Hasta siempre Maestro
:format(webp):quality(40)/https://eldiacdn.eleco.com.ar/adjuntos/240/imagenes/000/454/0000454173.jpg)
Julio Colazzo, uno de los últimos grandes maestros del fútbol y de la vida, dejó este mundo con un enorme legado: respeto, trabajo y humildad. Bajo su tutela, se formaron jugadores y grandes personas de Gualeguaychú. Peleó hasta lo último, pero no pudo con una cruel enfermedad. Julio Colazo, "el Negro", falleció el martes a los 75 años, rodeado de todos sus seres queridos.Físicamente ya no está entre nosotros, pero sin duda que perdurará su legado, y el recuerdo eterno de quienes lo tuvieron como entrenador en su casa Central Entrerriano y en otros clubes como Defensores del Oeste y Juventud Unida.En el recuerdo de quienes llegaron a ser protagonistas en el difícil camino del fútbol, figura Víctor Marchesini. El actual entrenador de las inferiores de Boca Juniors, formado en la cantera de Central Entrerriano, reflejó su pesar en las redes sociales."Se fue mi padre futbolístico. La persona que me enseñó los valores del fútbol y a compartir con amigos lo más lindo del mundo. Gracias por todo. BRUJA: jamás te olvidaré", expresó Marchesini.También quedó en el recuerdo de aquellos que militaron en el ámbito local y regional. Todos se mostraron conmovidos por la desaparición física del Negro. No exageramos al decir que fue el segundo padre de muchos pibes, hombres que hoy lloran su partida.Néstor Campoamor, ex puntero izquierdo de los 80 y 90 en Juventud Unida, también se refirió a Julio. "Una gran pérdida para el fútbol de la ciudad. Un Maestro del que me quedan gratísimos recuerdos y muchos momentos compartidos. Terminaba el entrenamiento y nos quedábamos a mejorar, perfeccionar una jugada. Un gran tipo. Gracias Julio por todo", cerró."Lamentable perdida para el ambiente futbolístico de Gualeguaychú. Se fue un gran técnico, pero una mejor persona", comentó Javier Vique, ex lateral izquierdo de Juventud Unida.Buena parte del fútbol de Gualeguaychú fue a dar el último adiós a Julio. En su mayoría ex jugadores, entre los que se mezclaban aquellos que vistieron los cortos en las décadas del sesenta y setenta, como así también de los 80 y 90.Julio fue un maestro del juego más practicado en el mundo, creador de grandes futbolistas y hacedor de buenas personas. Se lo va a extrañar en la cancha del Parque que lleva su nombre, como entrenador, como sabio del fútbol, pero fundamentalmente por ser un hombre excepcional. Siempre con la palabra justa en el momento indicado.Dirigió en el fútbol infantil, divisiones inferiores y en primera. Fue campeón con Central Entrerriano y Juventud Unida. Tuvo un paso muy importante por Defensores del Oeste.Entrenó en la canchita de la Normal, luego en la del Parque, adonde llegaba con su motito a primera hora de la tarde y se retiraba entrada la noche. Lucía una campera de Gimnasia de La Plata, un obsequio de Diego Herner, uno de los tantos jugadores que forjó el Negro.Trabajó y se jubiló como personal de la Unidad Penal de nuestra ciudad en los talleres del Servicio Penitenciario. Allí también se lo recuerda por su hombría de bien. Dirigió su último partido en Larroque. Fue hace un par de meses, ocasión en que chicos, hoy hombres de la categoría 80, jugaron un partido amistoso recordando encuentros de cuando eran infantiles. Julio, estuvo en el banco de Central, junto a sus chicos.Sus restos fueron inhumados ayer en el cementerio norte. Previamente el cortejo fúnebre pasó por la sede de Central Entrerriano, en donde el Presidente Alejandro Briozzo, leyó unas palabras alusivas a la desaparición física del Negro y su paso por la entidad.
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios


