ESTREMECEDOR RELATO
Hernán Casciari contó cómo fue el día en el que casi se quita la vida por su adicción a la cocaína
El escritor fue entrevistado por su compañero de Editorial Orsai Jeremías Madrazo. Relató sus padecimientos con las drogas y destacó el rol de sus padres para rehabilitarse.
El escritor Hernán Casciari es conocido por su obsesión por quitar del medio de sus obras a los intermediarios. Fue así que creó su propia editorial, Orsai, donde además de vender sus libros, cuenta con un con espacio para gastronomía y exhibiciones de todo tipo. Fue allí que fue entrevistado por su compañero Jeremías Madrazo, contó cómo su adicción a la cocaína lo llevaron a vivir situaciones límite como el suicidio.
"Hoy en día no podría volver a hacer lo que hice. Me pone la piel de gallina sólo de pensar esa posibilidad", se sinceró Casciari en un de la extensa charla (45 minutos), que Madrazo subió a YouTube. "Estuve consumiendo veinte años sin parar. Era mi manera de ser", reconoció el guionista.
El puntapié al relato lo dio el entrevistador al consultarle por la importancia que tuvieron sus padres en su decisión por cambiar. "¿Cómo lo sabés? Eso de mis padres no lo escribí en ningún lado. Fue el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92'", recordó al inicio de su relato
"Ese día me compré una tiza de merca de diez gramos con guita que no era mía. Me la había robado de mi trabajo. Con la rarísima idea de pensar que esa tiza me iba a durar dos semanas, que me iba a Buenos Aires a la casa de un amigo que se suicidó, que se llamaba Cucaña, buscar laburo, y pagar las deudas que tenía. Recuerdo que esa tiza era riquísima, con olor a cul.. de boliviano", dijo con ironía.
"Esa noche me fui a la casa de otro amigo que después también se suicidó, con la intención de tomar un poquito y guardarme casi todo el resto para tirar esas dos semanas en Buenos Aires. ¿Qué pasó? Nos tomamos todo esa misma noche. Hasta compramos dos papeles más", señaló.
Y continuó: "En un momento a la madrugada me vuelvo en la moto a casa y en el camino se me rompe la moto. Eran casi veinte cuadras que yo no podía hacer caminando. Tuve que ir con la moto a cuestas, amarillo de lo duro que estaba, transpirando. Ahí me di cuenta que no tenía nada. Y que si no me iba a Buenos Aires, tenía que volver a trabajar al lugar donde me había robado la plata".
"Tenía 21 años y en el camino de regreso a casa decidí que me tenía que suicidar. Estaba tan duro que en mi cabeza, esa era la única solución real. Una pelotudez, pero me iba a cortar las venas. Recuerdo que eran como las cuatro de la mañana de invierno. Dejé la moto afuera y entré a la cocina a buscar un cuchillo, todo así, como algo muy natural", sostuvo.
"Mientras me dirigía a la cocina escuché que alguien tosió, no sé si mi viejo o mi vieja. Y entonces pensé en que le iba a hacer un desastre a esta pobre gente. Pero no en el sentido existencial, sino un enchastre de chorrear la sangre por todos lados. Y con la misma naturalidad que estaba yendo a buscar el cuchillo, me di media vuelta, prendí la luz de la habitación de ellos y les pedí ayuda", se sinceró.
"Mi viejo estaba pálido y no entendía nada. Entonces les dije que me iban a ayudar simplemente diciendo que yo no estaba cuando alguien me venía a buscar o me llamaba por teléfono. Además le pedí a mi papá que si yo me robaba plata de algún lado, la devolviera. Que yo después se la iba a dar de alguna manera", agregó, emocionado.
"Así fue como aguanté como dos meses sin salir de mi casa. Fue como mi autogranja. Sólo tomaba Uvasal, que era algo que me ayudaba. Después me fui como un año y medio como mochilero. Y me limpié caminando mucho. Salí gracias a mis viejos", concluyó Casciari.
Donde pedir ayuda
Centro de Asistencia al Suicida: ante una situación de riesgo, recurrir personalmente o en nombre de otra persona al centro de salud más cercano o comunicarse a los siguientes números: 135 (línea gratuita) / (011) 5275-1135 / (0800) 345-1435 desde todo el país.
Si usted, un familiar o allegado está atravesando una crisis emocional profunda, tiene ideas sobre el suicidio o teme producirse algún daño o producirlo a terceros, concurra a uno de los hospitales con servicio de salud mental en la Ciudad o el Gran Buenos Aires
La Sedronar brinda orientación y contención a través de la línea 141, anónima y gratuita, y vía el mail [email protected].
Si está pasando una situación de consumo problemático, podés participar de las reuniones de Narcóticos Anónimos, abierta al público y disponible las 24 horas. El número libre, gratuito, y confidencial es 0800-333-4720 y desde WhatsApp al +54 911 5047-1626. Para más información sobre otras reuniones virtuales en Argentina pueden acceder al sitio web: www.na.org.ar.