A TRES AÑOS DE UN MOMENTO DE EXTREMA TENSIÓN
Gualeguaychú y la primavera uruguaya: del cierre total a la explosión comercial

El 8 de mayo del 2020, la ciudad anunciaba el retorno a la actividad comercial regulada. En medio de una extrema tensión por los casos de Covid crecientes, los comerciantes se preparaban para atender con todas las precauciones requeridas. A 3 años de aquel día, el comercio destaca que las ventas a turistas uruguayos promedia el 35% del total.
Por Mónica Farabello
Las crónicas del momento sólo transmitían tristeza y preocupación: por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) los comerciantes habían tenido que cerrar sus persianas por interminables meses. Fue el 8 de mayo cuando tímidamente y con muchos requisitos volvían a abrirse algunas puertas para retornar al trabajo.
“El centro comercial de la ciudad cambió su fisonomía tras un mes y medio en donde la inmensa mayoría de los negocios mantuvieron sus persianas bajas. Tiendas, zapaterías, peluquerías, y el resto de los comercios y oficios retornaron parcialmente a la actividad”, publicaba Ahora ElDía.
Fueron casi 50 días de tensión, y finalmente, tras la firma de un decreto municipal se habilitó el desarrollo de la actividad comercial en general en la franja horaria de 8 a 18.
A tres años de aquel momento, la realidad de Gualeguaychú, y todas las ciudades de frontera es diametralmente opuesta: colas en los supermercados, en las farmacias y en las casas de cambio.
Autos colmados de mercadería que viajan hacia el Uruguay y comercios de ropa con los carteles: “se aceptan dólares; se aceptan pesos uruguayos”.
Lejos de los protocolos sanitarios y el distanciamiento social que reinaba en aquel 8 de mayo del 2020, hoy el centro de la ciudad muestra su mejor cara respecto a las ventas, aunque entendiendo que el boom comercial está ligado a una profunda caída del peso argentino, y no a una política de turismo.
Pero no sólo el centro comercial es el más elegido, los turistas uruguayos también aprovechan para ir a las peluquerías, a visitar a profesionales de salud y hasta se dan el gusto de cenar o almorzar en los restaurantes de la Costanera.
Los alojamientos no son los más visitados porque muchas familias cruzan el Río Uruguay sólo para pasar el día y hacer turismo de compras, pero sin dudas, otro sector importante elige alojarse y disfrutar de unos días en las termas o en los hoteles de la ciudad.
¿Qué productos les conviene comprar para los turistas uruguayos?
El último relevamiento del Observatorio Económico de la Universidad Católica del Uruguay (UCU) registró una diferencia entre un lado y otro del Río Uruguay. El indicador utilizado muestra que, en el gasto de consumo de los hogares, a los habitantes de Concordia, del lado argentino, les resultó un 59% más barato adquirir la misma canasta familiar que a las personas que viven en Salto. Es decir, Salto está 144% más caro que Concordia.
Según publicó Ámbito Financiero, en el rubro tecnología la diferencia es notoria. Del lado uruguayo, una Smart TV Phillips 4K 50 pulgadas cuesta 599 dólares, mientras que del lado argentino, 300 dólares, la mitad. El mismo Smartphone Samsung A13 128GB vale 247 dólares en Uruguay, mientras que 183 dólares en Argentina, casi un 26% menos.
Por otra parte, un lavarropas de 8 kg carga frontal, se consigue en Uruguay como mínimo por 449 dólares, mientras que en Argentina, desde 409 dólares, casi un 9% más barato.
Según el informe de la institución educativa, los precios de las prendas de vestir y calzado en Salto son un 36,8% más caros que en Concordia.
En cuanto a la canasta de higiene, compuesta por papel higiénico, desodorantes y antitranspirantes, productos para el pelo –como shampoo, acondicionador, savia y cremas para el cabello–, pasta dental y jabones, el Observatorio encontró que estos productos están en promedio un 228,8% más caros antes de cruzar el Río Uruguay hacia Argentina.
Por ejemplo, un desodorante antitranspirante puede salir 5,12 dólares en Uruguay, mientras que en el país vecino 1,47 dólares, un 249% más. Un jabón de tocador, de este lado cuesta 2 dólares, mientras que allá, 0,65 dólares, es decir, en Uruguay es un 230% más caro.