Frenaron la reforma política y el Gobierno se inquieta

Se complica el debate por los aportes de la campaña del año que viene. La figura vacante del recaudador y los problemas de logística. El ala política versus el ala comunicacional. Dudas en Marcos Peña y Durán Barba. En las últimas semanas, un número considerable de dirigentes e intendentes oficialistas de la provincia de Buenos Aires peregrinaron por la Casa Rosada con la idea de que tal vez la votación con boleta de papel no es tan mala noticia si se tiene en cuenta que ahora, tras la proliferación de la ola amarilla en Nación y en territorio bonaerense, el PRO cuenta con la estructura y la logística necesarias para sacar provecho electoral. La respuesta de Mauricio Macri no dejó margen de duda: "Boleta Única Electrónica sí o sí".Con el duro traspié aún a cuestas, y mientras mastican bronca con el PJ, en la Casa Rosada se empezó a profundizar la inquietud en torno al financiamiento de las campañas, que en los planes debería empezarse a discutir el año entrante pero que caída la reforma política obliga a repensar la estrategia de cara al calendario electoral. Un encumbrado funcionario de la mesa chica del Presidente le había confiado a Infobae hace un par de semanas que la implementación del voto electrónico achicaba bastante los márgenes de discrecionalidad de la recaudación y del financiamiento electoral del Gobierno, entre otras cosas, por el costo de las boletas, el pago a los fiscales y la logística alrededor de ambos.Pero la principal inquietud tanto de la cúpula del gobierno nacional como del bonaerense -distrito clave a nivel electoral-, según aseguraron altas fuentes de ambas administraciones, pasa por el sistema de recaudación de campaña del próximo año, que Macri hoy no tiene quien lo maneje y que el año pasado tuvo los buenos consejos de Nicolás Caputo, el más íntimo de sus amigos. "Nadie se quiere hacer cargo", explicaron desde la cúpula de la coalición de gobierno. Es decir: el Presidente hoy no tiene recaudador.Más allá del supuesto espíritu republicano del cambio del sistema de votación impulsado hasta el hartazgo por el Gobierno, la obsesión por la reforma política que el jueves fue herida de muerte en el Senado obedece en buena medida a la necesidad de Macri de desmantelar ese sistema de recaudación plagado de irregularidades que el año pasado lo llevó a la cima del poder. El proyecto para reformar la ley de financiamiento de los partidos políticos era -para el Gobierno aún lo es- la segunda parte del plan. (Fuente: Infobae)
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