Ídolo derrumbado
Sr. DirectorLos que me conocen saben bien que nunca tuve ídolos, sí personas que me generaban sentimientos sin conocerlas personalmente o tener una relación con ellas (quizá eso sea ser "ídolo", no lo sé...alguien que además de admiración genera profundos sentimientos, como no me gustan los clichés, no les ponía ese título).Siempre fui un ferviente defensor de Diego, siempre lo banqué a muerte (muchas veces sabiendo que no tenía razón), por lo que hizo en sus épocas gloriosas adentro de una cancha y por la sinceridad que tuvo siempre.Nunca me voy a olvidar haber estado con él y que me haya dejado tocar la copa en el balcón de la rosada cuando fuimos campeones del mundo en México 86 (yo era un pibito de 12 años con uniforme de colegio primario a quien él nunca había visto en su vida, y me había colado a Balcarce 50).Insisto: me dejó tocar y darle un beso a la copa, el legendario gol a los ingleses, haber dejado afuera a Brasil y a los tanos en Italia 90 con el tobillo bordó (que alegría...no me la voy a olvidar nunca), el ser más fanático de Boca que yo, el haber desafiado a las más altas esferas de las potencias militares del planeta cuando creyó que estaban cometiendo injusticias (como dice la canción de Los Piojos: sin más armas en la mano que un 10 en la camiseta).Recuerdo haber llorado más que él cuando "le cortaron las piernas" en USA 94 o en su partido despedida en la Bombonera cuando inmortalizó la frase que hace mención esta nota que linkeo más abajo: "la pelota no se mancha"; cuando lo nombran "master" en la mismísima Universidad de Oxford y descose la pelotita de golf haciendo taponcitos, y miles de momentos más que nos regaló que no alcanzarían la páginas de un libro para recordarlos y deleitarse, de esos que te mueven los sentimientos a borbotones y que no tienen precio alguno, como él bien dijo el una vez...el sentimiento no se compra.Me duele mucho verlo así a Diego como lo vi después del partido con Uruguay y como hace años lo venimos viendo: incoherente, altanero, desubicado, desmedidamente vehemente (a veces sin motivos), con esa verborragia que destila veneno y unos cuantos adjetivos más.La verdad que al partido de mierda que nos comimos y a una selección Argentina que no juega a nada, lo tuvo que rematar con estas tristes declaraciones, totalmente innecesarias...fiel a su estilo. Me hubiese gustado tanto que a las críticas responda con altura...como lo hizo Verón (quien no es de los más simpáticos), demostrando una tranquilidad y una grandeza que hoy Diego no tiene.Hoy en día lo considero inimputable. Encontré esta nota en el diario El Mundo de España que está muy buena. Cuando la ví me invadió una mezcla de bronca y una profunda tristeza...ver a mi ídolo derrumbarse así, porque todo lo que dice la nota es verdad.No me importa que en España y el resto del mundo nos vean a los argentinos a través de sus actos y sus desplantes, que la selección juegue menos que Yupanqui, lo que me duele es verlo a él así. Ramiro Rivas
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios