TRES REFERENTES DE GUALEGUAYCHÚ BRINDARON SU TESTIMONIO
Impuestos y más impuestos: ¿Cómo sobreviven las empresas locales a los cambios de la macroeconomía?

En poco más de un mes, Argentina tuvo tres Ministros de Economía, distintas políticas exteriores e incontables precios del dólar. Los empresarios de Gualeguaychú contaron a Ahora ElDía cómo atraviesan los cambios y cuáles son las posibles medidas para ayudar a la generación de empleo genuino.
Por Mónica Farabello
Domingo Veronesi de Unión Cerealera, Marisa Yabrán del Hotel Aguaý y Gonzalo Gavagnín de las heladerías Bahillo se entrevistaron con Ahora ElDía y coincidieron que la carga impositiva es muy importante y que el sector productivo cuenta con muy pocos incentivos como tarifas diferenciadas o reglas claras de mercado.
“En la industria agropecuaria el Estado se lleva mucho; de cada kilo de soja o de maíz que producimos se lleva entre un 60 y un 70% con todos los impuestos como los Ingresos Brutos, el impuesto al cheque y el combustible que tiene una carga impositiva muy grande.
Nos dicen que el combustible aumenta porque lo importamos pero es tan caro también por los impuestos internos. Todo esto afecta a la producción agrícola”, expresó Domingo Veronesi.
Además, aseguró que “los cambios de Ministro de Economía fueron muy complicados para todos porque a las empresas hay que programarlas a futuro; yo no voy a pensar una empresa a un año. Hay que pensarlas a 10, 15, 20 años, y acá como empresarios tenemos que vivir el día a día con la cantidad de cambios, expectativas, bajas y mucha incertidumbre que nos da una desazón tremenda; porque te acostás con un dólar a un precio y te levantás y hay otro”, aseguró el referente del sector agroindustrial.
Asimismo, Veronesi opinó que “no es fácil. Uno se acomoda, pero no es lo mismo con una empresa. Se fue Guzmán, se fue Batakis, vino Massa y no hay un cambio para nada. No hay que cambiar personas, hay que cambiar las ideologías porque si no, no se puede programar nada” y ejemplificó: “En el rubro de los alimentos balanceados, programamos hacer tantas toneladas y nos cierran las exportaciones ¿Qué hacemos cuando el productor deja de comprar balanceado porque no le sirve engordar a sus animales si no los puede vender?

Entonces, todo se tiene que reacomodar y ¿qué hago con todos los empleados que tenía destinados a esa producción? No puedo despedirlos porque son seres humanos que tienen que mantener a sus familias. Es muy difícil y realmente no entiendo a los políticos del oficialismo y de la oposición que no se ponen a pensar en estas cosas. Es imposible trabajar con estas reglas del juego que no son para nada claras”.
“Con el Gobierno de Mauricio Macri, Argentina se abrió al mundo y se empezó a organizar la exportación de carnes y oleaginosas; se abrieron muchos mercados, pero también se vieron muchos problemas. Hoy estamos cerrados al mundo y llenos de retenciones. Tenemos todo para hacer, pero lamentablemente la política mete la cola y no podemos seguir adelante”, dijo el titular de Unión Cerealera que actualmente cuenta con una planta aproximada de 110 empleados directos, más transportistas y personal de mantenimiento.
Respecto de las cargas sociales, indicó que se abona un salario más el 60% de impuestos. “Si achicaran tantos aportes podríamos aumentar el número de empleados”, resumió.
Marisa Yabrán: Una vida en la hotelería
Después de dos años y medio de construcción, el Hotel Aguaý abrió sus puertas en 2001. En diálogo con Ahora ElDía, Yabrán contó que “empezamos a trabajar bien pero nuestro primero verano ya fue complicado. En la pandemia fue mucho peor porque antes teníamos mucha energía, ahora nos agarró muy cansados”.
“La Hotelería viene muy golpeada desde el 2015 por el tema impositivo. Hay un acoso muy grande. Nosotros trabajamos con un servicio a las personas y se paga por eso; también necesitamos tener un buen número de personal para lograr una rotación de 8 horas y hay servicios que no se pueden cortar nunca.

Nosotros en el Hotel tenemos 30 habitaciones; empezamos con 18 empleados y hoy tenemos 11 porque tuvimos que resentir servicios: antes teníamos la confitería las 24 horas y ahora sólo tenemos el desayuno”, explicó la empresaria.
En este sentido, argumentó que debieron achicarse para poder sobrevivir; “tenemos que tener al día el IVA, las cargas sociales, los salarios. Imaginen que tenemos un sueldo más un 70% más de cargas sociales. Además, en hotelería tenemos que pagar Sadaic, Adicapif, Argentores y otros más, son cinco sólo por tener cable en la TV. Es una carga impositiva muy grande. También tenemos la energía eléctrica todo el día con aires de frío o de calor, a full y no tenemos ningún tipo de subsidio ni de ayuda”.
Para ganarle a la inflación, le buscan la vuelta como todos: “Tratamos de hacer acopio de papel higiénico, artículos de limpieza o lo que sea. Sólo por dar un ejemplo: hoy, una mantequita para el desayuno sale 30 pesos. Entonces, los precios de las habitaciones tienen todo eso: la renovación de sábanas y toallas, todo el servicio”.
“La prioridad es que nuestros empleados estén bien porque ellos son los que atienden a nuestros huéspedes y hacen que ellos vuelvan. Todo es muy costoso y es en grandes cantidades. Tenemos el 21% de IVA, Ingresos Brutos, las retenciones de los Bancos, impuestos provinciales, es un porcentaje muy alto”, explicó Yabrán y agregó: “Es bastante difícil ser empresario en Argentina porque hay mucha improvisación y se cambian las reglas del juego muy rápidamente”.
Finalmente, relató que a la pandemia la pudieron pasar “gracias al Repro, y eso lo pudimos obtener porque tenemos a todos los empleados en blanco. Necesitamos leyes más parejas, y que todos tengamos los mismos derechos y obligaciones porque eso hoy no es así”, cerró.
Gonzalo Gavagnín, la tercera generación de la Heladería Bahillo
La heladería más famosa de la ciudad también debe readecuarse a los vaivenes económicos, políticos y sociales de una Argentina en cambio constante.
Tienen 75 empleados directos en la fábrica y las sucursales propias, en distintas ciudades de la provincia, a lo que se suma otro número importante de trabajadores indirectos y proveedores.

En diálogo con Ahora ElDía, Gavagnín contó que “las cargas sociales representan una parte importante porque todos los empleados de Bahillo están registrados debidamente, es decir, están por las horas que realmente trabajan y eso supone una carga de aportes y contribuciones de un sueldo más un 50%”.
“Además, en Gualeguaychú, aparte del IVA y los Ingresos Brutos, en cada operación pagamos la tasa de comercio que no se actualiza desde el 2010. Estamos hablando de un 4% de cada operación para esa tasa. En total hablamos de un porcentaje del 27,5% de impuestos”, detalló el joven empresario de la ciudad.
En cuanto a los servicios, aseguró que lo que más los afecta económicamente es la electricidad, porque obviamente no es algo que se pueda ajustar. “No contamos con ningún tipo de tarifa diferencial. Sería muy interesante que haya un costo diferencial para los sectores productivos, así como hay para aquellos sectores que más lo necesitan. Esto sería muy importante para las Pymes que son las grandes generadoras de empleo”, opinó Gavagnín.
Además, opinó que “se necesitan créditos para invertir y renovar el sistema productivo. La carga impositiva es muy alta y más si pagan con tarjeta de débito, crédito o billetera virtual porque ahí también hay más comisiones”.
En este sentido, señaló que “muchos lugares, si tienen que hacer todo en blanco, tendrían que cerrar”.
En el caso de Bahillo, cuentan con muchos empleados con extensas antigüedades: “Las empresas con mucha trayectoria tienen empleados con muchos años de servicio; y eso tiene un componente muy alto en el salario; entonces sería importante pensar en un posible apoyo para esas empresas”.
Los tres referentes coincidieron en la importante carga impositiva que deben afrontar, en la necesidad de reglas claras y lo fructífero de proyectar tarifas diferenciadas para los sectores productivos.