
Cientos de personas concurrieron al kilómetro 28 de la ruta 136 a escuchar el esperado veredicto del Superior Tribunal Internacional. Llegaron con expectativa de que habría justicia, pero muchos se fueron con el sentimiento de no haber sido escuchados.Por Carlos Riera La mañana comenzó muy temprano en Gualeguaychú. Después de seis años de lucha había llegado el día esperado por muchos asambleístas, que prácticamente no pudieron dormir por las ansias de saber qué era lo que diría Peter Tomka, vocero del máximo Tribunal de Justicia.Los miembros de la asamblea llegaron con el mate y la reposera, que desplegaron sobre la cinta asfáltica para observar por pantalla gigante la transmisión en directo desde Holanda. Frente a ellos, las cámaras del país que retratarían sus rostros a lo largo de la mañana.Con la puntualidad de los europeos, a las 10 hora argentina, comenzó la lectura del fallo que duró dos horas veinte minutos. Durante este lapso de tiempo, se escuchó con atención cada uno de los puntos donde hubo abucheos y aplausos.Mientras en el refugio de Arroyo Verde los representantes legales y técnicos de la Asamblea Ambiental escuchaban con atención, discutían y opinaban sobre el fallo, afuera del inmueble los protagonistas borraban sus sonrisas y las convertían en gritos de bronca.Terminó la transmisión y se declaró el empate, un ejemplar acto salomónico. Botnia es ilegal pero seguirá operando porque no contamina. Inmediatamente los medios de comunicación atacaron a los decepcionados asambleístas para obtener una opinión sobre lo sucedido. Sensación agridulceEl ex diputado Nacional, Emilio Martínez Garbino, acudió a Arroyo Verde a presenciar por televisión la palabra de Peter Tomka y una vez finalizada la misma mostró su insatisfacción. "A uno le queda el sabor amargo o agridulce para ser más suave. El primer punto fue contundente sobre la violación al Tratado del Río Uruguay que lo hizo con sobradas razones y en forma muy detallada".Respecto al demás desarrollo, el ex Diputado opinó: "me parece que tiene un sesgo de favoritismo porque toma muy en cuenta los estudios que aportó el Uruguay y muy poco lo que aportó la Argentina".También tomó precaución sobre el futuro de la causa y habló de desacelerar los ánimos y "observar qué es lo que más le conviene a esta lucha porque una puerta grande se abrió: Uruguay fue el violador del Estatuto del Río Uruguay".Uno de los asesores legales de la Asamblea, Fabián Moreno Navarro, luego de escuchar el fallo y de brindar una conferencia de prensa en conjunto con sus colegas, se refirió a lo que se presentía que iba a ocurrir. "Las filtraciones previas a la sentencia nos preanunciaban varios elementos del fallo que después se vieron confirmados y vinimos a escuchar la letra fina que luego la vamos a poder leer con tranquilidad".Respecto a lo que se escuchó, Moreno Navarro dijo que "si bien genera una condena muy fuerte respecto a la ilegalidad de las autorizaciones no es satisfactorio porque se esperaba una sanción al Uruguay e indirectamente a la empresa, por estas autorizaciones ilegales".Respecto a la satisfacción por parte de la Cancillería Argentina, Martín Alazard, integrante de la comisión técnica de la Asamblea, opinó: "sabemos que la Cancillería siempre apuntó al empate, al monitoreo. Ahora, ¿quién va a hacer el monitoreo? La CARU. ¿Y quién va a tener que estar detrás de la CARU? ¿Lo va a hacer el Estado argentino? ¿Y quién va a estar empujando al Estado argentino? La asamblea tiene que estar permanentemente empujando al Estado o a los estamentos del Estado para que las cosas se sepan, para que las cosas se investiguen, para que se hagan, siempre estamos nosotros atrás de todo eso.Además añadió: "Esperemos que el Gobierno, con una planta declarada ilegal a nivel internacional, aplique el código aduanero, que aplique las sanciones que La Haya no se decidió a tomar". La historia se repite"Después de la Segunda Guerra Mundial, el tribunal Internacional de La Haya legalizó la repartición del mundo, ahora se legalizó la repartición de los recursos naturales a favor de los poderosos", declaró enojado el asambleísta Pablo Baffico, una vez que finalizó el dictamen de la Justicia.Aunque es prematuro hablar sobre el levantamiento del corte de la ruta 136, tema muy discutido en la opinión pública a nivel nacional, es un punto que seguramente se tratará en las próximas asambleas. Por el momento lo importante es la opinión de lo que dejó el veredicto internacional.Edgardo Moreyra, presidente de Fundavida y asambleísta de la primera hora, manifestó su profunda decepción sobre el cumplimiento de lo vaticinado. "Hoy fallan diciéndonos que Uruguay incumplió con el Tratado pero la planta debe seguir funcionando y deben adecuar todo el funcionamiento a la CARU. No lo vamos a aceptar de ninguna manera. Este pueblo no fue consultado".Cuando se le preguntó cómo va a continuar esta causa, Moreyra respondió: "vamos a seguir pacíficamente luchando pero más pronto que nunca esa planta se tendrá que ir. Es ilegal y como ilegal no podemos aceptar ningún tipo de monitoreo y menos conjunto".Otro asambleísta, Juan Carlos Barrios, se mostró satisfecho en que se dictaminó la violación al Tratado por parte del Uruguay, "nos da la confianza de que no estábamos equivocados, por eso fuimos a La Haya, por la violación del estatuto".Una de sus compañeras de causa, Cristina Limba exteriorizó el sabor amargo que le dejó la incompetencia con la que se declaró el Tribunal de La Haya pero quedó satisfecha en el punto de la violación al Tratado. "Nos tiene que quedar claro a todos los gualeguaychuenses y a todo el mundo que Uruguay es un país violador. Violó el estatuto y el estatuto sigue vigente", declaró la mujer.La uruguaya Delia Villalba, asambleísta en el país vecino, opinó: "era lo que uno preveía, no podían dejar de fallar en el aspecto de que Uruguay violó el Tratado del río Uruguay, y lo de la contaminación era sabido, no hay pruebas. Esta región está condenada a sufrir la contaminación porque permanentemente no va a haber documentación, no va a haber informes. Sabemos que en el Uruguay están totalmente asociados a Botnia. Así que nunca va a haber un informe que diga que Botnia contamina".Oscar Bargas también enfatizó su descontento y dijo: "hoy cualquier inversor que quiera invertir en Uruguay tiene que tener presente que ya tiene una marca de fuego, violó un Tratado Internacional, de eso no nos podemos apartar. Personalmente siento una indignación que se le otorgue total credibilidad a ECOMETRIX que es una consultora contratada por el Banco Mundial".