DEBATE
Habilitaciones, impacto y relleno: Las versiones cruzadas en el conflicto Amarras

El conflicto por el barrio náutico cumplió 7 años y la pregunta ´que todavía resuena para muchos es: ¿impacta negativamente en las crecientes del río? Los estudios profesionales solicitados por una y otra parte se contradicen. Los intendentes de ambas márgenes del río se oponen con sus discursos y hasta los datos de archivo no coinciden.
Mónica Farabello Desde el 2012, vecinos, ambientalistas y la clase política discuten sobre el impacto del proyecto náutico ubicado en el valle de inundación del río Gualeguaychú. Fue el Municipio de Pueblo Belgrano gobernado en ese momento por Jacinto Chesini quien aprobó el loteo del barrio y el avance en la construcción de la trama vial. Luego recibieron autorizaciones provisorias de la Provincia para avanzar con las obras; años más tarde solicitaron el cese de los trabajos, medida que no fue acatada por la empresa Altos de Unzué. Mientras tanto, desde Gualeguaychú comenzó a crecer un descontento y una fuerte oposición al proyecto inmobiliario que apuntaba a un reducido sector socioeconómico y que podría impactar negativamente sobre los barrios más vulnerables de la ciudad y otras zonas turísticas como el camino de la Costa y el Camino de la Península. ¿Relleno de 7.50 o de 2 metros? En la conferencia de 2014 de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), Sergio Goldenberg presentó el proyecto Amarras de Gualeguaychú, Entre Ríos. Ante el público, explicó que “el proyecto tiene una bahía y dos brazos por donde el río entra y sale; esas lagunas no son cerradas sino que se convierten en el río mismo. Para poder integrar el río al proyecto lo que tuvimos que hacer es subir 50 centímetros sobre la cota de inundación histórica, por lo cual elevamos el terreno 7.50 metros”.
En la actualidad, fue Claudio García Trícoli, el inversor del proyecto quien desmintió este dato y argumentó: “El alteo es de 2 metros en calles y 2,50 en terrenos, eso de que generamos un alteo de 9 metros, que circula mucho en las redes sociales, es un absurdo”. “Donde Amarras genera su laguna (artificial) había una cota natural de 4 metros de altura. Si tenemos una crecida como la última, de 4.60 metros, el agua hubiese ingresado 60 centímetros. Hoy tenemos una laguna de 20 hectáreas que te permite que el agua siga ingresando como ingresaba antes, por eso el impacto es cero”, aseguró el empresario. De todos modos, los datos comunicados en 2014 y 2019 no coinciden entre sí. Por su parte, desde el Municipio también se manifestaron sobre este punto y expresaron que los terraplenes en la zona del loteo se han elevado entre 8 y 9 metros, tal es así, que (en la última creciente) Amarras fue el único lugar no inundado de toda la zona, “ello en función de que el agua que desplaza el terraplén ingresa profundamente en el casco urbano impactando de pleno en la ribera opuesta afectando zonas densamente pobladas (Barrios La Cuchilla, Tiro Federal entre otros) que se ve hoy aumentado severamente por la inundación de sus viviendas. Tal como lo hemos expuesto en las distintas instancias, la obra nunca fue expuesta a la consulta y a la participación plena de los habitantes de Gualeguaychú quienes debieron ser informados conforme a las pautas de “comunicación plena” que debe darse en este tipo de emprendimientos”. Son tres datos los que se contraponen en este sentido. Los 7.50 metros anunciados en 2014; los 2 metros que argumenta el empresario en 2019 y los 8 a 9 metros que señala el Municipio de Gualeguaychú. Las habilitaciones ¿Sí o no? Desde el Municipio de Pueblo General Belgrano fueron muy contundentes en este sentido. El intendente Mauricio Davico señaló que no se puede hablar de autorizaciones falsas porque fue él mismo quien dio el visto bueno junto al Concejo Deliberante de la localidad vecina. Desde la Provincia también se habían otorgado permisos provisorios que luego fueron frenados; medida que fue desconocida por la empresa. Para el Municipio de Gualeguaychú, el emprendimiento avanzó al calor de “autorizaciones ilegítimas” por lo que “se solicita que en el marco del procedimiento administrativo ordene la paralización de las obras y la demolición de todo el relleno que Altos de Unzué S.A. ha construido sobre el valle de inundación, obras que se han continuado ejecutando al amparo de ilegítimas autorizaciones administrativas de la Municipalidad de Pueblo General Belgrano, que esta Municipalidad viene denunciando sistemáticamente”. “La situación que más predominó es el avance de la construcción del barrio sin tener una resolución y sin tener ninguna autorización, porque se empezó a construir durante un año y medio sin autorización. Después nos tocó asumir en esta responsabilidad e iniciamos los reclamos pertinentes”, expresó el intendente Martín Piaggio. Las versiones cruzadas nuevamente se contraponen en un conflicto que pareciera no encontrar su fin. Los profesionales, sin acuerdo Una mesa de debate entre quienes verdaderamente conocen sobre hidráulica podría ser la solución a la eterna discusión. Esa fue la propuesta realizada por Davico y retomada por Claudio García Trícoli. Por su parte Piaggio también apostó a una mesa de diálogo con referentes de la Provincia aunque hasta el momento no se han reunido las partes. Pero de todas maneras no se logran acuerdos entre los profesionales que analizaron el proyecto urbanístico. Eduardo Barbagelata fue el profesional consultado por Amarras. Tras la última creciente opinó que “el nivel de alerta para la ciudad de Gualeguaychú es de 3,50 metros y el de evacuación de 3,80 metros. El valor de 4,62 metros (altura máxima de la creciente) es claramente superior (1,12m) al de alerta y evacuación lo que explica que hayan existido evacuaciones e inundados. La influencia del Emprendimiento inmobiliario sobre los niveles del río es inexistente para ese nivel de crecida. El nivel que alcanzó el río fue producto de la configuración actual de la cuenca del Río del cauce y valle, de las lluvias producidas y nada tuvo que ver Amarras del Gualeguaychú”, concluye. El estudio realizado por la Universidad Nacional de La Plata fue requerido por el Municipio de Gualeguaychú. El informe fue coordinado por Pablo Romanazzi y Patricio Narodowski junto al equipo de la Facultad de Ingeniería. En estas 154 páginas se habla sobre el impacto en la flora, la fauna, la necesidad de conservar la cota natural y argumentan: “En cuanto a la calidad del agua y la posibilidad de contaminación, se considera que los cambios geomorfológicos obligan a hacer una evaluación pesimista. Además hay un fuerte impacto negativo en la etapa de operación debido al uso no regulado de embarcaciones” y agregan: “Algo similar sucede con Aire y ruido, factores en los cuales se considera que el efecto es alto y no es temporal; y menos, pasible de ser minimizados fácilmente en ninguna de las dos etapas, pero sobre todo en la de funcionamiento debido al tránsito vehicular y de embarcaciones que contempla el proyecto”. El lanzamiento ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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