RECORDANDO A UN ARTISTA ÚNICO
José Luis Gestro, el gran creador: sus sueños, las grandes comparsas y su prematura muerte
El Carnaval de Gualeguaychú debería dividirse entre el “antes y el después de José Luis Gestro”; un artista único que supo hacer crecer nuestra fiesta popular. Sus diseños, bordados y carrozas marcaron una época. Su hermana, Verónica relató cómo fue su infancia, cómo le influyó el servicio militar obligatorio y su amor por Brasil.
Por Mónica Farabello
Nació en Gualeguaychú el 11 de octubre de 1965 y durante su primera infancia vivió en Concepción del Uruguay. Cada fin de semana la familia integrada por sus padres, Luis y Lea y su hermana Verónica viajaban hacia Gualeguaychú a vivir el Carnaval. También era amantes de los desfiles de carrozas estudiantiles.
Su hermana Verónica recordó que cada vez que regresaban a su casa, pasaban días enteros jugando al carnaval y a las carrozas: “Él hacía carrozas y trajes con cualquier material: cajas, ropas, todo lo que había a mano. Siempre algún disfraz y haciendo carrozas. Afortunadamente siempre contó con el apoyo de nuestros padres”.
En aquellos años, el Carnaval se hacía en calle 25 de Mayo y Urquiza. José Luis tenía 5 o 6 años y su pasión comenzaba a despertarse.
Fue abanderado del Colegio Nacional. Hizo un año y medio de servicio militar donde sufrió mucho porque él quería estudiar, convirtiéndose en una de las épocas más duras para el artista.
Luego estudió Arte y escenografía en la Universidad del Salvador. Se recibió con honores, alcanzando un promedio de 9.39. Durante esos cuatro años también trabajó para el Carnaval de nuestra ciudad.
Verónica tiene la herida abierta. Aún extraña a su hermano y lo siente vivo. Habla de él con tanto amor como pasión y no evita la emoción que la invade al ver las fotos de su sonrisa y de sus creaciones.
“El Carnaval es posible gracias a los artistas; sino, no existiría. Es la obra de nuestra gente de Gualeguaychú. José Luis tenía carisma y la conjunción de ser creativo y de poder transmitirlo a la gente. Él no sólo era Director, sino que era amigo, estaba con las personas tratando de entenderlas, de cuidarlas sin diferencia de edades ni nada”, dijo Verónica.
Además, resaltó que él fue pionero al dar trajes “a cada uno por lo que era: él proponía desnudos y también personas con discapacidades físicas y esto fue hace 25 años atrás. Él era transgresor pero respetando a todas las personas; para él era muy importante la convivencia con respeto y eso lo hacía diferente”.
“Siempre defendió al trabajador del Carnaval, porque antes se trabajaba a cualquier hora. Con él trabajaban ocho horas, tenían un sueldo. Era muy divertido, le encantaba bailar”, recordó su hermana, quien también bordaba, trabajaba y bailaba junto al gran creador.
“Las primeras noches nunca lograba salir pero después sí”, dice Verónica con una sonrisa; es que José Luis tenía que estar en todos los detalles de su comparsa, pero después sí… a disfrutar y a bailar.
Pero ¿cómo empezó este sueño?
Cuando estaba en la secundaria empezó a trabajar en Kamarr. Era un niño adolescente. Con apenas 13 o 14 años lo fueron a buscar del Sirio Libanés, para que trabaje en una comparsa que dirigía Numo Frutos. “Lo fueron a buscar a casa porque sabían que él dibujaba. Lo llamaron para que haga un castillo árabe, esa carroza la diseñó a los 13, 14 años y ese mismo año salió bailando por primera vez”, recordó su hermana.
Al año siguiente, volvió a salir en el conjunto carnavalesco del Sirio Libanés, que todavía no era comparsa y luego lo buscan de Kamarr para hacer una comparsa, que fue la recordada Thailandia que fue muy lujosa y con mucho bordado.
“José Luis era puro talento y también estudió. Un par de años después lo buscan de Marí Marí. Él ya había estudiado en Buenos Aires y comienzan sus viajes a Brasil. Trabajó para una Scola en Sao Pablo con 5 mil personas en escena; conoció gente en Río de Janeiro, salió ahí en el Carnaval como integrante, en un carro con su nombre”, resaltó Verónica Gestro.
También trabajó para fiestas muy importantes en Buenos Aires, para presentación de marcas, shows y tours de la comparsa.
Verónica recuerda que “él creó métodos de trabajo, buscando materiales nuevos y vivió la transición del carnaval familiar de 25 y Urquiza, al de turismo de Rocamora hasta la profesionalización y el Corsódromo en el 97”.
Cuando José Luis dibujaba se detenía todo: escuchaba ópera o samba. Ningún otro tipo de música.
“Él podía pasar de la ópera, a una historia de Comic, de Nabuco, a Universus, Emperatriz contando los imperios del mundo, a Combustible para una ilusión. Pasó por Afrú, Gondwana y cuántas cosas más. Mburucuyá era la comparsa que presentó para la inauguración del Corsódromo y en todas, él quería dejar una enseñanza”, resaltó Verónica.
Él fallece el 2 de agosto del 1999 y la comparsa que dejó a medias, salió en el 2000. Su hermana recuerda que junto a la familia pasaron “meses muy presionados y tuvimos que enfrentar la responsabilidad de terminar diseños que hasta ahora los tengo yo guardados. Estábamos muy tristes, nosotros compartíamos todo y en esa situación tenía que enfrentar muchas responsabilidades”.
El sueño de José Luis era llegar al Teatro Colón y todas sus metas estaban relacionadas a la creación para el Carnaval de Gualeguaychú. “Él nunca pensó que iba a morir, estaba enfermo pero estaba lleno de proyectos. Todas las enfermeras del Hospital Centenario lo atendieron muy bien; lo trataron como a un ser tan especial”, dijo Verónica.
José Luis será siempre recordado por su creación, por su arte, por el amor al Carnaval, por su mente abierta y su colorido. Por la garra, la arenga y por su sonrisa eterna.
Sus trabajos en el Carnaval del País
Debutó como director en el Reino de Thailandia en el 83.
En 1984 debuta en Marí Marí con un primer premio dirigiendo “Hechizo”. En ese año ingresa al servicio militar obligatorio y en 1986 continúa en Marí Marí logrando 10 primeros premios.
En 1986 crea Flash y gana el primer premio.
En 1987 crea Aída Oper Samba: Su hermana recuerda que fue su obra “más lujosa. Estaba bordada entera, representando Egipto con un bordado impecable, porque Egipto tiene mucho diseño”.
En 1988 vuelve a ganar con Marí Marí Scola veneciana y también en 1989 con La Atlántida y en 1990 con Nabuco rey de Babilonia.
En 1991, Universus, donde suma nuevos materiales y destaca a personajes dentro del argumento de su comparsa.
En 1994 continúa sumando premios para Marí Marí con Combustible para la ilusión; al igual que en 1995 con Afru Sambó.
En 1996 presenta y gana con Gondwana, Tierra de Marí Marí, una tremenda obra cargada de belleza.
En 1998 logra su único primer premio en el Corsódromo: Superstar cuenta “la eterna lucha entre el bien y el mal basada en los superhéroes de historietas. El personaje central es Frigia, heroína vistiendo los colores de la bandera Argentina, que deberá ser rescatada de las manos de Samantha, la villana vestida con los colores de Estados Unidos, por SuperMariMan cuyo traje rojo y negro son los colores del Club Central Entrerriano”.
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