
Hace 30 años, en 1982 y sobre todo después de la guerra de Malvinas, algo comenzó a cambiar en los argentinos.
Por Juan José BahilloIntendente Gualeguaychú Poco a poco, después de nuestra noche más oscura y trágica, comenzamos a sacarnos de encima velos y mentiras, a tomar coraje para ver lo que pasaba y para entenderlo, y empezamos a oír voces disidentes, a escuchar y compartir un nuevo relato cotidiano y periodístico que se iba armando con sentimientos encontrados, pero que sin dudas, enfrentaba la difícil tarea de recuperar la libertad de la palabra, aunque fuera dolorosa. Para entonces, miles de argentinos -entre los que se contaban cientos de periodistas- habían sido exiliados, muertos o desaparecidos, y muchos medios de todo el país habían sido cerrados por la mordaza de la dictadura.El periodismo de principios de los `80 -al igual que el conjunto de la sociedad- tenían frente a sí el reto de recuperar la palabra, recuperar la libertad y consolidar nuevos espacios para dar cuenta de la realidad: en ese contexto histórico nace este medio que hoy celebra sus 30 años, y que es -de un modo singular- testigo y protagonista de la vuelta de la democracia al país, y del aprendizaje que nuevas generaciones de periodistas tuvieron que hacer para recuperar la palabra y el valor de la verdad.Desde entonces, los medios han llevado la voz de una sociedad que ha caminado con marchas y contramarchas hacia la construcción de un país mejor. Entre el periodismo y la democracia hay una asociación indisoluble. Y en este complejo proceso de consolidar la libertad de expresión, cabe una realidad que no podemos dejar de apreciar: el periodismo puede ser un fin en sí mismo o un medio para algún otro fin. En el entramado de la palabra que relata una realidad, la propia realidad se construye. El relato periodístico, como cualquier otro, siempre interpreta la realidad situado en algún punto de la historia, o en algún armazón de intereses. En otras palabras, el periodismo objetivo es un imposible, siempre hay un recorte, siempre hay un punto de vista: qué es noticia y qué no, qué palabras que se usan para describir un hecho, qué voces que se suman en una nota y cuáles se callan.Hoy asistimos a una discusión acerca de si los medios y el periodismo son (o tienen que ser) independientes o "militantes", que de manera abierta apoyan una causa o una visión del mundo. Se podría argumentar que esto siempre ha sido así, que detrás de la bandera de imparcialidad de los grandes medios de comunicación se esconde una postura política. El concepto de periodismo militante fue acuñado por Gabriel García Márquez, que sostenía que el "periodismo militante es estar con el pueblo". Y lo descubrimos al repensar a Mariano Moreno, quien desde la Gazeta de Buenos Aires hacía política republicana sin recato, volcando sobre aquella sociedad las ideas de la revolución. En todo caso, la diferencia está en reconocerse abiertamente a favor de una causa o tratar de disimularlo alegando virtudes de periodismo objetivo.Personalmente considero que es necesario un periodismo apasionado, preciso e inteligente, capaz de ofrecer a sus lectores o a su audiencia diversos y ricos puntos de vista, pero capaz, también, de sostener un compromiso de imparcialidad. En otras palabras, abrir el juego que permita el diálogo y la reflexión sin tratar de imponer un único punto de vista. Reflejar los diferentes matices, darle voz a todos los involucrados en un hecho, construir un relato honesto, rico y diverso que motive y facilite el debate y la reflexión. Desde que asumí mis primeros compromisos políticos, comprendí que era fundamental construir un vínculo franco y respetuoso con los periodistas y los medios, que me permitiera acercar a la comunidad mis ideas y proyectos y, a la vez, me facilitara comprender las demandas de esa sociedad a la que pretendía servir. Debo decir que siempre me sentí tratado con respeto, y que siempre encontré las puertas abiertas para expresar mi parecer. Con los años, y sobre todo desde mi función como intendente, he comprendido la importancia de un periodismo responsable y comprometido con el bien común, porque cada espacio en radio, en televisión o en los diarios tiene la posibilidad de contribuir a consolidar una sociedad mejor, más sana, de generar cambios positivos y profundos, de afianzar la democracia y una ciudadanía informada y responsable con los debates de su tiempo.Hoy celebro con Ustedes los 30 años de vida de este diario, porque su persistencia, su crecimiento y su permanente innovación demuestran el compromiso profundo de empresarios, directivos y trabajadores por consolidar -más allá de todas las dificultades que sin duda han debido afrontar en tres décadas- un espacio de comunicación propio de Gualeguaychú, donde se expresan nuestros vecinos y sus instituciones y donde se refleja el quehacer de toda la comunidad.