LOS MOTIVOS
Fuerte reclamo de vecinos de la zona oeste de Gualeguaychú: piden mayor seguridad
Los vecinos del barrio que fuera loteado hace algunos años, pidieron que retiren los montículos de tierra que fueron sacados del cañadón drenado hace dos años. Reclamaron por mayor seguridad y también por la tala de eucaliptus que constituyen un peligro para las casas que se encuentran a pocos metros y que han sufrido la caída de ramas.
Por Fabián Miró
Buena parte del loteo está habitado por familias que construyeron sus casas, aunque una parte se ha transformado en un descampado. Juan Carlos, uno de los vecinos, dijo que “el barrio se encuentra a unos pocos metros de la Parada 5 de Urquiza al Oeste y el lugar se encuentra entre Gervasio Méndez y un cañadón que hace las veces del desagüe de toda la Urquiza”. Agregó que “frente al loteo hay un descampado y la situación que vivimos es compleja desde hace un buen tiempo. No vamos a decir que es de total abandono por parte del municipio porque no es así, pero no la pasamos bien”.
El vecino recordó que “hace un par de años una lluvia grande inundó el cañadón, que máquinas municipales se encargaron de limpiar y dejar en condiciones, pero la tierra que sacaron quedó a un costado sobre la ladera de nuestro barrio. Esos montículos quedaron como una barrera de grandes hormigueros a lo largo de todo el cañadón. Cuatro manzanas para el lado del oeste y dos para el sur en forma de L”.
También señaló que “en el cañadón se han formado pastizales, arbustos, árboles y un cordón de eucaliptus que había plantado quien fuera dueño de la chacra antes de que se lotee. Algunos fueron talados, pero quedaron otros de dimensiones importantes, con lo que esto significa por los gajos que tiene. En cada tormenta y cuando hay fuertes vientos, rezamos para que no se nos caiga una rama encima. Es así que pedimos que el municipio los tale y eliminar ese riesgo latente en cada fenómeno meteorológico como los mencionados”.
Referente a los pastizales que se forman, el vecino remarcó que “en los montículos de tierra que hace dos años que quedaron como una especie de perímetro, se ha convertido en una especie de refugio de algunas víboras y lagartos que he encontrado en mi casa, como así también arañas de todo tipo de colores y tamaño. Necesitamos que talen los árboles y que se retiren los montículos”.
También resaltó que “la importancia de mantener limpio el cañadón es clave para el barrio y para la zona porque todo el agua que baja de la Urquiza cuando llueve pasa por ahí, y si bien se dice que estaría licitada la obra para que el cañadón se tape y se haga una avenida encima, no observamos movimientos que nos den algún indicio de que la obra estaría por comenzar”.
En cuanto al tema seguridad, indicó que “últimamente hemos sufrido una serie de hechos delictivos con robos de pertenencias varias de nuestros patios que son totalmente cerrados, lo cual no ha sido un impedimento para la delincuencia. Saltan los tapiales o bien fuerzan puertas”. Señaló que “si bien se han construido y terminado un buen número de lotes en otros no se ha hecho nada por lo que han quedado unos descampados abandonados”.
Contó también que “los vecinos, por iniciativa propia, cortamos el pasto, tratamos de mantenerlo limpio cortando todo para evitar que los espacios vacíos se transformen en monte”. Dijo que “para el lado del centro de la ciudad está el 348, continúa una cancha de fútbol, después un descampado que se transformó en monte lleno de espinillos, siendo lo ideal que la zona en cuestión sea desmontada por quien corresponde. Nosotros hemos visto que cosas que nos han robado de nuestros hogares han pasado por lo que parece ser una guarida por lo difícil y entramado del terreno. Hemos radicado las denuncias pertinentes, pero la Policía tiene sus tiempos y muchas veces se demora en responder con prontitud. Lo que nos roban no aparece nunca y en ocasiones los denunciantes terminamos siendo los cuestionados”.
Una vecina contó que “el barrio nace por iniciativa de dos gremios docentes que compraron dos chacras para hacer los loteos. Hubo que cumplir con una serie de requisitos como el pasaje de distintos servicios, como así también la apertura y abovedado de calles”. Señaló que “los camiones recolectores de basura no pasan por la calle donde están los montículos y los eucaliptus porque la calle quedó muy estrecha, dado que de un lado están las casas y del otro los árboles mencionados y cuando hablamos con la administradora nos dice que la Municipalidad ya aprobó el barrio y que desde ese momento toda reforma, obra o lo que se quiera hacer es responsabilidad del Municipio. Se han presentado cartas, reclamos de todo tipo. En el 2022 presentamos una carta reclamando por los eucaliptus para que los cortaran. Inclusive algunas ramas se han caído e impactado contra algunas propiedades, pilares de luz que han terminado destruidos por los gajos, ni hablar de cables generando un caos eléctrico en la zona. Los encargados de espacios verdes retiran las ramas, pero a su vez nos dicen que no pueden hacer demasiado porque no cuentan con presupuesto”.
También la vecina señaló que “toda la tierra que tiraron cuando drenaron el arroyo se han transformado literalmente en pastizales y pequeños montes prestándose a que se escondan atrás y estudien los movimientos del barrio”, añadiendo que “un vecino se cansó de reclamar y le pagó a un señor que con un tractor y maquinaria adecuada limpió toda su manzana, sacando plata de su bolsillo para esto. Por otra parte, hemos pagado para que nos saquen montículos que nos impedían ingresar con vehículos a nuestra propiedad. Lo único que pedimos es que la Municipalidad finalmente nos ayude con la limpieza de todo el alrededor del loteo, sacando los eucaliptos y los montículos que dejaron al drenar el arroyo”.