HISTORIAS QUE MERECEN SER CONTADAS
Julio Gebhardt, una gloria local del motociclismo: "El deporte motor fue y será mi pasión"
El ex corredor de motos, karting y autos recordó tiempos pasados. La dorada década del 70 donde ganó 5 títulos provinciales en competencias que reunían a 10.000 personas. En total ganó 87 competencias en tres categorías, 200 series y los campeonatos mencionados en un lapso de 6 años, en los cuales participó en más de 300 competencias.
Fabián Miró Julio Gebhardt trabajó durante mucho tiempo en la comparsa Marí Marí e inclusive viajó a Nicaragua para llevar su arte y conocimientos al país centroamericano. También se desempeñó como Director de Deportes Municipal, y durante su gestión se construyó el Autódromo de Las Piedras. Hizo hincapié en la cultura del trabajo y la satisfacción de ganarse el pan con el sudor de la frente. El Padre Luis Jeannot Sueyro comía en su casa cuando daba misa en el Barrio Pereda. Pero muchos lo recuerdan por haber sido una de las glorias locales del motociclismo. Su vida es una historia que merece ser contada y guardada en el arcón de tiempos pasados. Julio, con la amabilidad y sencillez que lo caracteriza, charló con El Día en el quincho de su hermano Esteban. Dijo que no conserva cascos, guantes, todo el equipamiento que utilizó en sus época de corredor, tiempos en los que convocaba a multitudes en las competencias que se realizaban en el parque y en la avenida costanera. Tampoco fotos, menos que menos videos de hace más de 505 décadas año. Julio (73 años), dio sus primeros pasos en Del Valle, entre Lavalle y Gualeguay, pero a los 13, con su familia (12 hermanos) se radicó en el barrio Pereda donde actualmente reside. La Infancia Dijo que en el Pereda vivió “una infancia increíble, vecinos extraordinarios que se ayudaban mutuamente en una zona de chacras y campos. No era mucha la gente que vivía en aquel entonces. La parte urbana prácticamente terminaba en lo que es la virgen en el acceso sur. Toda la gente trabajaba, la mayoría en el frigorífico, en tanto que mi viejo ( Conrado) lo hacía en Vialidad Nacional. Aparte de sus trabajos particulares, los vecinos trabajaban las quintas que tenían en sus terrenos”. Contó que en el caso de su familia “sembrábamos y cultivábamos todo tipo de verduras en el fondo”. Recordó que desde “pequeños nuestros padres nos inculcaron la cultura del trabajo y a ganarnos la vida laburando”. Recordó que hacían “todo en base a pala, azada, escardillo, rastrillo y regábamos con el bombeador que alimentábamos con un motorcito Villa, aunque en los primeros tiempos no contábamos con energía eléctrica, razón por la que nos iluminábamos con sol de noche, lámparas y velas”. Indicó que con “lo que producíamos-tomate, lechuga,morrones, se destinaba a la alimentación de la familia, por lo que en verdura no gastábamos un solo peso”. Recordó que su padre “se iba los lunes a trabajar y retornaba los viernes”. Acotó que “se trasladaba a los campamentos de Vialidad Nacional donde trabajaba con un camión. Buscaba el ripio en Campichuelo que luego se depositaba en la vieja Ruta 14”.
El “Curita Gaucho” Dijo que conoció y mucho al Padre Luis Jeannot Sueyro, dado que “iba seguido al taller de Dahuc, y en cada inicio de temporada, se emociona, me bendecía las motos y deseaba toda la suerte del mundo, además los domingos cuando terminaba de dar misa en el barrio Pereda, mi madre (María Amanda Almada) lo esperaba con un plato de sopa que tanto le gustaba al sacerdote”. Los fierros Recordó que en calle Del Valle, cerca de donde dio sus primeros pasos, estaba un “taller de motos propiedad de Orlando Rivas, donde pasaba más tiempo que en mi casa. Después de la escuela me iba al taller, donde armaba y desarmaba motores desde pequeño. Andaba en una Legnano que tenía cambios en el puño en lo que fue mi inicio en los fierros a la edad de 12 años”. Un año después, acota, protagoniza “una carrera en el Centro Cívico El Potrero, alrededor de la cancha de fútbol, con una Sachs, moto con la que en la parte más baja del circuito me pegué el primer “porrazo” grande. Fue en la categoría aficionados en el debut en las motos. Corrí bien a campo con una camisita y nada más”. Contó que uno de sus hermanos “tenía una moto Zanella, a los cuales le sacaba el guardabarros, el faro, le ponía un número, el famoso 43, y me parecía que tenía una moto de carrera extraordinaria”. Después, en el año 1970, Bodas de Oro de Casa Dahuc, la familia organizó una carrera de motos y otra de Karting por el Nacional. El “Tono” Rivas tenía una máquina que corría Raúl Tarabini que me dieron para competir. Era la primera vez que me subía a una moto preparada. En ese entonces hicieron una categoría 125cc Nacional y una 200 Nacional. En esta última compitieron los hermanos Killings con RK, pilotos con mucha trayectoria. En la 200cc tuve la suerte de salir segundo. José Baloni que junto a José Espino y José Manzanares corrían para los Dahuc se entusiasmaron, al igual que Morad Dahuc. Resaltó que en “aquel entonces representar a Casa Dahuc era un tremendo orgullo, era como ser “piloto oficial de un equipo de primera línea”. Lo que hacían Morad y el “Gato” Arias con los motores era algo extraordinario”. Después de la carrera por las Bodas de Oro “comencé a trabajar para Morad y a concurrir a algunas carreras que se hacían en localidades cercanas como Urdinarrain y Larroque, hasta que con un grupo de amigos formamos una peña que en ese momento no tenía nombre. En la misma estaban Hugo Broggi, Héctor Maradey, Abraham Balbuena y otros, decidiendo en 1973 correr el campeonato entrerriano en su totalidad. Le compramos el motor al “Gato” Arias, hicimos un chasis especial, para repartir el peso del motor, trabajamos en los frenos para uno dominar la moto y no que la máquina domine al piloto”. Dijo que el “primer año competimos únicamente en 125 cc”. Señaló que “competimos en 20 fechas a lo largo y a lo ancho de la provincia y a falta de 5 para el cierre ya me había coronado campeón. Superé a un gran rival como Jorge Falasconi y a pilotos de Santa Fe que venían a Paraná, cuando la fecha se realizaba en la capital provincial, tales los casos de Gatti, Zafrea, Mondino entre otros”. Luego, Morad Dahuc hizo un motor 100cc, lo que “me permitió en el año 1974 correr en las tres categorías (100, 125 y en 200 que corría con la 125cc) siempre con Zanella”. Destacó que “la moto nunca se nos paró, debido a que Broggi, Maradey y Balbuena, el lunes a primera hora, sacaban los motores y lo llevaban a lo Farabello que tenía un detector de fisura. Llevaban los ejes de cambio, el cigüeñal, pistones y a veces encontrábamos un eje fisurado y lo cambiábamos.” Señaló que Morad Dahuc “fue una de las personas que más sabía de motores, además teníamos buena mezcla”. Dijo que “corríamos con nafta de aviación, aceite ricino que quemaba el 90%, lubricando adentro el 10% restante. Y como no se unía el aceite con la nafta, Morad y Carlos Dahuc, utilizaban alcohol etílico para que se una la mezcla que para un motor de ” Dos Tiempos que necesita de buena mezcla y una bujía muy fría , debido a que la relación de compresión era de tres y medio a uno. Una relación-aclara- que toma mucha temperatura”. Dijo que con un “piñón 10 y una corona 50, o una 11 y 53, sacas un cuarto diente que le llaman. Algo que probamos en el parque permitiéndonos sacar dos metros por vuelta que en 10 giros llevaba a 20 metros”. Sobre los 5 campeonatos obtenidos, mencionó que los alcanzó en las categorías “100,125cc y dos veces subcampeón en 200cc, todos en campeonatos entrerrianos a los cuales concurrían los mejores pilotos uruguayos y de provincias vecinas”. Dijo que el último año, 1975, que salió campeón en 100cc y 125cc, en la “primera categoría se hicieron 15 carreras, de las cuales gané todas las series y 13 primeros puestos; mientras que en 125 repartimos las competencias con Falasconi”. Dijo que los hermanos Zanella “no podían crear que en 125cc le ganábamos a RK”. Los viajes Se corría en toda la provincia resultando todo un desafío viajar a distintos lugares por el estado de los caminos. “A Chajarí, 280 kms de Gualeguaychú, teníamos solo 80 asfaltados, el resto era ripio, sabíamos a que hora salíamos, pero no a la que regresábamos. En invierno, salíamos a las dos de mañana con lo que teníamos, ni pensar en un motorhome o algo parecido, para llegar a las 10/11 de la mañana. Viajes interminables con ripio, puentes muy angostos y otros inconvenientes” Resaltó que en el “Parque Unzué me sentía invencible, además contaba con el aliento de miles de personas que concurrían al circuito, en tiempos en los que no había televisión local, razón por la cual había que verlo en vivo y directo. El acompañamiento y el griterío de la gente me generaba mucha adrenalina y era como que la gente manejaba la moto”. Contó que “al curvón más rápido lo hacía derrapando a diez centímetros de los eupcaliptus que se hacían gigantes, árboles que estaban rodeados de bolsas con cáscaras de arroz. Se trataba de maniobras que solamente yo hacía por el conocimiento del circuito, además el chasis que tenía me permitía hacer todas esas cosas, ganando casi siempre las series y las finales” Referente a las tradicionales competencias en la costanera dijo que “había mucha gente que le tenía miedo a los cordones”. Semiprofesional Dijo que en aquellos años le “pagaban los viajes, además de los premios por las carreras ganadas. Las definiciones eran con Jorge Falasconi a quien le ganaba o perdía por una o media moto”. Los viáticos te “permitían echarle combustible al auto y como premio al ganador unos 4000 pesos de hoy aproximadamente”. Dijo que con “Falasconi se generó un lazo de amistad muy fuerte. Cuando corríamos en Gualeguaychú, el se quedaba en casa, y vicerversa cuando me tocaba viajar”. La actualidad del motociclismo Dijo que lo ve “muy comercial, hoy desgraciadamente mi pupilo “Casciano Barrios” que es un fenómeno, para inscribirse en una carrera tiene que ponerse con $8000, transformándose la moto como el karting en un comercio para unos pocos”. La Fórmula Entrerriana Tuvo un breve paso y si bien le hubiese gustado seguir un poco más “se me rompía muy seguido el motor y tuve que dejar”. El Karting Tuvo un paso por la categoría recibiendo un “gran apoyo de parte de Eduardo De Zan, un gran profesional y mejor persona”enfatizó. José Baloni Fue muy amigo del piloto que falleció el 23 de diciembre de 1973 en Victoria, cuando realizaba una prueba con su auto de competición en las inmediaciones del circuito “El Cerro”, donde se disputaba la última fecha de la temporada. Recordó que lo “iba a acompañar en esa jornada trágica, pero en la noche previa fui padrino de la boda de una de mis hermana y no viajé”. Manuel Alarcón Recordó que fue “Director de Deportes en la gestión de Manuel en la que pudimos traer el secundario a la Escuela Pereda, cumpliendo con una gran deuda que teníamos con el barrio”ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
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