
A casi una semana de haber salvado su vida de milagro tras haber recibido varios disparos en su taller, Miguel Icardo le contó a El Día detalles de la agresión sufrida. Y dijo que todavía no fue llamado a declarar.Miguel Icardo (47), el propietario de un taller de reparación de frenos que fue baleado la semana pasada, se recupera en su domicilio de dos impactos de revolver calibre 38 que recibió en una de sus piernas.En el hecho además de las heridas que sufrió Icardo, salvaron su vida de milagro otras 9 personas que se encontraban en ese momento en el taller, en tanto resultó muerto su perro ovejero alemán.Pese a que el agresor descargó prácticamente un cargador durante la balacera, y fue detenido por la policía, el Juez interviniente caratuló la causa como "lesiones leves" por lo que el sujeto quedó en libertad.Todo se habría iniciado luego de un altercado entre el mecánico y una persona que aparentemente tendría alguna relación con quien posteriormente abrió fuego con el arma corta. Parecía que le discusión terminaba ahí, pero no fue así.Según contó a elDía Miguel Icardo, el autor de la agresión arribó al taller en un Renault 9 junto a otras tres personas "y sin mediar palabra quien conducía extrajo un arma y comenzó a abrir fuego contra mi persona por encima de la ventanilla"."Lo único que atiné fue a tirarme contra una camioneta que había frente al taller. Sentí dos puntazos que me quemaban en la pierna derecha. Fueron los segundos más largos de mi vida", expresó.Sin todavía poder creer lo que pasó, Icardo detalló: "me di cuenta que estaba perdiendo mucha sangre y de que me habían malherido. Y también que me habían baleado el perro que estaba a mi lado (un ovejero alemán), pero que esos proyectiles me podrían haber matado a mi".Y agregó que el agresor "siguió disparando hasta agotar la carga del arma y luego se dio a la fuga".Una de las balas pasó a 20 centímetros de la cabeza de su yerno, quien se encontraba trabajando en el taller donde además en ese momento había otras personas, por lo que sin dudas pudo haber sido una tragedia.Icardo no puede salir de su asombro. "Ni siquiera el juez actuante me llamó a declarar", sentenció y se mostró molesto por la carátula de la causa: "cómo se entiende como lesiones leves a dos balazos en la pierna y mi perro muerto por un tiro, y mi yerno que vive sólo por milagro", se preguntó."Entiendo, sin saber nada de justicia, que hubo premeditación y alevosía, porque alguien que llega a tu casa o negocio, vacía un cargador y hace lo que hace, nunca puede ser liberado a poco de ser detenido, mientras yo estaba en el hospital internado", sentenció.El comerciante afirmó que esa situación "parece un chiste" y que esas "son las cosas que no te hacen creer en la justicia". "Espero que haya algún fiscal que ponga las cosas en su lugar y así empecemos a creer", aseguró y lamentó que su caso no haya sido el único en estos días, haciendo referencia a la mujer que el fin de semana resultó baleada durante un asalto en su comercio, del que se llevaron 30 pesos.Asimismo, Icardo hizo un llamado general para que le gente "esté atenta a los hechos que están pasando, porque ésta es una ciudad en las que nos conocemos casi todos y no puede ser que se actúe con tanta impunidad". "Resulta que el que me baleó está afuera, se pasea por el barrio y nosotros (por la familia) con custodia las 24 horas", remarcó.Por último, agradeció "la buena actuación de la policía (Comisaría Cuarta e Investigaciones) que llegó rápidamente al lugar y me realizaron los primeros auxilios, y también a los médicos, enfermeros y personal del Hospital por su calidad humana y educación".