Grandes subsidios para algunos, pequeños para otros sectores
Para poder ejercer el control del gobierno, hay que tener información. Y como el gobierno lo sabe, disimula gastos, se encubren partidas, o se reasignan sobre la marcha o se las excluye del presupuesto. Así, resulta difícil medir la eficacia de la gestión. Por Jorge Omar Chemes*opiniónUno de estos casos lo vemos en Aerolíneas Argentinas. En ocasión de la expropiación, el jefe del bloque del FPV dijo "para la prestación de ese servicio público en ese momento y en cualquier circunstancia es indispensable contar con el beneplácito y la convergencia de los trabajadores".Y agregó: "estoy hablando de los argentinos que utilizan esos vuelos comerciales, de los que necesitan esos vuelos para unir distintos puntos del país y de los que fundamentalmente viven del turismo". Su resumen fue "perseguimos los mismos objetivos (...): mantener las fuentes de trabajo, disponer de un servicio público indispensable para la Argentina, garantizar la comunicación entre los distintos puntos del interior del país y favorecer el turismo". Claro, que de la norma de expropiación de Aerolíneas a la realidad tres años después parece haber una diferencia grande.Quizás alguien debería haberle explicado a la alta gerencia de Aerolíneas qué se esperaba que hicieran. Si nadie lo hizo todavía, quizás puedan leer el debate de 2008 para ver qué tenían que hacer: era trabajar con el beneplácito de los trabajadores y de los usuarios.Veamos si lo están haciendo.Respecto de los trabajadores, tanto la APLA como la APTA están haciendo serios cuestionamientos a los aspectos técnicos, financieros y de seguridad en el manejo de la empresa. La respuesta es la descalificación personal a la dirigencia mientras se reclama por la precariedad laboral, técnica y edilicia tanto como por pagos innecesarios debidos a la impericia en la gestión.Veamos entonces por el lado del servicio. Resulta que las reprogramaciones de vuelos llegan a niveles muy superiores a los de otras aerolíneas, así que el servicio no es ni comparable a otros. Así que la mejora debe estar por el lado del turismo.Bueno, resulta que Aerolíneas cobra alrededor de U$S490 -por un vuelo Buenos Aires/Bariloche a un extranjero y $522 a un argentino-. El resultado es que los extranjeros se quedan en Buenos Aires. Hermosa decisión para fomentar el turismo en el interior: dar un regular servicio cuatro veces más caro. Lo más extraño es que, redondeando, se suponía que la tarifa de $500 -se financiaba con los U$S 500- que nadie paga. Así se subsidia a los pudientes a costa de... nadie porque no hay volumen de turistas extranjeros que paguen esas tarifas. Una programación surreal.Resulta raro que mientras el Gobierno anuncia recortes a subsidios que nadie sabía que existían (subsidios a bancos y telefónicas en las cuentas de la luz, por ejemplo, como si los grandes bancos extranjeros o Telefónica no pudieran pagar la luz de sus sucursales) se siguen tirando miles y miles de dólares en lugares en los que no se necesita y no se los destinan a donde sí se los precisa.Los planes de vivienda salen con cuentagotas, las asignaciones por hijo no se actualizan, se sigue cobrando impuesto a las ganancias a los trabajadores, el IVA sigue en valores demasiado altos frente a otros países...Por lo pronto a los pobladores rurales del interior les llegan menos subsidios: no se les subsidia el colectivo ni la luz, ni hacen turismo aéreo. Hasta los bancos privados tenían luz subsidiada mientras que los fondos para electrificación rural nunca se destinaron a electrificación.Sería bueno que el Gobierno hiciera público a quiénes estamos subsidiando para no tener que ir enterándonos de a poco y poder discutir cuáles son -en serio-, las reales prioridades de la gente. *Diputado de la Nación (UCR-Entre Ríos)
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