“Fue algo muy dramático porque no teníamos experiencia en la guerra”
Pasaron 31 años. La soberanía sobre las islas, hoy se reclama desde todos los medios diplomáticos. Malvinas: una herida que marcó a quienes combatieron y volvieron para contarlo. Pedro Vergara y Oscar Pérez, excombatientes, relataron la experiencia de haber estado 74 días en combate.Luciano Peralta y Mónica FarabelloEl servicio militar obligatorio era una norma que debían asumir los jóvenes argentinos que el azar de una bolilla dictara. Aquel 2 de abril de 1982, encontró a Pedro y Oscar, en Río Grande, Tierra del Fuego, cumpliendo con esa obligación.El caso de Oscar es muy particular. Ya había cumplido los 14 meses de colimba, y "hacía una semana que estaba vestido de civil, ya estaba de baja, cuando Argentina recupera Malvinas me visten de verde y me mandan a las islas con otra compañía", relata y trata de explicar la angustia que sintió en ese instante, cuando solo tenía 20 años: "En ese momento lo que se alargaba era la colimba, me quería matar porque yo ya tenía la idea de que me volvía a mi casa. No solo me tengo que quedar, sino que tengo que ir a la guerra".- ¿Cómo se enteran que se había declarado la guerra?Pedro: Lo que se rumoreaba era que había un problema con los chilenos. Eso fue lo que pensamos. Tal es así, que el 2 de abril al Batallón de Infantería de Marina 5 (BIM 5), lo encuentra en la frontera con Chile, en la zona de San Sebastián. Y con gran sorpresa, nos enteramos por una radio Chilena de que Argentina había recuperado las islas. Después, en la madrugada del 2 de Abril, cantamos el himno en la frontera y volvimos a nuestro batallón, y ahí si nos alistamos para cruzar a las islas. El día 7 de abril a la noche cruzamos en avión a Malvinas, donde estuvimos 74 días, ocho días prisioneros.- ¿Ya se conocían con Oscar?Pedro: No, nos conocimos allá. Situación que me acuerdo clarito como si fuese hoy. Yo les entregaba a ellos el equipo de combate, el fusil, el casco, la mochila. Después, con el tiempo, cuando nos encontramos con Oscar, por el año 86 me parece, le conté. Nunca olvidé la cara de Oscar, estaba muy amargado por la situación que se estaba viviendo, pero no por ir a Malvinas, sino por la situación misma de estar a punto de venirte de baja y que tengas que volverte a poner la ropa verde y volver agarrar el fusil. Cinco días después de la ocupación de las islas, el 7 de abril, el BIM 5 desembarcó en Malvinas. Oscar y Pedro, estaban en distintas compañías dentro del mismo batallón. "En Malvinas estuvimos siempre a la intemperie. En una carta que le mandé a mi vieja le puse que el enemigo en principio no eran los ingleses, sino el clima, porque llovía mucho, dejaba de llover y salía el sol, y al rato volvía a llover. El agua brotaba de la turba, hacías un pozo y se te llenaba de agua. Esa era la condición en la que vivíamos. Había viento fuerte, vientos muy fríos y era difícil; no tenías ropa para cambiarte, así que si te mojabas tenías que bancártela mojado hasta que se te secara la ropa en el cuerpo no más", describe Vergara la dura situación a la espera del enemigo.- ¿Cómo fue ese 1 de mayo cuando llegaron los ingleses?- Pedro: Desde que llegaron empezaron a bombardear todas las posiciones, tenían un radar que nos captaban no sé si el calor humano o cuando hacíamos fuego, entonces desde que empezaron a llegar los buques empezaron todos los días a bombardearnos. Te tiraban 15 o 20 minutos acá. Dejaban de tirar y empezaban acá. Fue algo muy dramático porque no teníamos experiencia en la guerra. Cuando teníamos práctica de combate le tirábamos a objetivos que estaban fijos, que no te respondían el fuego y estaban a 200 metros. Ahora nos encontrábamos en una situación en que los buques nos tiraban como de 12 kilómetros y no los veíamos. Te sentías un objeto que estabas ahí, a la espera de la bomba que te mate. En la intensidad del fuego de los ingleses no podías moverte porque en donde te movieras eras blanco de las esquirlas.Oscar: Para mí el día más terrible fue el 1° de mayo. Hasta el momento no sabíamos que iba a pasar. Nosotros hacíamos la guardia cada dos horas. De cada siete, seis trataban de dormir y uno hacía guardia fuera del refugio. Cuando empieza el bombardeo yo estaba haciendo la guardia afuera y veo las luces que vienen desde el mar. Eran unas bolas de fuego, me pegué un susto, porque no entendía lo que pasaba y las bombas empezaban a explotar.Pedro: Después del 1° de Mayo tuvimos que empezar a vivir en cuevas. Cuando volvimos, estaba muy instalado esto de la "desmalvinización", mucha gente decía: flaco a vos no te pasó nada porque estabas escondido. Teníamos que explicar que el hecho de estar escondido era por salvar nuestra vida."Se equivocaron de alerta"Pedro cuenta que cuando llegaron los ingleses dieron un alerta amarilla equivocadamente, que significa "desembarco de ingleses". "Fue lo que nos dio suerte, porque salimos de las carpas, porque hasta el 1° de Mayo vivíamos en carpas. Al salir de las carpas para tomar nuestras posiciones, sin saberlo muchos salvamos nuestras vidas. Esa mañana cuando amanece mi carpa no existía más. Había caído una bomba sobre la carpa".- ¿A partir de ese momento vivieron bajo tierra?- Oscar: Lo más dramático es aguantar el bombardeo, estar bajo el pozo y esperar que una bomba no explote en tu posición. Yo nunca pensé en venirme, pensé que íbamos morir. Realmente era muy difícil salir vivo de esa situación. Si la bomba te daba arriba del pozo nos moríamos todos. No había forma de salvarse y de defenderse porque no tenías con quién pelear.Pedro: Los bombardeos siempre eran de noche, de día no te molestaban. ¿Qué hacían ellos? Más que nada era acción psicológica, nos estaban desgastando. Y es más, hasta hoy en día, cuando estoy durmiendo mi cuerpo tiembla por las bombas. El cuerpo mío salta, es algo que no lo puedo controlar.- ¿Cuándo fue el momento que sentiste más miedo?Pedro: El BIM 5 entra en combate el 11, 12,13 y 14 de junio. Esos días fueron terribles. Durante toda la guerra tuve largas charlas con Dios. Las noches eran eternas, muy largas y una cosa que le pedía a Dios era morir en Malvinas o volver bien a mi casa, pero no quería volver con alguna incapacidad.Oscar: El 1° de mayo fue el día que mayor miedo tuve. Cuando daban la orden de desembarco inglés, teníamos de salir y ocupar las posiciones individuales. Una vez llegué, me tiro de cabeza y no entraba ni la cuarta parte de mi cuerpo. Empecé a cavar con la mano y saqué una piedra tan grande y la puse arriba solo del miedo. Porque el miedo que se siente es terrible.El regreso al país y la "desmalvinización"La guerra de Malvinas fue el último intento de los militares por legitimarse en el poder. Perdida la guerra encontraron los culpables en aquellos que dieron la vida y la salud por una guerra sin pies ni cabeza. La "desmalvinización" fue la forma de negar lo ocurrido, ocultando a sus combatientes, ignorándolos.Oscar: Estuvimos ocho días prisioneros. Salimos el último contingente de Malvinas. Llegamos a Bahía Blanca tipo siete de la tarde. Deliberadamente paraban el barco para llegar a una hora bastante de noche. Nos cortaron el pelo, nos dieron la ropa de civil y nos trajeron en un avión. De Ezeiza nos subieron a unos camiones todos cerrados y nos tiraron en Once. Nos confundieron con la gente, la gente pasaba al lado de nosotros y no éramos más nadie, después de habernos jugado la vida por todos los argentinos. Nos trataron de esconder. En ese momento (en la guerra) éramos los hombres de la guerra en Malvinas y cuando volvimos pasamos a ser los peores del mundo, los culpables de la derrota.Pedro: A nosotros nos dejaron en Retiro. Fuimos a comprar el pasaje y no nos alcanzaba la plata. Lo encaramos al de la boletería, le explicamos que habíamos estado en Malvinas...el tipo dijo yo no puedo hacer nada. Estuve tres días en Buenos Aires antes de volver a casa, no recuerdo bien por qué.- ¿Los largaron sin un peso?Pedro: Sí, por lo menos yo no tenía plata ni para volver a mi casa. Después me llega un cheque a mi casa, de la Armada, que me alcanzó para comprarme un par de zapatillas, unas Topper rojas, me acuerdo.- ¿Cómo fue volver a tu casa?Pedro: Yo quería estar con mi vieja. Conociéndola a mi mamá yo sé que sufrió mucho, el tiempo me da la razón, estuvo ocho años con tratamiento psiquiátrico. Y sé que culpa de eso desatendió a mis otros hermanos; no nos hizo nada bien a la familia. Una vez fui a un baile con mi novia, me encontré con compañeros de estudio, ni bola me dieron. Es como si no pasó nada, como si la guerra nunca pasó. A mí me hubiese gustado poder charlar, abrazarlos... decirles "loco tuve una situación muy fea y los extrañé", pero eso nunca pasó.Malvinas es una herida que aun hoy, a 31 años, no cicatriza. Los combatientes de guerra, gracias a que se organizaron y a la madurez de la sociedad que otrora les dio la espalda, hoy son reconocidos, ya no como los responsables de la derrota, sino como víctimas de una guerra inexplicable. Gualeguaychú con el corazón en las IslasJóvenes de entre 18 y 20 años de todo el país, viajaron a las Islas Malvinas para combatir en una guerra que duró poco más de dos meses.Gualeguaychú no fue la excepción: Carlos Mosto y Raúl Horacio Dimotta, dejaron sus vidas en las islas; murieron por recuperar el suelo argentino. Sus historias son distintas, pero iguales a las de los más de 640 hombres que murieron en 1982.A 31 años de la guerra, recordamos su vida y su lucha: Carlos Mosto tenía 23 años cuando tuvo que ir a la guerra. Su familia lo recuerda como un chico de carácter alegre, reflexivo y positivo; le gustaba la joda sana y era una persona muy compañera y servicial.Mosto cursó sus estudios primarios y secundarios en la escuela Normal. Hoy, una de sus aulas lleva su nombre en homenaje a aquel alumno que se convirtió en héroe. Al finalizar la escuela, viajó a La Plata donde estudió tres años de medicina.Por la prórroga pedida para poder estudiar, Carlos Mosto tuvo que hacer la conscripción con los chicos de la clase 62. "Él era de la clase 59 pero lo hizo con los muchachos de la clase 62 hasta que terminó y le dieron la baja", relató su hermana Elsa.Inmediatamente viajó a Gualeguaychú a disfrutar de unos días vacaciones, antes de retomar los estudios.El 9 de abril de 1982, la familia Mosto se entera que estaban llamando a la clase 62. Todos quedaron sorprendidos y angustiados por la noticia. Los padres del soldado lo llevaron a una habitación y le dijeron "que si no quería ir, que no vaya". Pero Carlos Mosto, decidió que iba a viajar a las Islas.El médico y el ángel del grupoCarlitos Mosto estaba avanzado en sus estudios de medicina, por lo que era el médico del grupo en las Islas. Él curaba a sus compañeros y muchos lo recordaban por haberlos ayudado a sanar una herida o curar una alergia.Sus compañeros lo recuerdan por su gran amor a Dios, su infinita fe y por su compasión hacia el enemigo."El ángel de los pozos", como lo apodaban a Carlitos Mosto, murió el 11 de junio de 1982. Un avión arrojó una bomba que cayó en el medio del edificio, donde ocasionalmente Mosto buscaba azúcar para el café de sus compañeros.Sus compañeros lo encontraron debajo de los escombros y boca arriba.Cuando lo encontraron sus compañeros, Carlitos Mosto aún respiraba, pero muy leve y según contaron sus compañeros, llamaba a su mamá, al momento de morir."Primero está la Patria"El Sargento Raúl Horacio Dimotta o "Lito" como le decían sus hermanas, tenía 22 años cuando debió sumarse al conflicto del Atlántico Sur. Estaba casado y tenía un hijo de 2 años cuando viajó al territorio de conflicto.Dimotta no tenía que enlistarse, pero lo hizo de manera voluntaria. Él decía que "primero estaba la Patria".Lito, como le decían sus amigos, era mecánico de aviación por lo que las misiones en las que participaba eran sumamente riesgosas.El 9 de mayo de 1982, una misión de rescate fue encabezada por Lito Dimotta, y dos compañeros. Los tres soldados recibieron un pedido de auxilio de un pesquero argentino que había naufragado frente a las islas de los Lobos Marinos, al sur de Malvinas.Ellos tenían que realizar la misión con un helicóptero que no tuvo la posibilidad de haber sido escoltado y tampoco fue dotado de armamento.En forma voluntaria, el sargento Dimotta se ofreció junto a dos oficiales para encarar la maniobra. Las noticias sobre su muerte llegaron a través de una emisora de Montevideo que indicaba que "un helicóptero de nombre "Puma" había sido derribado en el mar" y que "no se habían encontrado sobrevivientes".El helicóptero que tripulaba el joven de Gualeguaychú fue bombardeado y cayó al mar. El cuerpo de Lito nunca fue recuperado.Tres días después, llegó oficialmente la noticia a Buenos Aires. Lito, había quedado en el mar.Malvinas en númerosSoldados argentinos muertos: 649Heridos argentinos: 1082Días de combate: 74EJÉRCITO ARGENTINO: Efectivos fallecidos: 194.FUERZA AÉREA ARGENTINA: Efectivos fallecidos: 55 (en su mayoría tripulantes de vuelo; 36 oficiales; 14 suboficiales y 5 soldados) Sumado a éstos, 47 combatientes resultaron heridos, totalizando 101 bajas.Aeronaves: Las pérdida de aeronaves de la Fuerza Aérea, asciende a 47. Por accidentes operativos, se perdieron 13 aviones Pucará y 2 helicópteros Bell.Además se perdieron, tras dejarlos en Malvinas luego del 14 de junio y capturados por Gran Bretaña: 11 Pucarás; 2 Helicópteros Bell; 1 Chinook; 9 Iroquois (del EA); más 2 Agusta (del EA). Totalizando entre aeronaves de las tres Fuerzas (ARA, EA, FAA, Prefectura) la pérdida de 100 en total.ARMADA ARGENTINAPerdieron la vida 375 hombres.Buques: El Crucero General Belgrano y el submarino Santa Fe fueron hundidos.Aviación Naval: Perdió 9 aviones, y 3 hombres. Además se perdieron, tras dejarlos en Malvinas luego del 14 de junio y capturados por Gran Bretaña: 3 Aermacchi.PREFECTURA NAVALPerdieron la vida 2 hombres de la Prefectura, se suman 4 heridos. Un avión de la Prefectura resultó destruido.Fueron dañados: Guardacostas GC-83 Río Iguazú (inutilizado), Prefectura Islas Malvinas.Hundido: Carcarañá.GENDARMERÍA NACIONALSufrió la pérdida de 7 hombres.MARINA MERCANTEMurieron 16 hombres. Uno en el pesquero Narwall, dos en el Belgrano, trece en el "Isla de los Estados".Fue dañado el "Formosa"; el "Isla de los Estados" y el pesquero "Narwall" hundidos.La post guerra y los suicidiosEn los últimos 31 años se han suicidado más de 500 soldados argentinos que pelearon en la Guerra de Malvinas. Algunos registros aseguran que inclusive, el número de suicidios post guerra podría incluso superar al número de muertes en combate.Cuatro de cada diez combatientes argentinos en Malvinas intentaron suicidarse. El 39,1% de los ex combatientes argentinos de la Guerra de Malvinas intentó suicidarse y el 78,2% padece patologías del sueño, según un estudio elaborado por especialistas del PAMI, el instituto estatal de servicios sociales para jubilados y pensionistas.Además, el 65,2% de los veteranos de guerra consultados, pensó alguna vez que sería mejor "estar muerto" y el 69,5% recuerda "con mucha intensidad" los hechos que vivió en las Islas Malvinas.El informe fue realizado sobre un universo de 200 ex combatientes.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios