Jesús nos enseña que quien ama debe servir
Tal vez los discípulos de Jesús no alcanzaban a comprender bien que la cena que estaban compartiendo era la última. Una cena festiva para celebrar la Pascua Judía que de repente se carga de dramatismo y simbolismo. Jesús lava los pies de sus amigos para darles una lección: el amor manifestado en el servicio deberá ser la brújula que marque el rumbo de su relación con Dios y con los demás.Pedro Brasesco *Especial para elDíaSólo los esclavos lavaban los pies a sus amos, por eso a Pedro le resulta tan chocante que su maestro quiera hacer lo mismo con ellos. El gesto es más que elocuente y así como Jesús ya se los había manifestado en otras oportunidades, quien quiera ser el primero deberá hacerse el último; la autoridad es para servir a los demás.La mesa compartida entre amigos tendrá otro punto de tensión, más fuerte aún: Jesús anuncia que uno lo va a traicionar. "¿Seré yo, Señor?", exclaman de a uno. Por pedido de Pedro, Juan le pregunta quién va a ser y Jesús da a entender que será Judas."Haz pronto lo que tienes que hacer", le dice mirándolo a los ojos. Judas se va pero los demás no comprenden muy bien qué significaba ese pedido.Finalmente, los que quedan a la mesa son receptores de la donación misma de Jesús a los hombres. Toma el pan, lo parte, y se los da diciéndoles que es su cuerpo. Toma la copa con vino y se las pasa diciéndoles que es su sangre que será derramada por muchos para el perdón de los pecados.No es un simple decir, con sus palabras el pan y el vino, cada vez que sus apóstoles hagan lo mismo en su memoria, se transformarán en su cuerpo y su sangre. Es la última cena, pero Jesús no se irá del todo.A esos hombres a quienes sacó de su vida ordinaria, los transformó, los acompañó, los contuvo y les mostró la gloria de Dios, seguirá entando con ellos para alimentarlos y fortalecerlos. No los deja solos, se queda de otra manera.Eso es lo que celebramos en este Jueves Santo. No es un día triste sino de mucha alegría ya que conmemoramos que Jesús haya querido quedarse con nosotros para estar no sólo cerca, sino dentro nuestro en el diario caminar.Son enormes muestras del amor que Dios nos tiene y nos sentimos alegres y felices por tener un Dios que nos quiera tanto. Por eso en la celebración de hoy se repetirá el signo del lavatorio de pies, para recordarnos que quien ama debe servir. Y luego de la Misa cada comunidad seguirá adorando la Eucaristía hasta las 12 de la noche ya que allí Jesús está realmente presente.Cuántas veces nos emocionamos viendo películas o programas de televisión donde el amor puede más que las dificultades o el odio. En la celebración de hoy no somos meros espectadores. Somos los protagonistas a los que Jesús quiere volver a entregarse.Quiere volver a vencer lo que nos separa del amor de los demás, quiere animarnos en nuestras luchas, fortalecernos en nuestras caídas, llenarnos de esa vida y paz que tantas veces buscamos y no encontramos.Hoy es un día para volver a emocionarse, pero no de tristeza, sino de la alegría que brota del sentirnos realmente amados, ese amor que se transparenta en los ojos de Jesús y que lo hace entregarse todo por nosotros.* Sacerdote de Parroquia San Antonio de GualeguayESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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