Francisco se despidió de la gira en América con una misa multitudinaria

Ante más de un millón de personas, el Papa exhortó a los fieles a vivir en la tolerancia incluso con quien piensa distinto o se alejó de la fe. La multitud despidió a Francisco de una exitosa gira por América Latina. "Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la perdió, hospitalidad con el perseguido, con el desempleado, hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra paraguaya es tan rica, hospitalidad con el pecador, porque cada uno de nosotros también lo es", afirmó Francisco.Jorge Bergoglio ingresó a Ñu Guasú ("campo grande", en guaraní) a bordo del papamóvil, en medio de una multitud que agitaba sus banderas pontificias, paraguayas, argentinas y algunas brasileñas y mientras entonaban el himno oficial de la visita: "Gracias Santo Padre".En su homilía, Francisco afirmó que "la Iglesia es madre de corazón abierto que sabe acoger, recibir, especialmente a quien tiene necesidad de mayor cuidado, que está en mayor dificultad. La Iglesia es la casa de la hospitalidad".Desde el altar, adornado por el artista plástico Koki Ruiz con espigas de maíz, cocos naturales y calabazas y con las imágenes de San Ignacio y San Francisco, el Papa reivindicó valores como la hospitalidad, la fraternidad y dijo que en María "tenemos un modelo"."Cuánto bien podemos hacer si nos animamos a aprender el lenguaje de la hospitalidad, del acoger. Cuántas heridas, cuánta desesperanza se puede curar en un hogar donde uno se pueda sentir recibido", remarcó.Debemos brindar "hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido", también "con el perseguido, con el desempleado", "con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra es tan rica. Hospitalidad con el pecador", describió."Tantas veces nos olvidamos que hay un mal que precede a nuestros pecados. Hay una raíz que causa tanto pero tanto daño, que destruye silenciosamente tantas vidas. Hay un mal, que poco a poco, va haciendo nido en nuestro corazón y 'comiendo' nuestra vitalidad: la soledad", advirtió el pontífice.Por eso, "lo propio de la Iglesia, de esta madre, no es principalmente gestionar cosas, proyectos, sino aprender a vivir la fraternidad con los demás", subrayó Francisco en un domingo que empezó nublado y con lloviznas y se tornó soleado en su presencia."El Papa de la gente" fue ovacionado en tierra guaraní, donde destacaron su "sencillez y humildad" y celebraron la reivindicación de la mujer paraguaya, a la que Bergoglio calificó como "la más gloriosa de América".
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