenido que adaptarse en un terreno controvertido no sólo en lo ético y moral sino también en lo social y económico.*En un extremo está Costa Rica, donde los tratamientos de alta complejidad están prohibidos por ley desde 2000, a pesar de las amenazas de sanciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En el otro, un pequeño Estado como Israel, donde las mujeres tienen cubiertos íntegramente por ley todos los tratamientos que sean necesarios hasta tener dos hijos vivos. En el medio se encuentran los demás países, desde aquellos sin ley ni regulación hasta los que tienen leyes más o menos restrictivas.*En 2013 se reguló en nuestro país la ley 26862 de reproducción asistida. La Argentina se convirtió así en el primer país de América latina en contemplar la financiación de estas prácticas, considerando el derecho reproductivo e incluyendo a parejas infértiles con gametas propias o donadas. Se cubren prácticas como la criopreservación de gametas y embriones. Es una ley amplia y no impone precondiciones, como estado civil, orientación sexual, ni límite de edad. Es decir que, además de ser una ley de cobertura, implícitamente regula prácticas que en otros países podrían estar prohibidas. Italia, por ejemplo, ha prohibido por ley parlamentaria en el año 2004 la criopreservación de embriones.*La ley abarca a los tres sectores de la salud: público, obras sociales y empresas de medicina prepaga. Si bien apunta a beneficiar a un grupo damnificado, como son las personas que no pueden lograr el embarazo por vías naturales y no poseen los recursos para solventarlo, en la práctica la ley padece a mi juicio diversas imperfecciones. Por lo precipitado de su presentación, sanción y reglamentación, pareciera haber obedecido más a urgencias proselitistas que a una necesidad de tener una ley lo más justa posible.*Podría decirse que nuestra ley no impone restricciones, es amplia ya que contempla la mayoría de los tratamientos, pero sigue dejando un vacío legal para tratamientos con la subrogación uterina (alquiler de vientre) que no es mencionada, ni en la propia ley ni en el nuevo Código Civil.*En Holanda no se hacen tratamientos en mujeres de más de 40 años, aduciendo que la baja tasa de embarazo que se obtiene a partir de esa edad no justificaría la subvención del Estado. Según nuestra ley tendrá acceso a estas prácticas "toda persona mayor de edad", sin determinar las posibilidades de éxito. Los médicos nos encontramos a diario con pacientes con muy bajas chances de embarazarse con su propia genética mediante tratamientos de alta complejidad. Legalmente estas mujeres cuentan con la cobertura de los mismos tres tratamientos tanto como aquellas que tienen buenas posibilidades de conseguir el embarazo. La ley no contempla la limitación de los recursos que existe en nuestro país, teniendo en cuenta la gran cantidad de habitantes que padecen situaciones con necesidades básicas insatisfechas.
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