IMPACTANTE HISTORIA
Gaspar Saucedo, el gualeguaychuense que clasificó a los Juegos Olímpicos pero que un boicot le impidió ir

Nació entre vendas, batas y guantes. Su padre fue boxeador. Le siguió los pasos y clasificó a los Juegos Olímpicos de la URSS 80, pero Argentina (estaba el Gobierno de Facto) no concurrió a la cita olímpica en sintonía con Estados Unidos, que boicoteo los juegos. Su hijo Nicolás también incursionó en el deporte de los puños. Gaspar colgó los guantes poco después y se dedicó a entrenar en un deporte que lleva en la sangre.
Por Fabián Miró
Verborrágico, frontal, habló con “Ahora El Día”, mientras se apretaba para viajar a un festival de Box.
“Mi viejo, Luis, al que todos conocían como “Bocha”, yo y Nicolás mi hijo formamos parte de una familia que lleva el box en la sangre. Los tres peleamos en ese templo sagrado que se llama Luna Park y en la Federación Argentina de Box”, destaca Gaspar en el inicio de la charla en su casa donde se respira boxeo todo el tiempo.
Mencionó que Julio Ernesto Vila (falleció en abril del 2013), uno de los grandes periodista del box junto a Carlos Irusta “ habló de nuestra familia como una de box con tres generaciones que combatieron en lugares sagrados del pugilismo”.
Saucedo sostuvo que “para hablar de boxeo hay que saber, y en este tema se genera una controversia porque cuando vos hablas con gente nueva, que no tiene historia, lo primero que te dicen es cuestión de criterio y no es así, es cuestión de criterio pero del que sabe, porque si fuera cuestión de criterio nada más ponemos al verdulero de la esquina a Carlitos, de acá a la vuelta, y a José que arregla bicicletas a la cuadra. Total es cuestión de criterio”.
Los primeros pasos
Recordó que se crio en el mundo del box.” Mi madre lavaba batas, pantalones, vendas ensangrentadas. Era normal para nosotros. En aquellos años mi viejo le empezaba a enseñar al padre de Rodrigo “La Hiena” Barrios que llegó a ser campeón del mundo. Su etapa como boxeador duró más de una década. Siempre peleó en el mundo del amauterismo. “Me enfrenté, por ejemplo, a Carlitos Salazar a quien le gané claramente. Solo me faltó una pelea con Héctor Patri que pegaba muy duro, pero no se dio. Patri fue campeón argentino y sudamericano. Un noqueador, pero yo le gané a varios que se caracterizaban por no esperar las tarjetas” detalló.
La clasificación a los Juegos Olímpicos,
El ex boxeador y actual entrenador señaló fue en “una eliminatoria en la cual participamos los cuatro mejores boxeadores amateur de la categoría Minimosca del país en ese momento ; Miguel Caro de Salta, el santafesino Carlos Maciel, otro púgil de Mar del Plata y yo”. En la Federación Argentina de Box, Saucedo se encontró en semifinales con el santafesino Carlos Maciel, pupilo de Amílcar Brusa, que llegaba con 18 peleas ganadas, 17 de ellas por la vía rápida.
Resaltó que “la pelea con Maciel se postergó un día debido a una ola de calor, con temperaturas de 45 grados, subí al ring y miré al rincón donde estaban Armando Pérez y mi padre Luis. Sonó la campana y salí a pelear ante un boxeador musculoso y de piernas muy finas, típico de un noqueador, que casi me saca en el primer asalto. Tiró una serie de golpes, uno de los cuales me rozó la sien, sin embargo pude aguantar y cuando llegué al rincón me dieron la orden de salir a buscarlo. Así fue, me la jugué, fue palo y palo, la gente en la FAB se puso del lado del más chiquito y empezó a alentarme en el segundo asalto. Se repitió la historia en el tercero y en el último minuto se entregó, se quedó sin fuerza y lo llevé por delante para terminar ganando por puntos”.
En la final lo esperaba el salteño Miguel Caro, integrante de una familia de reconocidos boxeadores. Saucedo rememoró que “el pesaje fue letal para el salteño, dio 49,800 kilos, casi dos kilos más que yo, que registré 47,700. Él entrenó hasta la hora 12, el límite otorgado por el reglamento de aquel momento, fue al pasaje y estaba todavía 70 gramos arriba, por lo que ante la mirada de la prensa que estaba en el lugar, el Fiscal me dio por ganado el combate”. Resaltó que “Muy pocos apostaban por mí suerte, pero las peleas que no se ganan son las que se abandonan”

El Boicot
Fue uno de los 320 atletas que se quedaron sin viajar y participar de un Juego Olímpico. A 43 años de este hecho opinó que “gracias que Argentina siempre le está oliendo el traste a los americanos decidió no ir a los Juegos Olímpicos y fíjate lo que son las cosas raras que tiene el mundo, la vida. A los pocos días Argentina le vende a la URSS un cargamento importante de cereal y nosotros nos quedamos mirando la nada misma. Luché, como todos los atletas muchísimo por ese pasaje. Nos mataron la ilusión. Muchos tuvieron su revancha, pero otros tantos no. Era nuestro momento y nos lo quitaron por cuestiones ajenas al deporte. Siempre le pregunto a la clase política afectada por la Dictadura si ustedes tuvieron derecho a un resarcimiento ¿Por qué no tenemos los 320 atletas que clasificamos los Juegos Olímpicos a que también nos tengan en cuenta? Porque solamente ustedes cobraron montón de guita. Y los deportistas quedamos afuera. Los que habíamos hecho un sacrificio enorme para poder llegar a los Juegos Olímpicos de Rusia. Una revista norteamericana especialidad en boxeo hizo un análisis de las medallas que podrían haber conseguidos los países americanos en box y mencionaban a un argentino en categoría mosca ligera que no tuvo la chance de obtener tener la medalla de bronce o plata y ese era yo, nada menos y nada más.”
La lesión que lo alejó del cuadrilátero
Luego de realizar 75 peleas en el campo amateur y cuando estaba por “pelear como profesional una lesión en el hombro me marginó del ring. Me tomé un tiempo, pero cuando volví a entrenar sentí el mismo dolor. Una lesión que hoy es tratable, pero en aquellos tiempos no lo era. Entonces le digo a mi padre, no sé si es destino, no sé qué será, le digo, pero si el lunes no vuelvo al gimnasio, no regreso nunca más. Así fue”.
Entrenador
Una vez de regreso en Gualeguaychú me ofrecí para ser entrenador del equipo de Entre Ríos para los Preolímpicos. “Después de un papeleo y el visto bueno de la FAB “Entrené al “Camión” Romero, “Nocaut” Márquez, Roberto Mancuello, entre otros, cumpliendo una muy buena actuación”.
En todos estos años he “entrenado a muchos boxeadores, pero no puedo dejar de mencionar a Enrique “Metralleta” Sturtsz, un boxeador que daba y recibía en la misma proporción. Mi hijo Nicolás “El Terrible” Saucedo que hizo una muy buena campaña hasta que decidió colgar los guantes. Nico compartió una misma velada, en el Luna Park, con Walter Walter Darío Matthysse y el “Chino” Maidana. Hoy tengo como pupilo a Jhonny Parada que combate en pocos días en los Galpones del Puerto. Un boxeador que también va al frente y levanta al público”.
La Federación Entrerriana
Dijo que es “un fuerte crítico de la Federación Entrerriana de Box, dado que no estoy de acuerdo en cómo se maneja. Todo es muy burocrático y engorroso. Si queremos hacer un festival en Gualeguaychú hay que mandar una nota a Colón, donde están las autoridades, y después tenés que mandarle una nota pidiéndole permiso a una señora en Paraná, en lo que es un desquicio. Lo dije con anterioridad que para opinar y andar en el boxeo hay que saber el reglamento al menos, diferenciar lo que es una pelea amateur de una profesional. En el último combate, campo rentado, de Parada, una señorita me viene a decir que no puedo tener un ayudante en el rincón. En ese mismo combate, un árbitro de Concepción del Uruguay intentó pelear la pelea, en pleno fragor de la misma, porque simpatizantes de Jhonny estaban haciendo mucho ruido. Insólito pero real. Por fortuna el fiscal entendió mi reclamo y la pelea siguió hasta que se llegó a las tarjetas al cabo de 6 asaltos”.