Gualeguaychú tiene un encantador de perros

Alejandro Rodríguez es perrero desde siempre y un día decidió preparar a sus mejores amigos para que sirvan a la comunidad en rescates de distinto tipo, aunque especialmente lo hacen en el agua. Una historia de entrega y fidelidad. Estela Gigena Moro es un Labrador negro de 14 meses, que Alejandro adiestro desde que llegó a su vida, cuando era un cachorro de 45 días. "Está adiestrado y entrenado en búsqueda y en rescate y se está terminando de formar como perro de asistencia a personas discapacitadas", comienza contando el adiestrador.En realidad, Moro desde los dos meses es capaz de rescatar a una persona del agua. A los 5 meses ya tenía la formación suficiente como para rescatar a una persona del medio del río, y eso está documentado en videos que acercó a esta Redacción.Alejandro relató que Moro fue seleccionado entre 12 cachorros en un criadero de Buenos Aires. Se hizo un test psicológico para ver cuál era el cachorro con más condiciones para llevar a cabo este tipo de trabajo. "Tuve suerte y buen ojo de poder elegir un perro que me dio estos resultados", confió.El "encantador" local tiene un plantel de dos labradores, Moro y Saya - la cual está a punto de parir hijos de Moro- y que está entrenada de la misma manera. "Son perros que están adiestrados, sociabilizados, asisten y comparten la alegría cotidiana con una criatura discapacitada", contó Alejandro. Además, tiene una perra de raza Terranova - Lulú -, que también está siendo adiestrada en las mismas modalidades de rescate. "Lulú va a ser mi compañera en un curso que tomaré desde diciembre a febrero en Buenos Aires, de asistencia y terapia asistida con animales, porque va estar destinada a este tipo de trabajos", adelantó.Alejandro realizó cursos nacionales e internacionales. "Siempre me dediqué y estudié la parte de rescate y búsqueda. Mucho no conozco el tema de terapia asistida con animales, que se usa muchísimo para poder conectarse con los chiquitos autistas, por ejemplo. Ahora fui invitado por un centro de estimulación temprana que existe en Capital; ellos están preparando un plantel de perros para trabajar con este tipo de chicos. Recibí la invitación porque conocieron el trabajo que vengo haciendo con Moro y con Saya", contó.Alejandro confesó que su pasión por los perros y los animales en general la trae desde chico. "En mi familia fueron muy bicheros. Con mi abuelo, por ejemplo, llevábamos un sapo, y el sapo a los tres días andaba atrás de mi abuela. Papá también es una persona muy especial con los animales". Cómo nació la vocaciónHace unos años, un perro le mostró lo que es capaz de hacer. "Tenemos una nenita discapacitada que no escucha, no habla y un día - hace unos años- se escapó de casa. Cuando nos dimos cuenta de que no estaba Florencia, que ahora tiene 11 años, salimos todos corriendo. También salió el perro que teníamos. Cuando vio la situación, cuando reconoció el estado de ánimo de nosotros, le dijimos que busque a Florencia. Tenía muy buena educación, buenos modales en la casa, no tenía ningún tipo de entrenamiento ni de preparación. Y allí fue tras la nena muy preciso, salió corriendo, hizo dos cuadras y nos llevó ladrando hasta donde estaba Florencia. Allí nació la necesidad de llevar a preparar este tipo de perros.Moro está en etapa de preparación, pero el trabajo de Alejandro ya es reconocido a nivel nacional. Cuando ocurrió la trágica explosión en Rosario lo convocaron pidiéndole perros entrenados en ese tipo de rescate, pero Moro no está preparado aún para detectar sobrevivientes en ese tipo de circunstancia. "Moro está entrenándose para que ser capaz de detectar cuerpos en el agua, una modalidad que todavía no está muy impuesta. En realidad, es un trabajo que se hace a la par de los buzos. El perro tiene la capacidad de buscar desde una embarcación, gracias a su olfato, y marcar justamente el lugar donde supuestamente está la persona", explicó Alejandro.Si bien aún Moro no ha participado en un hecho real de rescate en el agua, está entrenándose tres veces a la semana participando en simulacros que prepara su adiestrador. Para ello, se eligen distintos escenarios, comentó su dueño. "En realidad, los escenarios de un perro de esta modalidad tienen que ser lugares diferentes para que no se condicionen a un lugar. Puede llegar a ir a un arroyo, a Ñandubaysal, al balneario". Todos podemosConsultado si todos podemos ser adiestradores, como dice el "encantador" de perros, César Millán, Alejandro opinó que, efectivamente, "todos deberíamos ser capaces de hacerlo. Un perro tiene un promedio de vida de 12 a15 años, según la raza; lo ideal sería que este bichito que se instala en nuestra casa, que lo tomamos como un hijo, sea lo más educado posible. Tuve la experiencia de viajar a cursos internacionales donde había gente que no tenía ningún nivel de estudio, y sin embargo tenían perros muy bien preparados, muy bien entrenados. Entonces, el mejor adiestrador de un perro es su dueño", aseguró. Insistió luego en que lo que hay que hacer es "sellar un vínculo con el perro. Que el perro y su amo sean dos gotas de agua que se fusionan e interactúan, no mágicamente, sino porque el perro está comprometido a responder y a ser lo más complaciente con su amo. El perro hace todo para complacer a la persona que tiene al lado. Si el perro encuentra afecto y amor, ahí surge el resto". La falta de apoyoLa intención de Alejandro es formar perros guías, Lazarillos. Su tarea cuenta hoy con el único acompañamiento de su familia. Ha enviado cartas a instituciones que deberían interesarse por su trabajo, dado que sus perros serían de gran ayuda en distintas circunstancias y no recibió nunca una respuesta. Como todo, este tipo de tarea necesita apoyo económico, por el equipamiento y los elementos especiales que se requieren. Moro trabaja con pseudo- olores que tienen un costo elevado, entre otras necesidades específicas del adiestramiento.Quizás muchos se enteren hoy que en Gualeguaychú también tenemos un encantador de perros, pero que va por un camino distinto al del show. Eligió que sus perros aprendan a ayudar. Prueba y errorPodría decirse que un adiestrador se hace, cuando hay pasión. Alejandro no estudió adiestramiento; hizo cursos, participó en dos congresos internacionales y en uno de ellos recibió una mención especial por el trabajo que ha hecho con Moro, a pesar de la corta edad del perro. Especialistas de Italia y España no podían creer lo que ha logrado con su perro.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios