Hace una década asesinó a sus mellizas y podría recuperar la libertad en 5 años

Jorge Marcelo Maidana fue condenado a prisión perpetua por el doble crimen de sus hijas mellizas de dos años y medio en Concepción del Uruguay. A diez años de aquel episodio, el sujeto podría salir en libertad en unos cinco años.Hace diez años el horror sacudía a toda la comunidad de Concepción del Uruguay y a todos los entrerrianos, al conocerse uno de los crímenes más sangrientos y dolorosos que se registró en la ciudad histórica, que jamás será olvidado.Fue el 8 de octubre de 2005, cuando Marcelo Maidana tomó la inexplicable decisión de degollar a sus dos hijas Candela Trinidad y Juliana Nazarena, de 2 años y medio, para luego entregarse voluntariamente en la Delegación de la Policía Federal Argentina, de Concepción del Uruguay.Fue un caso de violencia de género, donde las que pagaron fueron las niñas. Maidana llevaba una compleja relación con su esposa Lucrecia Méndez de 21 años, que llegó a su punto culmine el día que el hombre cargó a las mellizas en su auto Ford Falcon amarillo y las llevó hasta un campo en Colonia Elia, donde las hizo beber cerveza para luego degollarlas.Una vez consumado el brutal crimen, Maidana colocó los cuerpos de sus hijas en el asiento delantero del auto, las tapó con un cartón y así se dirigió a la dependencia de la Policía Federal en calle San Martín y Artigas, donde se entregó."Vengo a entregarme porque maté a mis hijas", les habría dicho a los policías de la Federal, que salieron a la calle para ver qué pasaba y se encontraron con una escena que jamás podrán olvidar. ConmociónEl suceso sacudió a todos. Incluso hubo policías y médicos que quedaron perplejos ante la escena, muchos de ellos llorando y sin encontrar una explicación. Ha pasado una década y lo ocurrido sigue sin tener lógica.Marcelo Maidana fue detenido y tomó intervención la jueza de turno, Marta Cristina Bonifasino, quien realizó la instrucción que lo llevó a juicio, siendo asistido por el único abogado de todo Concepción que aceptó tremenda representación legal, Mario Schreiner, hoy fiscal auxiliar.El defensor realizó un trabajo muy complejo, sobre todo teniendo en cuenta la condena social que ya pesaba sobre Maidana, y trató de probar la inimputabilidad de su cliente por no haber actuado en plena conciencia de sus actos. Buscó apoyar sus argumentos en las pericias realizadas por los peritos de parte, tratando de demostrar que Maidana actuó bajo supuestos delirios místicos.El querellante José Ostolaza hizo trizas el argumento defensivo y acusó con firmeza al imputado. El fiscal de Cámara, Diego Young, también fue contundente en su acusación, pero felicitó al defensor Mario Schreiner por su difícil compromiso y trabajo, demostrando su profesionalidad.Finalmente, el Tribunal integrado por Néstor Fervenza, Fabián López Moras y Alberto Seró, encontró a Maidana culpable de homicidio reiterado doblemente agravado por el vínculo y por alevosía, y lo condenaron a prisión perpetua. Las palabras de Marcelo MaidanaSólo Marcelo Maidana sabe verdaderamente qué ocurrió. A diez años de ese terrible hecho, el filicida cumple su condena en el pabellón de segregados de la Unidad Penal N° 4.03442 intentó hablar, pero -pese a contar con la autorización de la Justicia- Maidana se negó, a pesar de que habló una sola vez durante su encierro a los seis años del hecho. ¿Qué pasó? ¿Por qué lo hizo? Son preguntas que la sociedad se hizo una y mil veces, todavía sin encontrar una respuesta. "Estoy arrepentido"En el 2011, Maidana rompió el silencio. "Yo me crié de una manera. No tuve casi padre y yo le decía a mi mujer que no quería que mis hijas pasaran lo mismo. Pude perdonar que me haya engañado con otro y lo hice por las nenas. Después de eso, cuando volví antes del trabajo, la encontré con el tipo. Ahí tuve la oportunidad, me aguanté y no hice nada. Muchos me dijeron que me había equivocado de víctima al hacer lo que hice", explicó oportunamente.Maidana recordó que a partir de ese momento comenzaron fuertes discusiones y la idea de una separación, surgiendo la posibilidad de ir a un abogado y ver con quién quedarían las nenas, pero fue en ese momento que Lucrecia Méndez le habría dicho algo que lo hizo transformar: "No son hijas tuyas"."Ella me dijo por qué me hacía problema si las nenas no eran hijas mías. Yo no entendía y le pregunté por qué había esperado tanto tiempo para decirlo. Fue en ese momento que se me cruzó toda mi infancia y la idea que las mellizas estuvieran con otro padre que no las trataría como el propio. Eso fue lo que me hizo reaccionar y no es como dijeron que lo planee. Lo hice, me equivoque y estoy sumamente arrepentido, pero ya está y no lo puedo remediar. Nadie hace nada por nada y algo hace que se explote. No razoné y entiendo a la gente lo que piensa de mi", explicó Maidana.El filicida contó en esa oportunidad que se aferró a la religión y concurría a misa seguido, donde además hablaba con el sacerdote y contó que sus compañeros de celda lo entendieron y de apoco fue superando su estado. "Gracias a Dios, si bien no es fácil, tengo el apoyo de mi vieja y mi hermano, y debo luchar por ellos que son los que quiero", destacó.Consultado sobre la idea de un suicidio, Maidana dijo: "Cuando estuve en la comisaría después de lo ocurrido, sí. No lo pude hacer porque estaba encerrado en un calabozo solo y sin algo que me sirviera para eso. Estaba desesperado, pero después cambié el pensamiento".Respecto a la fuga de la comisaría, dijo en ese momento que "ya estaba condenado y no quería venir a la cárcel. Tenía miedo porque me decían que acá me estaban esperando y me amenazaban que algo me iba a pasar. Nada de eso pasó", tras lo cual volvió a resaltar que estaba arrepentido y dijo que le gustaría ir a la tumba de sus hijas. Una décadaPasaron diez años y según se pudo saber, Marcelo Maidana es un interno de muy buena conducta, sin problemas con sus compañeros, ni con los guardiacárcel. Solo espera el momento de salir de su encierro, y eso podría suceder dentro de cinco años, cuando -si su conducta y estado de salud mental lo permiten- goce de las salidas sociofamiliares. En tanto, al cumplir los 35 años a los que fue sentenciado podrá solicitar la condicionalidad de la pena, es decir continuarla en libertad.
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