Jorge Sittner no cree más en la justicia

Jorge Sittner, quien hoy arriba a los 62 años, sufrió un nuevo robo en su propiedad, ubicado en calles Ayacucho y Tropas, en la madrugada del sábado. Amigos de lo ajeno entraron por Ayacucho y se escondieron entre los yuyos. “Me alertó el ladrido de los perros que estaban como locos por lo que me levanté con un reflector alumbrando al sector adonde toreaban los perros, pero no vi nada. En ese momento recordé que años pasados me hicieron el mismo trabajo de engaño y me carnearon una vaquilla en otro sector. Es por eso que me dirigí al corral de las vacas y no detecté ninguna anormalidad”.
Pasó al lado del galpón y se fue a dormir. “Grande fue la sorpresa con la que me encontré a la mañana. En el galpón donde tengo el tractor (Someca) noté la faltante de la batería del mismo y lo peor del caso es que pudo haber pasado una desgracia porque los delincuentes encendieron un hisopo arriba del filtro. Uno de los que estuvo en el galpón andaba descalzo y seguramente con hambre porque se llevaron unos huevos que había en el lugar. Aparte de la batería se robaron dos recados de andar, tres frenos, cuatro látigos, una tijera de tuzar, un martillo, y dos aparejos”.
Destacó que esto no es nuevo debido a que lo han robado en otras oportunidades, pero no por eso “deja de ser indignante y más que la policía llegara con un verso tras otro. Resulta que hago la denuncia y me mandan a buscar los chorros. No tengo por qué salir a buscar a estos malandras y luego avisarle a la fuerza de seguridad. Les dije a la policía que presuntamente en determinado lugar puede estar lo que me robaron”.
Sittner efectuó la denuncia en la Comisaría Segunda y luego se dirigió a la Jefatura en donde conversó con el personal de Investigaciones, “me indicaron que si no daba el nombre del ladrón ellos no podían hacer nada”. Con este panorama “además de ser el damnificado en este hecho, tengo que hacer las veces de policía y de juez” dijo con ironía.
Todo a pulmón: vale la pena destacar que al momento de hacer la nota, el vecino estaba cosechando un lote de maíz a mano, cuando el reloj marcaba las cuatro de la tarde y el sol pegaba fuerte en la tarde de Gualeguaychú. El productor, hijo de gringos de Colonia El Potrero, trabaja en su chacra de 9 hectáreas, además de agricultura; en la huerta cría de lechones, algo de ganadería, algunas aves de corral, cuando el tiempo se lo permite se dedica a un horno de ladrillos que tiene a pocos metros de su vivienda.
“Veinte años atrás dejábamos abierto todo y no pasaba nada, hoy esto resulta imposible de imaginar”, recordó. Como dato anecdótico en los últimos años le carnearon 30 lechones y 5 vacas, además de hurtos varios y es por eso que está descreído de la justicia.
Llama la atención como los delincuentes fueron directamente a los recados y a otros elementos de montura que se encontraban tapados, por lo que no se descarta la figura de un entregador. La banda en cuestión sería la misma que actuara en otras chacras de la zona.
Relevaron a Fumaneri
El Comisario Principal Aníbal Fumaneri, dejó de estar a cargo de la Brigada de Criminalística de la Jefatura de Gualeguaychú, siendo relevado por el también Comisario Principal Marcelo Hail.
Las razones del relevo, obedecerían a supuestas irregularidades de procedimiento en las pericias efectuadas en el caso de la muerte de Mario Atum conocido como la “Pequeña P”, aunque según fuentes confiables al momento de realizarse los estudios el alto oficial no se encontraba de turno.
Lo concreto es que Fumaneri fue trasladado a Concordia y en su lugar llegó Hail. En su momento los dos oficiales trabajaron juntos en la Brigada de Criminalística (Policía Científica) en la departamental Gualeguaychú.
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