RUIDOS CON UN ALIADO CLAVE
Fuerte advertencia de Estados Unidos por el giro de Milei en la relación con China
Desde el Departamento de Estado alertan que ciertas inversiones del gigante asiático, sobre todo en infraestructura crítica y sectores sensibles, pueden conllevar “grandes riesgos” e incluso “infringir la soberanía” de la Argentina.
Estados Unidos alertó al Gobierno sobre su acercamiento con China y advirtió que ciertas inversiones del gigante asiático, sobre todo en infraestructura crítica y sectores sensibles, pueden conllevar “grandes riesgos” e incluso “infringir la soberanía”. Señalan que Estados Unidos, en cambio, ofrece a “socios y aliados de ideas afines” otras “alternativas de inversión en infraestructura de alto nivel”, que cumplen los estándares internacionales.
En la entrevista en la Casa Rosada con Susana Giménez difundida el domingo pasado, el presidente Javier Milei había dicho que se había sorprendido “muy gratamente” con China. “Nosotros tuvimos una reunión con el embajador y al otro día nos destrabaron el swap. China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada, solo piden que no los molesten”, señaló y luego anticipó que viajará a ese país en enero, para la reunión de la CELAC.
Previamente, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, se habían reunido la semana pasada en Nueva York con el canciller chino Wang Yi, en el marco de la Asamblea General de la ONU, y el funcionario oriental señaló que estaba trabajando como “buen amigo y socio” de Argentina “expandiendo la cooperación en diversas áreas”.
El Gobierno ha marcado así un giro en su relación con China, ante la necesidad de la renovación del swap chino, vital para las reservas del Banco Central, y también en busca de inversiones de la potencia asiática en litio y cobre, dos minerales que Estados Unidos considera estratégicos.
Durante su campaña electoral, Milei había dicho que “no pactaban con comunistas” y que sus socios principales serían Estados Unidos e Israel. “Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China”, había asegurado.
Este nuevo acercamiento incomoda a Estados Unidos, que considera al presidente libertario como un aliado regional y siempre ha remarcado el peligro del avance estratégico de China en Latinoamérica, que lo ve como una amenaza a su poderío comercial y político.
“Como ha dicho el Secretario (Antony Blinken), no pedimos a nuestros socios que elijan entre Estados Unidos y la República Popular China (RPC), pero estamos demostrando los beneficios de la asociación con Estados Unidos”, respondió un portavoz del Departamento de Estado y añadió: “China es parte integral de la economía mundial y de nuestra capacidad para resolver los desafíos regionales e internacionales. Sabemos que la República Popular China sigue siendo el principal socio comercial de muchos países de la región. También es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos”.
Pero luego lanzó la advertencia: “Sin embargo, ciertas actividades de la RPC conllevan grandes riesgos para los países de la región, en particular las inversiones en infraestructuras críticas y sectores sensibles. Continuaremos trabajando con los gobiernos de América Latina y el Caribe para crear conciencia sobre las actividades problemáticas de la RPC, en particular aquellas que pueden infringir su soberanía”.
Sin nombrar a nuestro país, el vocero apuntó cuáles son las expectativas de los Estados Unidos respecto de gobiernos como el argentino. “Con socios y aliados de ideas afines, ofrecemos alternativas de inversión en infraestructura de alto nivel, adquiridas y gobernadas de manera transparente que defienden las salvaguardas laborales, ambientales y sociales y fomentan el crecimiento inclusivo en línea con las mejores prácticas internacionales”.
Si bien las relaciones entre el gobierno de Milei y el de Joe Biden son correctas y cordiales, y en la Casa Blanca valoran la posición argentina en temas como Venezuela, Ucrania y la guerra en Oriente Medio, algunos gestos del libertario han causado preocupación, como cuando meses atrás el argentino visitó una conferencia conservadora en Washington y saludó en un pasillo a Donald Trump, a quien deseó verlo pronto convertido en presidente.