
El día miércoles 8 de septiembre fui víctima de una agresión física. Ocurrió cuando salía de hacer el programa de radio en FM Ciudad. A pocos metros de la emisora, en el Bv Victorino de La Plaza de la ciudad de Urdinarrain. Por Javier Vilaboa El agresor a quien conocía de vista solamente, correctamente identificado por la policía, que se bajó de su vehículo Renault 12 y sin mediar palabras comenzó a golpearme con un palo. Por suerte, en ningún momento perdí la calma y mientras trataba de evitar el embate, le pedía que se tranquilizara, que habláramos, recibí golpes por todo el cuerpo. Apenas pude, detuve el palo para no recibir más daño; mientras forcejeábamos con su arma seguí tratando de calmarlo. Ante la aparición de testigos, el violento subió a su auto y se fue. Prontamente llegó la policía que me trasladó al hospital y luego a radicar la denuncia.Increíblemente este sujeto ingresó a la comisaría y no tuvo empacho en amenazarme frente a los uniformados: "cada vez que te vea te voy a cagar a palos" sentencio.Ahora; ¿cual es el motivo de la agresión? Pasaron los días y certezas no tengo, como lo manifesté en la denuncia; pero aparentemente el hecho se origina en dichos míos en el programa periodístico de radio "Entre Mate y Mate". ReflexiónLos golpes, dolores y moretones van pasando, pero lo ocurrido me genera el siguiente pensamiento: es injusto que como periodistas terminemos entrando en lo que se denomina actividades de riesgo; por la cual quien tenga ganas, puede llegar a tomar el camino de la violencia para dirimir la cuestión.Y a todo esto ¿la policía me puede brindar seguridad? O la justicia garantías de que esto no me volverá a ocurrir. Me doy cuenta de que cualquiera, creyendo tener motivos para agarrar un palo y atacarme cobardemente lo puede hacer sin más; entonces ¿Tengo que dejar de trabajar de periodista?Tras el retrógrado hecho llegaron las expresiones de apoyo y solidaridad de todos lados; las que valoro muchísimo, pero la verdad es que fui victima de una agresión física con la amenaza de que seguirá en el futuro, y siento que mi familia y yo estamos desprotegidos ante tal acto irracional.No quiero caer en cuestionar ni poner en tela de juicio la labor de nadie, pero aquel que lee mis palabras podrá comprender la desazón que me causa saber que quien me golpeó de manera bárbara no fue preso y siguió su vida normal como si nada, en cambio mi familia y yo terminamos encerrados en nuestra hogar con miedo a que se le cruce un cable. Nota al margenCreo que cualquier persona que se sienta agraviada o atacada desde un medio de comunicación tiene todo el derecho de expresarlo, pedir derecho a réplica e inclusive llegar a la Justicia si cree que el hecho lo amerita. Si bien estoy seguro de que no haber agraviado ni atacado, jamás justificaría la violencia como forma de resolver un problema y menos aún cuando ella es un ataque directo contra la libertad de prensa y expresión.