Golpeado por una patota

El viernes, alrededor de las 5 de la mañana, una patota golpeo brutalmente a un chico de nuestra ciudad. Mirco Emanuel Bruner tiene 17 años y a la salida de un cumpleaños, cuatro muchachos lo comenzaron a golpear, llegaron a noquearlo y siguieron pateando en el suelo.

Ocurrió en pleno centro, casi llegando a la avenida Libertad y si no fuera por la intervención de un mayor la cosa habría sido peor.

En el relato que emitiremos íntegro este lunes “El Despertador” desde las 8 en la 97.3mhz, Mirco dejó en claro que “te buscan pelea por nada” a la vez que señaló “que no es la primera vez que sucede; esto de que golpeen a alguien sin sentido es algo que sucede a menudo en las madrugadas”. La patota que lo golpeó está integrada por chicos de 17 y 18 años que el agredido identificó con nombres y apellidos en la denuncia que radicó el sábado por la mañana en la dependencia policial y en el que llevará actuaciones el juzgado de menores de Gualeguaychú.

El joven estudiante aseguró que "Hay varias patotas" que si es necesario se unen para agredirte si vas en grupo.

A simple vista le rompieron dos dientes y en horas de la tarde de ayer cuando realizábamos la nota su boca seguía inflamada; ahora tiene que tomar medicamentos y el tratamiento que se realizaba hace 10 años en la dentadura se podría perder según el odontólogo.

Confesó que ante los integrantes de las patotas hay que mantener una actitud sumisa y que así que no sea peor "de última te dejas pegar para que no vengan entre 4 ó 5 muchachos más grandes a golpearte".

La presencia de patotas es algo que ya hemos mencionado; pero a modo de refrescar la memoria podemos mencionar lo ocurrido en el baile de recepción hace dos años, la pelea frente al boliche con la rotura de un remis el año pasado, los encontronazos entre chicos en fútbol de colegios que derivó en huevasos a una casa de familia, los golpes a otro a quien le robaron una campera y hasta el choque entre locales vs de Basavilbaso en la terminal.

Evidentemente no son hechos aislados y cada vez suceden con mayor frecuencia, por más que en algunos casos no lleguen a denunciarse. Inclusive puede haber quien los minimice; aunque la agresión sufrida por el denunciante hable por si sola y los hechos mencionados sean de público conocimiento.

En todo este contexto es importante señalar que hace más de un año se presentó en el concejo deliberante local, el proyecto de ordenanza que crea un concejo municipal de seguridad; que si bien no es la solución, sería una herramienta más a la que hasta ahora la dirigencia política local no ha dado respuesta.
Mientras profundizábamos en la charla con el joven agredido, quedó en evidencia un dato que no es menor: la mayoría o la totalidad de los agresores tiene prohibida la entrada al boliche; ya que está la política de no dejar entrar a quienes generan inconvenientes. Hablando con fuentes policiales dicen que la medida tiene sus pro y contras; por un lado "sacas el problema" del boliche que es un lugar donde hay control; pero por el otro los dejas en la vía pública, con toda la carga de resentimiento y exclusión que pueden contener, para que se agrupen y derive en éstos líos; e inclusive en algún robo.